tag:blogger.com,1999:blog-27336226957568417662024-03-05T09:12:15.175+01:00lo que suena en mi ipodlukah boohttp://www.blogger.com/profile/15154317105430723426noreply@blogger.comBlogger103125tag:blogger.com,1999:blog-2733622695756841766.post-69134054145148169612011-11-08T16:21:00.000+01:002011-11-08T16:21:08.151+01:00Semana avatar<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjcSxRXhwu7Ymx4xYkiqkm7ebUWxd4HOqX9jZrqG6qso0GSbk98KpKnuoF_aW4yRThHIBwkYIzhPP0uIre7qxey3l348GVCDDgE2mQIPfP8NuV4fYeGDD2btaZkVHCNW7pCSmTeeQXIBEo/s1600/hotel-shampoo.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; cssfloat: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320px" ida="true" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjcSxRXhwu7Ymx4xYkiqkm7ebUWxd4HOqX9jZrqG6qso0GSbk98KpKnuoF_aW4yRThHIBwkYIzhPP0uIre7qxey3l348GVCDDgE2mQIPfP8NuV4fYeGDD2btaZkVHCNW7pCSmTeeQXIBEo/s320/hotel-shampoo.jpg" width="320px" /></a></div><div style="text-align: justify;"><strong>Gruff Rhys – <em>Hotel Shampoo</em></strong></div><div style="text-align: justify;"><strong><em>(Turnstile/2011)</em></strong></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Siempre he sido un penoso intérprete pero siempre me ha gustado interpretar. Disfrazarme. Meterme debajo de la piel de un personaje imaginario (o no) con el que jugar (o no). En ocasiones el disfraz servía para inventarse una versión de uno mismo alejada de los pilares más rígidos de la existencia y así nadar en el océano de lo que podría ser. Fingir lo imposible. Abrazar lo infinito. En otras ocasiones, la mayoría en realidad, el disfraz servía precisamente para todo lo contrario. Atando la paralizante timidez entre las costuras sueltas del disfraz elegido, lo que salía al exterior era precisamente la verdadera esencia. El verdadero contenido. Tú veías un arlequín pero en realidad me estabas viendo a mí. Al de verdad.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Internet puede ser un montón de cosas, entre ellas un excelente lugar al que lanzarse disfrazado. Para jugar o para sufrir. Para vivir o para aprender. Agazapado detrás de un inconexo avatar podemos encontrar terroristas del buen gusto, talibanes del ciberespacio, ligones acomplejados, justicieros cobardes, misteriosos intelectuales, opinadores profesionales con o sin estilo y en general cualquier retorcida versión fabricada por la mente humana. Yo soy uno de esos justicieros enmascarados que pululan por internet o, para ser justos, debería decir que soy algunos de esos avatares que ríen, lloran, aprenden, se enfadan, abrazan, sueltan los codos o escuchan en la red de redes. Puedo prometer que ninguna de esos inocentes antifaces es mentira. Al contrario, la suma de ellos probablemente refleje la mejor representación que existe de mí mismo.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">La semana pasada, por esas cosas que tiene la vida, todos esos personajes tuvieron que salir a la luz en muy poco espacio de tiempo. Tuvieron que mostrarse en el planeta tierra. Personalidades que se alimentaban y se alimentan básicamente de la red, tuvieron que calzarse unos zapatos y respirar oxígeno. En apenas unos días tres personalidades virtuales (que en apariencia no tienen nada que ver) y el padre de todos ellos (yo mismo) tuvieron que asistir a tres actos diferentes en los que hablar, escuchar y reír. ¿La excusa? Música, literatura, fútbol, series de televisión…no existe mejor excusa. Uno de ellos, el más popular probablemente, tenía que seleccionar una serie de canciones que relacionadas con el fútbol albergara en su interior una bonita historia que contar. Así apareció en mi ipod: The Man don’t give a fuck, uno de los singles de los eclécticos Super Furry Animals. Así, sin querer, por simple asociación de nombres se instaló de nuevo en las primeras posiciones de mi manoseado cancionero digital el nombre de Gruff Rhys, líder del combo gales, y en concreto su disco de este año, Hotel Shampoo. Por alguna razón el que dicen es el tercer disco en solitario de Gruff (primero exclusivamente en inglés ya que los otros al parecer son todavía más crípticos y aúnan canciones cantadas fundamentalmente en galés) fue la banda sonora de mi semana avatar.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Mucho más accesible que gran parte del legado de los Super Furry Animals pero sin perder ese concepto libre, experimental y desacomplejado que el británico tiene de la música, Hotel Shampoo es un interesante ejercicio de pop que matiza el concepto que de ese género tiene su autor. Navegando entre medios tiempos decorados con arreglos orgánicos e inorgánicos, mezclando samplers y sencillos arreglos orquestales, espolvoreando bastantes menos dosis de esa genuina psicodelia que han hecho famosos a los de Cardiff, el álbum se fundamenta en el respeto absoluto por la melodía, principal protagonista del mismo. Excesos contenidos y un uso contenido y hasta cierto punto artesanal de las técnicas de grabación que hacen que el conjunto tenga genuina personalidad. Creíble y disfrutable El disco se crece en su modestia y sin duda se deja querer. Para mí una de las mejores sorpresas del año.</div><br />
<strong>Gruff Rhys</strong> – <em><strong>Sensations in the Dark</strong></em><br />
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<iframe allowfullscreen="" frameborder="0" height="315" src="http://www.youtube.com/embed/IBg_h9kmRhk" width="560"></iframe>lukah boohttp://www.blogger.com/profile/15154317105430723426noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-2733622695756841766.post-14846829463422219642011-10-24T12:50:00.000+02:002011-10-24T12:50:16.167+02:00Agujetas en la piel<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhVBcs61uOh0CMb1dDt3bYLLRi9bfuXGDvHC6lnd31JOpqxv4ax6GVOrNECcnDISf0sPzx_6s8hyphenhyphen2vPg0mws4UXaRA2Kz2axDnGiB8JAZb6cVK1bsfsoZBMjjsOgWI9PLCv4VPvKz_ZLF4/s1600/PAUL+HEATON+COV.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; cssfloat: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="279px" rda="true" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhVBcs61uOh0CMb1dDt3bYLLRi9bfuXGDvHC6lnd31JOpqxv4ax6GVOrNECcnDISf0sPzx_6s8hyphenhyphen2vPg0mws4UXaRA2Kz2axDnGiB8JAZb6cVK1bsfsoZBMjjsOgWI9PLCv4VPvKz_ZLF4/s320/PAUL+HEATON+COV.jpg" width="320px" /></a></div><div style="text-align: justify;"><strong>Paul Heaton</strong> - <strong>Acid Country</strong></div><div style="text-align: justify;"><em>(2011/Proper Records)</em></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Cuando uno es un niño de diez años de edad, la vida, ese concepto tan controvertido, es un espacio de tiempo que comprende exactamente diez años. Es imposible pensar más allá o en cómo sería la existencia diez años después porque eso sería como poder remontarse al momento en el que uno apareció por entre las piernas de su madre lo cual, incluso a tan temprana edad, es ya un concepto que pertenece a la leyenda y que por supuesto no se recuerda. Un año cuando se tiene diez es la décima parte de toda una vida. Una barbaridad. En un año puede pasar de todo. Que tus conceptos se modifiquen, que tus sensaciones aumenten de forma significativa, que todo se ponga patas arriba. Que todo se aclare o que todo se marche a la mierda. En un año pasan las cosas suficiente como para que te conviertas en una persona diferente.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Esa sensación va perdiéndose de forma imperceptible hasta que sin reparar en ello un día piensas, “joder, ya ha pasado un año” y te queda la impresión de que en tu vida ya no ocurre nada. Que un año no es nada. Que eres la misma persona que hace 365 días. Y puede que tengas razón pero no por ello siguen pasando cosas. Puede que tú y tu personalidad sean ya una roca de duro pedernal con las aristas bien perfiladas pero incluso en esa estatus tan sumamente triste tus aristas van siendo erosionadas por el viento que no cesa. Lo mismo un día dejan de ser aristas.Tu humor se va esculpiendo hacia donde tu estado anímico decida que hay que ir y tu forma de enfrentarte con el mundo que te rodea se asienta de forma serena pero imparable. En eso estaba pensando yo, jugando con la idea de ser la misma persona que muchos años atrás, cuando sin querer apareció delante de mis ojos el nombre de <strong>Paul Heaton</strong> y se me revolvió ese estómago que llevo instalado en el cerebro. </div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">El primer disco que un servidor se compró en su vida, y no me refiero al primero que escuché, al primero que me grabaron o al primero que me regalaron sino el primero que adquirí en una tienda por voluntad propia y con dinero ahorrado, fue un vinilo de portada verde y negra en el que salía un señor bailando. Aquel señor era <strong>PD Heaton</strong>. Había escuchado una canción en la radio, había anotado el nombre del grupo que la cantaba y me fui a la tienda de mi barrio a pedirlo. No estaba en la tienda, claro. Me dijeron que tenían que “pedirlo”, lo cual fue una frase que posteriormente me repetirían miles de veces y que entonces me resultó tan frustrante como inquietante. ¿Pedirlo a dónde? No lo sé, pero el caso es que una semana después estaba allí: London 0 – Hull 4 (<strong>The Housemartins</strong>).</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Cuando hace unas semanas vi el nombre de <strong>Paul Heaton</strong> anunciado en un concierto de la sala <em>Wurlitzer</em> en Madrid me ocurrió eso que dicen en las películas que ocurre cuando estás a punto de morirte. Toda mi vida paso por delante de mí en un segundo. Me acordé de aquel primer disco y de los cientos de ellos que cronológicamente vinieron después. Me acordé de los tiempos en los que escuchaba <em>The People Who Grinned Themselves to Death</em> y esbocé una sonrisa acordándome de mi insultante optimismo de entonces. Pero también me acordé de las canciones de <em>Welcome to the Beautiful South</em> o de <em>Choke</em> o de <em>0898</em> y me di cuenta de que ya para entonces era otra persona distinta. Y sin querer recordé la cantidad de años que no supe nada de <strong>PD Heaton</strong> y en los que definitivamente me estaba convirtiendo en algo todavía más distinto. A veces por mi culpa y a veces a pesar de mí mismo. Intenté localizar el momento en que volví a recuperar a los <strong>Beautiful South</strong> con <em>Painting it Red</em> o <em>Quench</em> y también en el que poco después los volví a perder. Para entonces ya era una persona bastante distinta de todas las personas anteriores e incluso de esta que está escribiendo ahora mismo. ¿Es verdad? ¿He cambiado tanto? No lo sé, pero la verdad y la mentira son igualmente conceptos relativos.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Hacía muchos años que no sabía nada de <strong>PD Heaton</strong> pero de alguna forma siempre había estado ahí. Más allá del valor sentimental que para mí pueda tener la figura de este hombre lo que es incuestionable, al menos desde mi punto de vista, es que reúne bajo su firma un significativo puñado de canciones fabulosas, tremendamente británicas, siempre ancladas en ese Pop generoso con las influencias, cuidadoso con las letras y fiel a la melodía que destila clasicismo hasta la extenuación. Cálido y elegante. Inteligente y bonito. Cualquiera que conozca mínimamente las canciones que un servidor ha escrito (y escribo) comprobará fácilmente que este tipo de música supuso una inmensa influencia en mí.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Le debía al señor Heaton acudir al concierto y doy gracias a Dios por darme las fuerzas para acercarme por allí y aguantar hasta altas horas de la noche el comienzo (algo muy español que no sólo no entiendo sino que detesto con todas mis fuerzas). El concierto fue una epifanía mística de melodía, recuerdos y sensaciones al filo. Un local pequeño y no precisamente de buenas condiciones para la sonoridad se convirtió en una especie de catedral del Pop. La piel se me puso de gallina tantas veces que al día siguiente tenía agujetas. Tenía agujetas en la piel y tenía agujetas en el ánimo. Fue tan divertido y me lo pasé tan bien que cuando llegué a casa excitado con todo en silencio y sin poder hablar o llamar a nadie para contárselo me puse a llorar de emoción como un idiota.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Allí mismo, en el <em>Wurlitzer</em>, fue donde compre este <strong>Acid Country</strong>, el último trabajo de <strong>PD Heaton</strong> que resulta ser el tercero de su carrera en solitario. Un disco robusto, honesto y creíble. Sin extravagancias, sin alardes innovadores y agarrado a lo que siempre han sido las señas de identidad de su autor. Melodía y buen gusto. Letras precisas y preciosas (el reconocido fuerte del señor Heaton), multitud de influencias tamizadas por el generoso tamiz del pop y su buena dosis de compactante melodía. No tiene hits pero lo mismo es que a estas alturas ya no los necesita. Buenas canciones conformando un disco del que he disfrutado mucho. De él y de sus circunstancias. </div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">The Old Radio (incluido en Acid Country)</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><br />
<iframe allowfullscreen="" frameborder="0" height="315" src="http://www.youtube.com/embed/JRZ0OFYsSyY" width="420"></iframe>lukah boohttp://www.blogger.com/profile/15154317105430723426noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-2733622695756841766.post-90690452760746293062011-09-22T13:23:00.000+02:002011-09-22T13:23:18.989+02:00Avestruz<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh5XvtEyWTRl7AkZh2qhsXlJsMBz0PaurhUlR97-ZF8It5m0bW9HdC9JlIgZCUkQZ2xpGUacxRR3RO_Y6K0xoXeQagztXxSCMaaEM1HXceYg8BBNdMnCfLM66q5j71a7i9TuSsbKij7OCw/s1600/Joao+Gilberto+-+Joao+Gilberto+(1973)-image013.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; cssfloat: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" hca="true" height="320px" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh5XvtEyWTRl7AkZh2qhsXlJsMBz0PaurhUlR97-ZF8It5m0bW9HdC9JlIgZCUkQZ2xpGUacxRR3RO_Y6K0xoXeQagztXxSCMaaEM1HXceYg8BBNdMnCfLM66q5j71a7i9TuSsbKij7OCw/s320/Joao%252BGilberto%252B-%252BJoao%252BGilberto%252B%25281973%2529-image013.jpg" width="320px" /></a></div><div style="text-align: justify;"><strong>João Gilberto</strong>-<em>João Gilberto</em></div><div style="text-align: justify;"><em>(Polydor/1973)</em></div><br />
<div style="text-align: justify;">El avestruz puede que no sea una animal muy inteligente pero sin duda es un animal muy humano sin entendemos que el que está escribiendo esto puede ser incluido en la categoría de humano. Eso de esconder la cabeza dejando el resto al aire cuando uno se siente amenazado es una de mis prácticas habituales que sale a relucir en momentos como este en el que uno se siente ignorado, estafado, invisible, vestido de una pátina opaca de gris mediocridad y rodeado de esa soledad imperceptible y no deseada que duele tanto. En momentos así uno solía cerrarse entre cuatro paredes a transformar todos los fantasmas en acordes, sonidos y silencios o en anárquicas secuencias de frases que describían un mundo inexistente. Hoy es todo mucho más difícil y lo único viable es esconderse detrás de una sonrisa creíble, unos movimientos automatizados y la burbuja impermeable de proporciona los auriculares del ipod. Guardando la cabeza y dejando el resto al aire. En momentos así a uno le gustaría ser Joao Gliberto para aprovechar los pellizcos en el alma y transformarlos en evolución artística pero me temo que el resto de mortales no estamos destinados a ello y tenemos que conformarnos con escuchar su música.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">El inventor de la Bossa nova (y al que me cuestione este punto prometo rebatírselo con argumentos hasta la extenuación) es un tipo extraño y complicado. Su leyenda está trazada sobre acusados procesos de soledad, una soledad que ha alimentado su legado artístico y musical. Cuando el bueno de Joao fue expulsado en 1950 del combo Garotos da Lua (por indisciplinado) iniciaba sin saberlo un periodo de 7 años de ostracismo en el que los humanos podían ver el cuerpo del artista tirado en alguna de las casas dónde lo dejaban vivir pero sólo Dios sabe dónde tenía escondida la cabeza. Por eso es difícil saber si fue en Sao Paulo (con su amigo Luis Tellez) o en Minas Gerais (en casa de su hermana) tocando día y noche su guitarra dónde el señor Gilberto encontró la clave para su gran legado: la Bossa Nova.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">La Bossa nova para el mundo, como tantas otras cosas, nació cuando la descubrieron los americanos. Artistas como Stan Getz, Herbie Mann o Charlie Byrd, fascinados por los ritmos latinos y en concreto por esa nueva “batida” que venía de Brasil tratan de fusionar esas músicas con un estilo en continua evolución por aquel entonces como era el Jazz y de ese Cocktail surge en 1962 el mítico Getz/Gilberto que incluye la “Garota de Ipanema” cantada por Astrud Gilberto, esposa de Joao por aquel entonces y que ni era cantante profesional ni pensaba aparecer en el disco. Sin embargo la Bossa Nova había aparecido comercialmente mucho antes a finales de los 50 en la escondida Brasil de la mano del propio Joao en esa deliciosa grabación llamada “Chega de Saudade” (de la que ya hablé <a href="http://loquesuenaenmiipod.blogspot.com/2009/03/bossanova.html">aquí </a>hace tiempo).</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Pero dando una vuelta de tuerca al asunto ni la fusión jazzística norteamericana ni el maravilloso y delicioso pulido del estilo que hizo (fundamentalmente) el genio de Tom Jobim en lo musical (perfilado líricamente por el poeta Vinicius de Morais) reflejaban lo que en palabras del propio Joao Gilberto fundamentaba la esencia de la Bossa Nova. Ello trajo el sentimiento de traición de Joao y muchos problemas en las relaciones personales durante las grabaciones lo que probablemente lastró la carrera del artista y sobre todo de un género que a pesar de su importancia e influencia en esencia fue efímero.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">La Bossa Nova que inventó Joao Gilberto era un estilo musical basado en la Samba clásica que enriquece el aspecto melódico refinando las partes de percusión y rimo para trasladarlas a la guitarra. La forma de tocar la guitarra de Joao recogía a la vez los aspectos armónicos y rítmicos de las bandas de Samba por lo que en teoría no necesita acompañamiento. Desde el punto de vista vocal el nuevo estilo presentaba una inusual forma de cantar a un volumen extremadamente bajo (prácticamente susurrando), economizando recursos (en contra de las técnicas de crooner tan de moda antes y después entre los cantantes estrella), eliminando por completo el vibrato (algo insólito también entre los artistas rutilantes de la canción) y depurando la técnica hasta el punto de no escuchar la respiración del cantante. Sobre el ritmo sincopado de las notas de la guitarra la voz creaba una tensión genuina cantando ligeramente antes o después de lo que le correspondería según el tempo. Si uno escucha los primeros discos de Joao Gilberto (Chega de Saudade o O Amor, o sorriso e a Flor) podrá observar todo esto fácilmente pero escondido de alguna manera en ese precioso traje instrumental cuya autoría recae en el ilustrado Antonio Carlos Jobim. Joao Gilberto siempre se quejó con mayor o menor intensidad de la producción de los discos que según él disfrazaban la esencia de lo que quería hacer.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Por todo lo anterior se entenderá mejor por qué esta semana he pasado muchas horas escuchando “Joao Gilberto” el disco homónimo que el brasileño grabó varios años después de todo aquello en un intento de recuperar la esencia de su Bossa nova. La que él había inventado. Un disco nada sencillo, extraño y desconcertante pero fantástico desde mi punto de vista. Eliminando cualquier tipo de orquestación (está tocado exclusivamente con su guitarra y unos casi minimalistas y esporádicos arreglos de percusión), grabado a un volumen extremadamente bajo y cantado según la escuela de la economía de voz que pregonaba, ahí dentro se pueden encontrar canciones generalmente de larga duración (por encima de los 6 minutos en algunos casos), la fantástica y desconcertante revisión que hace Gilberto de esa obra maestra de Tom Jobim llamada Aguas do Março, canciones que repiten durante minutos sílabas o una única palabra (Undiú), instrumentales (Na Baixa do Zapateiro), delicias susurradas (Falsa Baiana) o el precioso dueto con Miúcha que se puede escuchar aquí abajo. Un disco complicado en su forzada sencillez, precioso y original. Ideal para mantener la cabeza dentro mientras enseñas las piernas. </div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><strong>Joao Gilberto (& Miúcha)</strong> – <em>Izaura</em></div><div style="text-align: justify;"><em>(Joao Gilberto/1973)</em></div><br />
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<iframe allowfullscreen="" frameborder="0" height="315" src="http://www.youtube.com/embed/ETtIIoqecgs" width="560"></iframe>lukah boohttp://www.blogger.com/profile/15154317105430723426noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-2733622695756841766.post-87943715449187097552011-09-11T22:46:00.000+02:002011-09-11T22:46:59.685+02:00Submarine<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiANY4cYrEPAF6UBP9chx6R2pLIiNofciVVmduXda103ewbKv6M3VoD3P4k3Ij3shhqHEmlZLN6Obw0JXRtyxezM25w9lxV26i3Ot1zHBqOmjBUeDE92xe76PhrthaRuGNdc-cpYdQakZo/s1600/turner_submarine_stickered120418.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiANY4cYrEPAF6UBP9chx6R2pLIiNofciVVmduXda103ewbKv6M3VoD3P4k3Ij3shhqHEmlZLN6Obw0JXRtyxezM25w9lxV26i3Ot1zHBqOmjBUeDE92xe76PhrthaRuGNdc-cpYdQakZo/s320/turner_submarine_stickered120418.jpg" width="320" /></a></div><b>Alex Turner</b> – <i>Submarine EP</i><br />
<i>(Domino/2011) </i><br />
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<div style="text-align: justify;">Hace muchos años me explicaron en una clase de filosofía que mientras los colores son capaces de mezclarse íntimamente hasta el punto de no distinguir uno del otro (y en realidad crear un color distinto de los anteriores) no ocurre lo mismo con los sonidos. En una orquesta, en una canción pop, podemos ser capaces de distinguir con el oído todos los sonidos que componen la obra. Es obvio, pero hasta entonces no había reparado en ello. Con el paso de los años me ha dado por pensar sin embargo (y esto si que no está contrastado por ningún experto en filosofía) que esa sopa mágica de sonidos sin mezclar que componen una canción admite en su corazón otras cosas que no son sólo sonidos. Eso explicaría mejor por ejemplo que una canción en la orilla del mar no suena igual que en el metro o que una canción que escuchas viendo el skyline de una gran ciudad a las cuatro de la mañana no suena igual que en la sala de espera de un dentista. El cine es un buen ejemplo de toda esta elucubración. Canciones que crecen o decrecen estando dentro o fuera de una película. Músicas que jamás te hubiesen llamado la atención de no ir acompañadas de una historia en forma de imágenes acaban perteneciendo a la banda sonora de tu vida. Me ha pasado infinidad de veces pero la última de ellas hace muy poco viendo esa extraña pero deliciosa película llamada Submarine.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Reconozco que no soy un gran admirador de los Artic Monkeys. Cuando aparecieron en escena mis prejuicios y mi pertinaz recelo ante las modas repentinas que vienen desde la pérfida Albión me hicieron ver al grupo con dudas y, seguramente de forma injusta, no les presté demasiada atención. Escuchaba y leía los parabienes que recibía el talento de la banda pero por alguna razón no me llamaba demasiado la atención. Por eso no sabía quién era Alex Turner cuando me senté a ver Submarine. Tampoco sabía demasiado de la película más allá de la recomendación encarecida de alguien con criterio así que tuve la suerte de toparme con ella en el estado ideal: algo que te gusta mucho pero que no lo sabes y que no te esperas. Según avanzaba esa agridulce y melancólica historia romántica de un extravagante adolescente galés las férreas defensas de mi espíritu crítico se desvanecían por completo. La película me caló hasta los huesos y con ella su música. ¿O fue al revés?</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Una música que no estoy seguro que fuera de la pantalla hubiese provocado en mí el mismo efecto que dentro pero ya nunca lo sabré. Baladas tremendamente simples en instrumentación pero prácticamente perfectas en resultado. Vestidas de una naturalidad insultante aparecen sin embargo creíbles desde el principio hasta el final. Letras oníricas que sin destripar absolutamente nada se agarran con rigor marcial al metraje para el que fueron creadas. Todo muy tierno. Todo muy bonito. Canciones que navegan en ese punto difuso en el que la tristeza sonríe para transformarse en melancolía. Las canciones están firmadas por Alex Turner y Alex Turner es el líder de los Artic Monkeys. Jamás volveré a dudar de su talento.</div><br />
<b><i>Hidding Tonight</i></b><br />
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<iframe allowfullscreen="" frameborder="0" height="345" src="http://www.youtube.com/embed/ThIqnA8mkLg" width="560"></iframe>lukah boohttp://www.blogger.com/profile/15154317105430723426noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-2733622695756841766.post-51033292871406361052011-09-01T19:13:00.000+02:002011-09-01T19:13:46.948+02:00¿Vulgar y previsible?<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiSZ2XumXuRV_0UEPqfk3vnNcB5tZ6SuL676vNvagllzRCAPXlKbSt0aLgXsejRBqbclMj8AHnTXM77Z_v-oame8cSooTc8Xy_qJUIQKOn__o6QB4BGMb69BR2CV4WTsjB9yCX9Jno0XUU/s1600/Watercolor-Day-1.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; cssfloat: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320px" m$="true" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiSZ2XumXuRV_0UEPqfk3vnNcB5tZ6SuL676vNvagllzRCAPXlKbSt0aLgXsejRBqbclMj8AHnTXM77Z_v-oame8cSooTc8Xy_qJUIQKOn__o6QB4BGMb69BR2CV4WTsjB9yCX9Jno0XUU/s320/Watercolor-Day-1.jpg" width="320px" /></a></div><div style="text-align: justify;"><b>Seth Swirsky</b> - <i>Watercolor Day</i></div><div style="text-align: justify;">(2010/Grimble Records)</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Hay muchos días en los que uno se levanta por la mañana y se convence a si mismo de que el mundo es un sitio vulgar y previsible saturado de seres humanos que responden con escaso margen de error a ese puñado de prototipos que marca la sociedad. Todos hemos cometido el pecado alguna vez de catalogar a las personas por la apariencia, la forma de hablar o cierta opinión del susodicho respecto a un tema en el candelero. Lo triste de tal asunto, más allá del asunto en si, es que las categorías que manejamos son ciertamente muy pocas. Teniendo en cuenta que la inmensa mayoría de los humanos se debaten entre dos partidos políticos, dos equipos de fútbol, dos periódicos, dos grupos de música, dos formas de entender la "vida",… es sencillo interpretar que esa vida, esa cosa gestionada por los seres humanos, es algo vulgar y previsible. Pero luego ocurren cosas inesperadas que te hacen pensar que la magia, el encanto, la ciencia, la belleza, la verdad o la emoción existen. Existen pero no pueden estar en esos manoseados y plastificados “dos de todo” sino que debe por tanto reposar pacientemente en algún cálido y escondido refugio que sin estar expuesto a la marabunta se encuentra sin embargo accesible a cualquiera. Cada vez tengo más claro que la felicidad está en esa esquina que se esconde del mundanal ruido y cada vez tengo más claro que cada uno de nosotros tenemos la nuestra, diferente a todas las demás.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Hace poco mi buen amigo <strong>Pablo Carrero</strong> (capo máximo del imprescindible sello de Pop elegante llamado Rock Indiana) me recomendó la compra de un disco llamado <em>Watercolor Day</em> de un tal <strong>Seth Swirsky</strong> y no pasa un día sin que le de las gracias por ello. Andaba uno con cierto resquemor en los últimos meses por aquello de no encontrar entre las nuevas propuestas que llegan a mi alcoba un disco elegante, emocionante, bonito y agradable que llevarse al paladar de los sentidos y mira por donde estaba ahí. <em>Watercolor Day</em> es uno de esos trabajos atemporales, ajenos a las modas, de una complejidad extrema que sin embargo consigue mostrarse ante el público como sencillo, agradable y muy fácilmente digerible. Alimentado por el ABC del Pop orquestado (ya saben, Brian Wilson, Honeybus, el Pop sesentero de las West Coast, Harry Nilsson, The Beatles,…), vitaminado por el gran talento de los autores americanos de Power-Pop de los 80 y revitalizado con las nuevas técnicas de grabación y producción, <em>Watercolor Day</em> aperece como una pequeña y preciosa maravilla de 19 cortes que por una vez da sentido y verosimilitud a la manida frase de orfebrería Pop.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Seth Swirsky además me sirve para justificar lo que decía al principio. En una tarde vulgar, de un día vulgar descubro la existencia de este personaje del que nadie había oído hablar y que muy probablemente aparezca como vulgar y previsible ante sus vecinos cuando lo ven comprando en el Wall-Mart. Un tipo que vive en algún rincón de la America plastificada y que no sólo es capaz de crear un disco capaz de estremecer (el segundo de su carrera en solitario, por cierto) sino que resulta ser un cantautor de reputado éxito para otros artistas (Rufus Wainwright, Celine Dion, Al Green, Eric Carmen, Olivia Newton-John, Tina Turner,..), Miembro del nada desdeñable combo Pop 60’s-revival <strong>The Red Buttom</strong>, escritor de libros (tiene tres publicados en torno al Beisbol y en base a las cartas que intercambia con aficionados de prestigio, periodistas y jugadores), director de cine (dirigió el documental <em>Beatles Stories</em> sobre personas que tienen algún tipo de relación con los de Liverpool y que ha sido laureado en varios festivales europeos) y hasta afamado coleccionista de “memorabilia” en torno al mundo del Beisbol.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">¿Cuántos Seth Swirsky existen repartidos por el mundo sin que lo sepamos? ¿Cuántos tienes alrededor? Pensaré sobre ello la próxima vez que me entren tentaciones de hacer caso a lo que sale por televisión. Mientras tanto...</div><br />
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<iframe allowfullscreen="" frameborder="0" height="349" src="http://www.youtube.com/embed/Vg6vV7fymCU" width="425"></iframe>lukah boohttp://www.blogger.com/profile/15154317105430723426noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-2733622695756841766.post-39239648302255041892011-07-13T10:51:00.000+02:002011-07-13T10:51:56.988+02:00Vuelve "lo que suena en mi ipod"<div style="text-align: justify;">En estos días de soledad auto sugestiva y calores estivales, cuando canta la Calandria y resuena el Ruiseñor, cuando cada vez tengo más cosas que decir y menos gente a la que contárselo… he decido recuperar este blog que otrora se comportó a flor de piel.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Eso sí, será después del verano. Cuando tenga tiempo y medios para trasformar las ideas en frases más o menos con sentido… </div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">¡Hasta entonces!</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjraq3W3Rsigah9FSiKIv7ftFwmSq0yuWbMc1ZuKCyS2tiXZY0Z1q91lw2PlpRxSVNipF9kTmrCX72TZfiMk8I3v_i5paOtQV09lr6laHJXFuLD7JHqkoqRzPF0VpZH6YiigiydQ8jSihY/s1600/unclesam.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320px" m$="true" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjraq3W3Rsigah9FSiKIv7ftFwmSq0yuWbMc1ZuKCyS2tiXZY0Z1q91lw2PlpRxSVNipF9kTmrCX72TZfiMk8I3v_i5paOtQV09lr6laHJXFuLD7JHqkoqRzPF0VpZH6YiigiydQ8jSihY/s320/unclesam.jpg" width="193px" /></a></div><br />
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</div>lukah boohttp://www.blogger.com/profile/15154317105430723426noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2733622695756841766.post-90787844056976375452011-01-03T16:44:00.000+01:002011-01-03T16:44:38.038+01:00top 50 (2010)Logicamente no he escuchado todos pero de ente los que he escuchado...<br />
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<strong>The Divine Comedy</strong> - Bang goes the Knighthood<br />
<strong>Jeremy Messersmith</strong> - The reluctant Graveyard<br />
<strong>Josh Rouse</strong> - El Turista<br />
<strong>Clem Snide</strong> - Meat of life<br />
<strong>Teenage Fanclub</strong> - Shadows<br />
<strong>Eels</strong> - Tomorrow morning<br />
<strong>Nagasaqui </strong>- Sor Lorenza<br />
<strong>Dr. Dog</strong> - Shame, shame<br />
<strong>Sally Seltmann</strong> - Heart’s that pounding<br />
<strong>Grate Lake Swimmers</strong> - Lost Channels<br />
<strong>John Grant</strong> - Queen of Denmark<br />
<strong>The Very Most</strong> - A year with the very most<br />
<strong>Pernice Brothers</strong> - Goodbye Killer<br />
<strong>Rufus Wainwright</strong> - All days are nights: songs for lulu<br />
<strong>The Apples in Stereo</strong> - Travellers in space an…<br />
<strong>Ferraby Lionheart</strong> - The Jack of Hearts<br />
<strong>Mostar Diving Club</strong> - Do your suit of lights<br />
<strong>Ed Harcourt</strong> - Lustre<br />
<strong>Danny & the chanpions of the world</strong> - Streets of our time<br />
<strong>Paul Weller</strong> - Weeping the nation<br />
<strong>MGMT</strong> - Congratulations<br />
<strong>Trash Can Sinatras</strong> - In the music<br />
<strong>Lucky Souls</strong> - A coming of age<br />
<strong>The Coral</strong> - Butterfly house<br />
<strong>The Radio Dept</strong>. - Clinging ta scheme<br />
<strong>Eels </strong>- End times<br />
<strong>The Clientele</strong> - Minotaur<br />
<strong>Bigot </strong>- This is the beginning<br />
<strong>Villagers</strong> - Becoming a Jackal<br />
<strong>Gin Blossom</strong> - No chocolate cake<br />
<strong>Math & Physic Club</strong> - I shouldn’t look as…<br />
<strong>Fishtank Ensemble</strong> - Woman in sin<br />
<strong>Beach House</strong> - Teen Dream<br />
<strong>Jason Collet</strong> - Ra ta ta<br />
<strong>Vampire Weekend</strong> - Contra<br />
<strong>Ana Lógica</strong> - Apueste por su vida<br />
<strong>Shirley Lee</strong> - Shirley lee<br />
<strong>Edwyn Collins</strong> - Losing sleep<br />
<strong>Sufjan Stevens</strong> - All delighted people<br />
<strong>Fyfe dangerfield</strong> - Fly yellow moon<br />
<strong>Brian Wilson</strong> - Revisiting Gershwin<br />
<strong>Ariel Pink's haunted graffiti</strong> - Before today<br />
<strong>The magnetic fields</strong> - Realism<br />
<strong>Broken Bells</strong> - Broken bells<br />
<strong>Robert Plant</strong> - Band of joy<br />
<strong>Arcade Fire</strong> - The Suburbs<br />
<strong>Avi Buffalo</strong> - Avi Buffalo<br />
<strong>Locksley</strong> - Be in love<br />
<strong>The Drums</strong> - The drums<br />
<strong>Surfer Blood</strong> - Astrocoastlukah boohttp://www.blogger.com/profile/15154317105430723426noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2733622695756841766.post-2101898913449223692010-05-17T23:31:00.000+02:002010-07-04T22:11:13.123+02:00Keep on rockin'<div style="text-align: justify;">“<i>All days are Nights: Songs for Lulu</i>” es el nuevo disco de <b>Rufus Wainwright</b>, artista medio canadiense medio neoyorquino, hijo de cantantes, icono de la comunidad gay, barroco, amante de la opera y autor de cinco discos previos que a mí particularmente me encantan. Si alguien no lo conoce y pretende iniciarse en el fascinante y controvertido mundo del artista no le recomiendo sin embargo que pretenda hacerlo con este álbum porque sin duda es el más difícil de todos. ¿Es malo? Yo no he dicho eso. He dicho que es difícil. Oscuro, denso y difícil. Doce cortes de melodías no lineales y extrañas interpretadas exclusivamente con piano y voz. Aunque las letras son tan oscuras y difíciles de entrever como la propia portada y o el libreto interior parece obvio pensar que el concepto está relacionado con el fallecimiento de la madre de <b>Rufus Wainwright</b> y de la misma forma es sencillo hacerse una idea sin escucharlo de cual es el tono de todo el disco.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><img style="text-align: justify;float: right; margin-top: 0px; margin-right: 0px; margin-bottom: 10px; margin-left: 10px; cursor: pointer; width: 200px; height: 200px; " src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgMPOQRjLHzyxuTFxdjnGeetk3d06Ontjd4sU86PYce25lkO-LYbL1a8rdRPp60glL99tICrNhXlbh428b6IQunIbg1kXuWKr3r0wKo1Pw1QhCf-NLmXvKsrQhL8oUOmqdzH2bKNLpwDMU/s200/1269403629_rufus.jpg" border="0" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5472357432983770850" /><div style="text-align: justify;">Hace unos meses el genuino cantautor informó a todo el que quisiera escuchar sobre su aparente aburrimiento respecto al mundo de la música pop y al mismo tiempo que anunciaba la intención de abandonar definitivamente la producción de álbumes construidos sobre la base de ese estilo musical “menor” para centrarse en su verdadera pasión: la opera. Con una alta dosis de dignidad y honestidad y huyendo de la tradicional demagogia el artista anunció hace también unos meses que se embarcaría en una gira mundial acompañado exclusivamente de su piano con la intención exclusiva de recaudar dinero para su proyecto musical.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Esa gira pasaba hace 15 por el Circo Price madrileño pero yo entonces no sabía nada de todo esto. Ni siquiera sabía que el bueno de Rufus tenía un nuevo disco en el mercado. Así estamos. Una de las personas que más quiero en esta vida (y que más me quiere) conoce de mis debilidades musicales y de forma sorprendente y sorpresiva me condecoró con una entrada para el evento que yo no esperaba. Por circunstancias de la vida es cierto que he reducido drásticamente mis salidas nocturnas para asistir a conciertos y aunque algunas veces se trata de causas de fuerza mayor la mayoría de las veces la única causa es fundamentalmente la pereza y la falta de ganas, una dañina enfermedad que como la nada en el país de la fantasía se apodera peligrosamente de mis entrañas últimamente. Esa enfermedad es probablemente la única razón de que no hubiese comprado la entrada por mi mismo en el momento en el que supe del concierto pero así fueron los acontecimientos.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Fui sólo al concierto. Había sido un día de mierda aunque en esas semanas todos los días eran de mierda. El Circo Price no está muy lejos de mi casa así que decidí ir dando un paseo para oxigenarme y hacer tiempo mientras en mis oídos retumbaba el “<i>Acid</i>” de <b>Ray Barretto</b> que fue lo más animado que encontré en mi ipod y porque no quería ponerme a pensar en nada. Había quedado con un amigo que por la mañana me había dicho que acudiría pero en la misma puerta me encontré con la mitad de los happy losers que no sabía que estarían allí. En cualquier caso, salvadas las cervezas preparatorias, todos teníamos entradas separadas y lógicamente yo estaría sólo en la grada.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">El concierto de Rufus constaba de dos partes pero sólo la segunda de ellas fue lo que realmente puede considerarse un concierto normal de <b>Rufus Wainwright</b>, entendiendo como normal que en el escenario apareciese solamente con su piano. En ella vimos al Rufus simpático, agradable y dicharachero que desgranaba éxitos y guiños a sus fans más acérrimos con talento y naturalidad. Casi todas las críticas que he leído del concierto coinciden en que esta fue la parte más divertida y probablemente tengan razón aunque no es la parte que yo recordaré. En la primera parte del concierto un maquillado Rufus interpretaba sin aplausos, vestido con traje de cola infinita y hombreras histriónicas, con una puesta en escena macabra, tenue y apesadumbrada, todas y cada una de las canciones de su “<i>All days are Nights: Songs for Lulu</i>”. Doce canciones tristes, melancólicas y sentidas tocadas sobre una penumbra de espesa luz mortecina con un teatro absolutamente lleno que tenía prohibido aplaudir y que apenas respiraba. Conozco gente a la que la performance le pareció un pesado tostón y están en su derecho de pensarlo. Probablemente yo pensaría lo mismo en otras circunstancias pero aquella noche tenía los sentidos en un estado muy próximo a lo que llamamos a flor de piel y no pude preocuparme de diseccionar la interpretación como si fuese un simple espectador. A la tercera canción, arropado por el anonimato de la grada y acunado por el cálido ambiente estaba llorando a moco tendido de forma inconsolable. No sé lo que estaba diciendo el joven Rufus ni si realmente una persona que se siente privilegiada como yo tenía o tiene motivos para ponerse a llorar como un gilipollas incomprendido pero aquella noche, durante la hora que duró aquello, se me pasaron un montón de cosas por la cabeza que me hicieron llegar a ese estado y me sentí una mierda.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Desde entonces hasta hoy he seguido viviendo una montaña rusa de emociones que van desde salta eufórico en la noche de Hamburgo porque un señor rubio metía un balón dentro de una red a tener que contener las lágrimas para parecer fuerte en el crematorio de una persona con la que hace cuatro semanas estaba cenando. Todo ello pavimentado con ladrillos de tamaño infinitesimal que me llevaban del abismo al cielo en apenas unos segundos. No es sano un recorrido así. He pasado por discutir a través de internet, discutir a través del teléfono y discutir de viva voz. Me he levantado con la sensación de querer acostarme y me he acostado con la sensación de no querer dormir. He tenido pesadillas en las que me pegaban al subir al autobús del colegio treinta años después de que aquello ocurriera. He perdido las ganas de coger la guitarra lo que unido al tiempo menguante que me queda para ello ha hecho que efectivamente no he vuelto a tocar una nota desde el concierto de Rufus. He pensado y he dejado de pensar. He llorado y he dejado de llorar. He llamado a gente que no me ha contestado la llamada y no he contestado la llamada a gente que me ha querido llamar. El mundo a veces es así de complicado.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">El primer y único disco de <b>Lukah Boo</b> está terminado y masterizado pero a nadie parece importarle demasiado. Ni siquiera a mí mismo. Sé que podría ser injusto decir algo así pero por eso pongo el adjetivo demasiado. Demasiado es un concepto relativo que siempre puede ser más o menos a gusto del consumidor. El disco está terminado pero ninguno de los dos principales valedores del mismo están contentos con el resultado. Yo tampoco lo tengo muy claro aunque el tiempo me dará mejor perspectiva. La culpa evidentemente, para bien o para mal, la he tenido yo por no saber hacer las cosas pero como tantas otras en mi vida nadie me ha enseñado a hacerlas y a veces tengo que cometer errores que no me dejan subsanar. Puede que este sea el caso. Es así y así tiene que ser. Tampoco sé cuando saldrá a la luz, si sale, porque todo apunta a que nunca es un buen momento. No obstante saldrá, seguro que saldrá. No sé cuando o como pero tendrá que salir porque me encargaré personalmente de que así sea.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Hace tiempo que noto una pereza creciente a la hora de escribir este blog y puesto que nació con la vocación de ser una pura diversión que está resultando dejar de serlo he decidido dejarlo. Al menos de momento. Lo tenía decidido desde hace tiempo pero me debía una explicación que ahora escribo. Lo bueno de ser discreto al aparecer es que puedes ser igual que discreto al desaparecer sin causar verdadero trastorno.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Muchas gracias a todos los que alguna vez me habéis leído y especialmente a todos los que alguna vez os habéis atrevido a comentar algo. Para mi fue muy importante.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Keep on rockin’ on the free world.</div>lukah boohttp://www.blogger.com/profile/15154317105430723426noreply@blogger.com8tag:blogger.com,1999:blog-2733622695756841766.post-32407379527338147802010-04-30T14:17:00.000+02:002010-07-04T22:11:13.134+02:00Rock progresista<div align="justify">Hace ya un tiempo que escribí una especie de artículo en Popmadrid (<a href="http://www.popmadrid.com/node/20243"><em>aquí</em></a>) comentando la rabiosa actualidad en lo que respecta a las tendencias en el mundo de la música y en como a veces las historias se repiten. Entonces, abrumado como estaba por esa tendencia a encontrar en las tiendas cada vez más discos de grupos ultra-sofisticados y complejos, muy próximos a los parámetros que hace décadas habían sustentado los cimientos del rock sinfónico, con grandes dosis de intelectualidad y músicos virtuosos que hacían de esto de la música algo inabordable para un chicho de barrio como yo. Soñaba ingenuamente así con una especie de punk (no el estilo musical sino el espíritu) que lo mandase todo a la mierda y volviese a acercarse a esto de la música desde las premisas del talento bruto y la frescura olvidándose de la complejidad artificial. Pasados un par de años el panorama no es muy diferente yo creo que congelado por el efecto piratería, la muerte de la música pop como arte y el lamentable alejamiento que el pueblo llano práctica respecto de la creación musical. No hablo de interpretación en un macroescenario estival. Hablo de creación musical.<br /><br />Aquello de los grupos de tendencia medio folk, con miles de instrumentos sonando, narrando letras retorcidas y oscuras que podrían pasar por poesía de vanguardia o los pequeños genios de virtuosismo instrumental en torno a los cuales se generaban etiquetas musicales de complejidad sonora no han pasado de moda sino que se han asentado. También han aparecido en escena un buen puñado de grupos que lideran las listas de tendencias que basan su razón de ser en el collage sonoro y la libertad de reglas, como una especie de Bebop en tiempos de la electrónica. Curioso. Estas semanas de ausencia he estado deambulando por entre estas propuestas con suerte dispar.<br /><br /><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjSpKuwrUmP91T5Grsu2rRWCsTrvn90VOTuuga84DW4cldzO43UpCaAfc50QuzYVhFQU1ZwtFhIAYhqjw5FJg_coQJv3COlR_kiJMztnI9UG52LGFV4hvSZaH11h94V5Clcp1QlyUeesz0/s1600/n48990wkh5s.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5465907372233983794" style="FLOAT: right; MARGIN: 0px 0px 10px 10px; WIDTH: 198px; CURSOR: hand; HEIGHT: 200px" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjSpKuwrUmP91T5Grsu2rRWCsTrvn90VOTuuga84DW4cldzO43UpCaAfc50QuzYVhFQU1ZwtFhIAYhqjw5FJg_coQJv3COlR_kiJMztnI9UG52LGFV4hvSZaH11h94V5Clcp1QlyUeesz0/s200/n48990wkh5s.jpg" border="0" /></a>Una de las pocas cosas que me gustan de los macrofestivales es tener la oportunidad de ver un montón de grupos desconocidos que de otra forma hubiese sido muy complicado escuchar. Eso fue lo que me ocurrió hace años en el extinto Summercase de Madrid cuando entre concierto y concierto de entre los que tenía marcados en mi agenda me metí en uno de los escenarios pequeños para ver lo se estaba cociendo y me encontré un banda extraña con cinco personas al cargo de los instrumentos típicos pero que además cada uno de ellos llevaba uno o varios teclados. La música que sonaba era una especie de Americana unas veces, Indie-Pop (de claros tintes americanos también) otras que sin resultar especialmente novedosa tenía mucho encanto. Bonitas melodías, arreglos ingeniosos, letras misteriosas y un conjunto musical bastante melódico y cuidado. Me gustó mucho aquel concierto. La banda se llamaba <strong>Midlake</strong> y días después tenía sus dos discos editados hasta la fecha. Hace unas semanas salió publicado su tercer álbum titulado “<em>The courage of Others</em>” que ha sido una de las mayores decepciones que me he llevado en los últimos años. Lo he escuchado mil veces a estas alturas tratando de encontrar la gracia que debe tener pero que nunca encuentro ya que cada vez que lo hago me aburre más. Anclados en una especie de Folk pastoral pesado y setentero se suceden canciones perfectamente construidas y ejecutadas a las que no le encuentro ninguna gracia. denso, espeso, sinfónico,… No sé donde he leído que es uno de los mejores discos de lo que va de año. Esa no es desde luego mi opinión.<br /><br /><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEga8fLW4dmkvJET2p2ze5Cvv59JlN5yWNyrp9Kic1s3X_Zy9otc8IkLiILC3Z9Vb3yCvZ_0KnXZDixL1seCXDE9Xzh4b7O7ppOcASZhVVbq-l2g8shVnNkLeSj-pVQafBRlmQfrvk6P1Gk/s1600/n56839jamu2.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5465907175886187602" style="FLOAT: left; MARGIN: 0px 10px 10px 0px; WIDTH: 199px; CURSOR: hand; HEIGHT: 200px" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEga8fLW4dmkvJET2p2ze5Cvv59JlN5yWNyrp9Kic1s3X_Zy9otc8IkLiILC3Z9Vb3yCvZ_0KnXZDixL1seCXDE9Xzh4b7O7ppOcASZhVVbq-l2g8shVnNkLeSj-pVQafBRlmQfrvk6P1Gk/s200/n56839jamu2.jpg" border="0" /></a>Afortunadamente ni puedo ni quiero decir lo mismo de la nueva entrega de <strong>The Morning Benders</strong>, “<em>Big Echo</em>”, un disco al que le hinqué el diente un poco a regañadientes (su anterior trabajo tampoco es que me hubiese matado) pero que me enganchó en cuanto escuche la canción con que se abre, esa especie de retro-avant-garde titulada “<em>Excuses</em>”. Los californianos vuelven con las mismas características que ya se veían en su álbum de debut y que básicamente navegan por las modernas técnicas de composición en base a gadgets electrónicos y las posibilidades de la edición digital mezcladas con melodías eminentemente sixties y particularmente de la costa oeste californiana. La cacareada influencia de <strong>Brian Wilson</strong>, sin ser realmente patente, si que parece entreverse entre loops y efectos sonoros. En esta nueva entrega sin embargo me parece que las canciones son más sólidas y más canciones. En muchas ocasiones dan ganas de tararear la melodía antes que fijarse en ritmo tan chulo que han conseguido o el sonido tan cool de la guitarra eléctrica lo cual es muy de agradecer para tipos como yo. Desgraciadamente la emoción inicial se va disipando poco a poco mientras se suceden los cortes pero el regusto que me queda al final es lo suficientemente bueno como para que me den ganas de volverlo a escuchar.<br /><br /><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiSz7FK2yKUganNRTqcG7kAXe7Vv5UyeYilfOfQplpUsVYyexlq6UfGSwUE8saCC0h2NxXCF_JkDVCk2vmXacaqB0BmPL8iDb5Lpb_mgSje11GDdQ-4UFzHpWImqq0DxK9yRKG7NuINPrQ/s1600/n45059foel8.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5465907041022811026" style="FLOAT: right; MARGIN: 0px 0px 10px 10px; WIDTH: 200px; CURSOR: hand; HEIGHT: 176px" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiSz7FK2yKUganNRTqcG7kAXe7Vv5UyeYilfOfQplpUsVYyexlq6UfGSwUE8saCC0h2NxXCF_JkDVCk2vmXacaqB0BmPL8iDb5Lpb_mgSje11GDdQ-4UFzHpWImqq0DxK9yRKG7NuINPrQ/s200/n45059foel8.jpg" border="0" /></a>Y acabo con una de los discos a los que la crítica de vanguardia parece tenerle puesto el ojo últimamente. El debut de <strong>Fang Island</strong>, un grupo nuevo en las tiendas formado en las recónditas tierras de Provicence en Rhode Island (¡igual que <strong>Velvet Crush</strong>!) y que practican una mezcla musical inquietante y curiosa que incluye elementos del hard rock o los desarrollos más heavies del pop (a veces a mi me parece incluso rock progresivo) mezclado con pasajes y conceptos de melodía tan impropios de los estilos anteriores y todo ello rebozado con el generoso paraguas del indie-rock americano que todo lo abriga y todo lo quiere. El disco tiene buenos momentos, es original en muchos aspectos y lo curioso de la propuesta se mantiene en todos los cortes. Aunque a mí personalmente no me termina de matar, no creo que sea un disco que escuche muchas más veces, y que se me escapa más allá del efecto curiosidad entiendo perfectamente que sea objeto de deseo por parte de la prensa especializada. </div>lukah boohttp://www.blogger.com/profile/15154317105430723426noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-2733622695756841766.post-54014152943070916422010-04-16T16:07:00.000+02:002010-07-04T22:11:13.142+02:00Solitaire<div align="justify">Recuerdo que una vez estaba sentando en el Vicente Calderón (suelo ir todos los domingos) y el estadio estaba completamente lleno. Hacía un día de perros, el partido era pésimo (una constante desde que la saga Gil tiene secuestrado el escudo) y ninguno de mis acompañantes habituales estaba aquel día conmigo. Recuerdo también que por aquel entonces no estaba pasando una de mis mejores épocas y dado el fascinante espectáculo que desde el césped se me brindaba me puse a pensar sobre lo divino y lo humano y eso me llevó a un estado de melancolía extremo que colocó en carne viva los poros que regulan mis sentimientos. Con cientos de periodistas, docenas de fotógrafos, policías, jugadores y sobre todo 50.000 personas alrededor… me sentí sólo. Curioso. Desde entonces me dio por pensar que tener amigos no era estar rodeado de gente con la que te ríes sino otra cosa bastante más complicada. Me di cuenta que salir a tomar copas un sábado por la noche con un montón de gente para reírte y no tener que hablar de cosas complicadas es tremendamente fácil de conseguir, lo difícil es encontrar gente que te aguante cuando estás gruñón y que entienda que te sientes sólo rodeado de 50.000 personas. Esta semana he tenido una sensación parecida de soledad. Por razones totalmente aleatorias he pasado mucho más tiempo en silencio que hablando o en mitad de una conversación y por las mismas razones (o no) he sido espectador anónimo de todo lo que me rodeaba sin que tuviese la sensación de que se me estuviese echando mucha gente de menos. Curioso. Entre medias he tenido que decidir si una prueba de masterización está bien hecha o no y la verdad es que lo único que tengo claro es que no tengo la capacidad para decidirlo pero a todo el que se lo decía me contestaba dicendo que estaba equivocado. Curioso también. Y más curioso todavía es que los discos que he estado escuchando para ilustrar y dar color a todo lo anterior han resultado ser de artistas en solitario.<br /><br /><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhlGkGKX34DCh62LtYjYjIs2okT7BcwyqsUUwkBQ_-_v-nQqwle5ootMevSHrhImGKuamr4YhsrZsIJJKPVwh7177tF1BdsFtXQBe9-m4tb9Q6EMe_lq6htOQDmZadEIwzb3pDa9fbC_jA/s1600/n57954wudsk.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5460738822751682578" style="FLOAT: left; MARGIN: 0px 10px 10px 0px; WIDTH: 200px; CURSOR: hand; HEIGHT: 181px" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhlGkGKX34DCh62LtYjYjIs2okT7BcwyqsUUwkBQ_-_v-nQqwle5ootMevSHrhImGKuamr4YhsrZsIJJKPVwh7177tF1BdsFtXQBe9-m4tb9Q6EMe_lq6htOQDmZadEIwzb3pDa9fbC_jA/s200/n57954wudsk.jpg" border="0" /></a>Como por ejemplo <strong>Josh Rouse</strong>, uno de mis artistas favoritos desde que lo descubrí hace muchos años con su primer disco y al qué por alguna razón había empezado a coger manía últimamente. No sé si por sus erráticos últimos discos (aunque no creo que sea por eso porque yo los tengo en bastante mejor estima que la crítica “especializada”) o más bien por la sensación tan rara que me transmitió la última vez que lo vi en directo (hace un par de años en La Joy Eslava). Aquel día salí del concierto con la sensación de que las ganas que tenía el señor Rouse de estar sobre el escenario eran las mismas que tenía yo de levantarme a las seis de la mañana al día siguiente y creo que esa es la peor sensación que puede transmitir un artista. Sobre todo porque es fácilmente confundible con falta de respeto hacia el público que es algo que nunca he tolerado en la gente que me gusta. Estoy convencido de que no es más que una sensación mía y que no es así pero lo cierto es que me quedó el resquemor y no he vuelto a verlo en directo. Yo, que había sido uno de los últimos defensores a ultranza de sus discos (y no me refiero a sus obras maestras “<em>1972</em>” y “<em>Nashville</em>” que se defienden solas sino a lo que ha venido después) me quedé con esa rara sensación de no saber si estás equivocado. Por eso cuando me compré este “<em>El Turista</em>” y vi los títulos en castellano, pero sobre todo cuando leí las letras sin escuchar el disco (“<em>y ella le trae regalitos</em>”, “<em>ciudad de valencia donde viven falleras como eres tú</em>”, “<em>camarero ponme un kas</em>”,…) en fin, me asusté bastante. Pero no tenía razón. El disco es original (y para nada frívolo), me gusta mucho y casi me gustan más las canciones en ese macarrónico castellano tan particular (en especial esa bossanova llamada “<em>Mesie Julian</em>” que no puedo parar de escuchar). El disco es una nueva entrega del talento de <strong>Josh Rouse</strong> con la misma clase y buen gusto de siempre pero salpicado esta vez (más que nunca) con sonidos del folclore brasileño y sus países limítrofes que para nada disimulan ni distraen ese inmenso talento del americano para componer preciosas canciones Pop. Supongo que el disco amplificará el debate de si los últimos discos del artista están a la altura de los anteriores pero es un debate que no me interesa. A mí es un disco que me encanta.<br /><br /><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiB_92rRq8L9fsh4H0ApJ_FdIoLR4H6oE70Q-dSEQc58nCHGXN1PmLImmFZuLkSZc5nm0GMNfvblSfCXV5A6v7DjpXHwhXP_K87IGJe2c8UnN9gToyIkoBTEfEIdbmAT_QIgjgZPfNT_CI/s1600/n40109qy53c.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5460738684326840690" style="FLOAT: right; MARGIN: 0px 0px 10px 10px; WIDTH: 200px; CURSOR: hand; HEIGHT: 181px" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiB_92rRq8L9fsh4H0ApJ_FdIoLR4H6oE70Q-dSEQc58nCHGXN1PmLImmFZuLkSZc5nm0GMNfvblSfCXV5A6v7DjpXHwhXP_K87IGJe2c8UnN9gToyIkoBTEfEIdbmAT_QIgjgZPfNT_CI/s200/n40109qy53c.jpg" border="0" /></a>También me gusta mucho el último disco de <strong>Eels</strong>, mi descubrimiento del año. La última entrega del controvertido de Mark Everett, conocido como E. en los círculos musicales, es otra gran demostración de cómo estrujar el corazón sin artificios y seguir sacando valioso jugo. Tras haberme pasado por su biografía y sus primeros trabajos (magníficos todos ellos) me daba un poco de vértigo aventurarme con el último capítulo de una saga que me apetece degustar a base de pequeños sorbos pero lo cierto es que no ha resultado nada decepcionante. Más al filo del Low-Fi de lo que incluso es habitual en la música de <strong>Eels,</strong> en este “<em>End Times</em>” poco a poco se van desgranando pequeñas historias cargadas de lirismo y realidad que terminan convenciendo. Mejor en las baladas minimalistas que en los blues electrónicos (es mi modesta y sincera opinión) el disco deja el irónico gusto amargo de entender que has estado disfrutando paseándote por el lado más triste y melancólico de los sentimientos. Un camino que el bueno de E. parece dominar a la perfección. Otro disco perfecto para esta peculiar semana.<br /><br /><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjfc-wdfTSFbcIbhjF7-5FTbAI2AnoLJyML6JS8XOS0rjrAE4Xyjbf4jVdOMQKZtnJErIXY_QJVt3PRncl9qhwx1Q6QkfhoQCGBDH4PDKYiNBzVCwH-VF_jsbgBMeYPU1hHi4RGAHzGNGc/s1600/m62659kkuu7.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5460738509303483058" style="FLOAT: left; MARGIN: 0px 10px 10px 0px; WIDTH: 200px; CURSOR: hand; HEIGHT: 200px" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjfc-wdfTSFbcIbhjF7-5FTbAI2AnoLJyML6JS8XOS0rjrAE4Xyjbf4jVdOMQKZtnJErIXY_QJVt3PRncl9qhwx1Q6QkfhoQCGBDH4PDKYiNBzVCwH-VF_jsbgBMeYPU1hHi4RGAHzGNGc/s200/m62659kkuu7.jpg" border="0" /></a>Hace poco hablaba de <strong>Spearmint </strong>reflexionando sobre todos esos grupos que merecen la pena y que viven en los intersticios menos gratificantes de la industria musical (sé de lo que hablo) y entonces ya dejé claro mi afición a esta etiqueta. <strong>Shirley Lee</strong> es el líder carismático de la banda londinense y recientemente ha publicado su primer disco en solitario que no tiene aparentemente título con lo que entenderé que es homónimo. El disco lógicamente sigue todos los parámetros de <strong>Spearmint</strong> y sus canciones individualmente podrían haber aparecido en cualquier disco de la banda pero sin embargo el conjunto da una sensación diferente. Está bien, es muy digno y me gusta pero me deja un poco frío. Creo que en el fondo le faltan canciones verdaderamente importantes que hagan justicia a una sencilla pero curiosa producción y las personales letras de siempre. No sé si la aventura de <strong>Shirley Lee</strong> tendrá continuidad o no en este formato pero si ocurre así me encantaría que siguiese la línea marcada en “<em>London Ghost Stories</em>” (¡fantástico instrumental!) o sobre todo “<em>The first time you saw snow</em>” en lugar de otras opciones que también se apuntan. </div>lukah boohttp://www.blogger.com/profile/15154317105430723426noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-2733622695756841766.post-61392575982674723962010-04-12T15:59:00.000+02:002010-07-04T22:11:13.151+02:00Paréntesis<div align="justify">Cuando hace unas semanas me fui a disfrutar de las veleidades laicistas de la semana santa (lo siento por le nuncio y la curia romana pero para mí semana santa siempre ha sido sinónimo de vacaciones con todo lo que ello implica y poco más) llevaba en mi zurrón una gran remesa de discos a los que hincar el diente con potenciales horas y horas de reflexión por delante. Por alguna razón que tendrá que ver con la teoría de los ciclos, el misterio de los biorritmos o el escurridizo <em>bosón de Higgs</em> lo cierto es que cuando volvía de vuelta a Madrid días después aquel buen puñado de CDs impolutos y con olor a nuevo seguían sin perder su absurda virginidad. La razón no hay que buscarla en que servidor pasase sus días de asueto contreñido por el efecto purgante de las saetas de dudoso gusto que con voz quejosa se cantaban con más pena que gracia en el bonito pueblo de la sierra abulense en el que reposaba mis huesos. Tampoco es que tuviera a bien pasar los días recreándome en el purificador silencio de la reflexión santa sin nada que lo rompiese. Nada más lejos de la realidad. Desde que mis ojos dejaban entrar los rayos de sol bien de mañana la música pop (en el amplio sentido de la palabra) frotaba todos mis poros hasta que el día declinaba de forma natural. La única y sencilla explicación para tal efecto hay que buscarla en mi preocupante estado de paréntesis, ese estado raro y confuso que me hace tener la sensación de que las cosas pasan a mí alrededor sin que me toquen, como si estuviese viviendo en una burbuja tapizada con paréntesis. Unos paréntesis que se abrieron en algún momento hace algunas semanas pero que siguen sin cerrarse y mientras el mundo va desgranando sus días y semanas como pétalos de una margarita cuasi infinita aquí el que suscribe está sentado en su cálido porche de madera bebiendo limonada y esperando al cartero sin darse cuenta primero de que el sol sigue saliendo todas las mañanas y después de que el cartero sin no ha venido todavía a estas alturas probablemente ya no vendrá.<br /><br /><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEinR0IyH0T89lZIbCFHUiqgzCGz6LSbWuR0sxms_IGlGLF34sGRYXzCSPH0aA7s2yXvpv5Lplss6Hd4-2Eaoqyekn5a8PCaQT4mt4emYVw7BrjVZUBzr0SEWLzBfPaoiVJ-3HJFnPunC0U/s1600/n39716c77bi.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5459254745339762498" style="FLOAT: right; MARGIN: 0px 0px 10px 10px; WIDTH: 200px; CURSOR: hand; HEIGHT: 200px" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEinR0IyH0T89lZIbCFHUiqgzCGz6LSbWuR0sxms_IGlGLF34sGRYXzCSPH0aA7s2yXvpv5Lplss6Hd4-2Eaoqyekn5a8PCaQT4mt4emYVw7BrjVZUBzr0SEWLzBfPaoiVJ-3HJFnPunC0U/s200/n39716c77bi.jpg" border="0" /></a>Y nos es que no escuchase discos actuales, editados recientemente, sino que los que escuchaba eran fundamentalmente de artistas que ya conocía y que me gustaban con lo que la capacidad de sorpresa se diluía entre las siete notas musicales y mi archivo documental. En ese caso se enmarca, sin duda alguna, el último disco de<strong> Clem Snide</strong>, uno de mis grupos favoritos consolidado en esa posición a lo largo de años y años de escuchar sus discos pero que independientemente de favoritismos, sentencias preconcebidas y amor por el talento de <strong>Eef Barzelay</strong> y <em>Pete Fitzpatrick</em> han conseguido volver a deslumbrarme con su recién estrenado “<em>The Meat of Life</em>”, un disco que a día de hoy no puedo dejar de escuchar. Superada la transición de su disco anterior, el nada desdeñable pero ligeramente extraño y falto de contexto “<em>Hungry Bird</em>”, los americanos vuelven a la cima del particular mundo de <strong>Clem Snide</strong>. Probablemente no sea su mejor disco (para mi “<em>Soft Spot</em>”) pero es sin duda un gran disco. Construido con elementos básicos (en cuanto a instrumentación y producción) pero muy bien ejecutados y mezclando nostalgia, tristeza, ironía y rabia con esa particular destreza que nadie ha conseguido imitar, la banda consigue facturar un disco tremendamente compacto, creíble, reconocible, plagado de grandes momentos y lleno de buenas canciones. Reproduciendo fielmente ese sonido característico y atemporal de sus discos anteriores (personalmente encuentro homenajes a cada uno de ellos según avanzan las canciones) el resultado resulta ser “otro disco de Clem Snide” con toda la carga buena (más que mala) que ello tiene. Una gran noticia esto de descubrir que aquella banda que una vez se gestó en el corazón intelectual de Boston sigue dando coletazos con el mismo vigor que siempre (que es decir bastante).<br /><br /><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgnPSia03tOQ6j7gVz3icxnLKSVUtQpcfeqfg6ghOWo72894O-OdFwThj6bVbkizhOhFAjaBiTIej4fwYSLGzvfODyh172ogFaDLZ-vfzTynYcc4fa4BFGgwBZ89_TvwmgvKTUuZSn0Bqw/s1600/n60150p82zq.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5459254614099632114" style="FLOAT: left; MARGIN: 0px 10px 10px 0px; WIDTH: 200px; CURSOR: hand; HEIGHT: 184px" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgnPSia03tOQ6j7gVz3icxnLKSVUtQpcfeqfg6ghOWo72894O-OdFwThj6bVbkizhOhFAjaBiTIej4fwYSLGzvfODyh172ogFaDLZ-vfzTynYcc4fa4BFGgwBZ89_TvwmgvKTUuZSn0Bqw/s200/n60150p82zq.jpg" border="0" /></a>Otra agradable no-sorpresa que ha venido a ocupar mi espacio de escucha musical durante los últimos días es el último intento del canadiense <strong>Jason Collet</strong> por encontrar la canción perfecta. El de Toronto, que antes de iniciar su carrera en solitario ya llevaba una sólida carrera como músico detrás (<strong>Broken Social Scene</strong>), lleva ya unos cuantos años dejando muestras de su buen hacer en esto de escribir e interpretar discos construidos de bonitas canciones. Personalmente lo descubrí con aquel bonito “<em>Idols of Exile</em>” (que para mi sigue siendo su mejor disco) y desde ahí he llegado a este “<em>Rat a tat tat</em>”, un disco que cimentado en el clasicismo del sonido que practica el señor Collet (americana, pop setentero,…) intenta explorar mínimamente otros escenarios que conviven en la frontera. Más acertado, para mi gusto, en su vertiente pop (la de la harrisonesca “<em>Cold Blue Halo</em>” por ejemplo) que en la roquera, el disco no termina de deslumbrarme ni parecerme especialmente brutal pero sí que es lo suficientemente bueno y honesto como para ser escuchado varias veces con atención buscando su momento.<br /><br /><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhMr-r33qLu00pB16HyW8d7hzTGADxp72d1ttDoFQyhyX_sINU5Pw6NOl4Ok-fLI04xwT7KsrEywKGj-pGW0Ll1lDmRay4w0R4NFt09m0Jh3Knx-78EEzhDgKH3PIjHEtLUkCI__NnUXHw/s1600/n41426ey5v3.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5459254467249734866" style="FLOAT: right; MARGIN: 0px 0px 10px 10px; WIDTH: 200px; CURSOR: hand; HEIGHT: 178px" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhMr-r33qLu00pB16HyW8d7hzTGADxp72d1ttDoFQyhyX_sINU5Pw6NOl4Ok-fLI04xwT7KsrEywKGj-pGW0Ll1lDmRay4w0R4NFt09m0Jh3Knx-78EEzhDgKH3PIjHEtLUkCI__NnUXHw/s200/n41426ey5v3.jpg" border="0" /></a>Y para terminar otra de esos espacios comunes conocidos que me han servido como refugio dentro del paréntesis aunque en este caso se tratase de una de esas referencias (me pasa a veces) que por más que intento entenderlas para ponerme a la altura de esa masa importante de gente que la considera especialmente digno de mención… no termino de entender. Me estoy refiriendo a <strong>The Magnetic Fields</strong>, uno de esos grupos que levanta pasiones entre amigos y conocidos de excelente gusto y genuino criterio pero que a mí no me termina de llegar. No es que no me guste (hay discos y discos no obstante) es simplemente que no encuentro lo que les hace especiales. No obstante esta vuelta de tuerca distinta a su sonido tradicional que practican en su nueva entrega, “<em>Realism</em>”, me ha gustado más que su anterior experimento, el aclamado por la crítica “<em>Distorsion</em>”. Esta revisión en clave de Folk naive y eminentemente indie de su particular concepción del pop tiene muchos momentos cálidos. Aunque se me hace difícil cimentar mi atención en nada en concreto y siendo el regusto que me queda al final como de no saber exactamente que se me ha quedado de todo lo que he estado escuchando, lo cierto es que el disco es muy bonito y resiste perfectamente todas las vueltas que servidor le ha dado. Creo que es uno de los que más me gustan del grupo. </div>lukah boohttp://www.blogger.com/profile/15154317105430723426noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-2733622695756841766.post-1995255627850328582010-03-26T15:23:00.000+01:002010-07-04T22:11:13.160+02:00Cigarrillos que se queman<div align="justify">Cuando era pequeño (más pequeño) recuerdo que escuchaba constantemente a los señores mayores decir eso de “¡ya se ha pasado otro año!” como si los días, los meses y los años que vivían fuesen pipas que se comen sin sentir en un campo de fútbol o cigarrillos que se queman sin más pretensión que quemarlos. Soportado en esa insultante juventud en la que un año era un periodo equivalente a prácticamente toda una vida, aquello me pareció siempre una especie de brindis al sol que no se creían ni ellos pero sobre todo una estúpida forma de dilapidar la bendición del tiempo para hacer cosas. Hoy en día, muchos años después, tengo una perspectiva peligrosamente diferente hasta el punto de que más de una vez he estado tentado de repetir la susodicha frase. La realidad es que tengo que reconocer que ahora un año (o un mes, o un día) no representa lo mismo que antes y que el implacable efecto de la perspectiva hace que efectivamente tenga la sensación de que todo va demasiado rápido. Me parece que hace un par de semanas desde que empezó el año cargado de sueños y propósitos y resulta que estamos en Semana Santa y todavía estoy como estaba. Eso sí, en lo otro, lo de dilapidar el tiempo, sigo siendo implacable y paso de desperdiciar mi dosis en estupideces que tienen el mismo efecto que ver quemarse un cigarro. Es algo que tengo muy claro pero lo malo es que muchas veces las férreas circunstancias te obligan a comerte tus teorías (por mucho que algún chulito diga que no es así resulta que es así) y ese sí que es un tema que me tiene jodido.<br /><br />Así que entre medias de estas ideas peregrinas, conceptos vacuos, cigarrillos que se queman y días que se caen se me cuelan también un montón de discos que por la misma razón que soporta todo lo anterior parecen estar allí desde ayer cuando en realidad llevan semanas en la “Lista de Reprodución” especial en la que instalo los discos que me he propuesto escuchar de forma inmediata. Hoy he decidido acordarme de ellos.<br /><br /><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEij4SXVExsj8zjO5VCdeNYnVhwPExd4ARq5CciZhomamB30Tgvxls8EiBbM6r9cEEZUJnpg0jovJxBkLDxzRat5wHSF_6qBmwiCGeOiRS8K6rxZEXEv4k5zj88JllKvkg7IXKyQBNbc8Cw/s1600/0000012226.1260282789orig.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5452949320912682994" style="FLOAT: left; MARGIN: 0px 10px 10px 0px; WIDTH: 200px; CURSOR: hand; HEIGHT: 200px" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEij4SXVExsj8zjO5VCdeNYnVhwPExd4ARq5CciZhomamB30Tgvxls8EiBbM6r9cEEZUJnpg0jovJxBkLDxzRat5wHSF_6qBmwiCGeOiRS8K6rxZEXEv4k5zj88JllKvkg7IXKyQBNbc8Cw/s200/0000012226.1260282789orig.jpg" border="0" /></a>Durante mi sabroso viaje por tierras del medio oeste del pasado verano recalé en Wisconsin y tuve tiempo de pasarme por la ciudad de Madison “famosa” por tener el capitolio más grande después del que existe en Washington y por su prestigiosa universidad que prácticamente inunda y da color a toda la ciudad. En una de sus interesantes tiendas de discos de cuyo nombre no creo acordarme tenían sonando un disco que no conocía y que me gustó así que pregunte al encargado por su autor. “<em>Es el último disco de <strong>Locksey</strong> un grupo de aquí</em>” me dijo el compañero. Lo que sonaba era una especie de power-pop típicamente americano de melodías catchy con bastante gracia y muy bien hecho, de ese tipo de grupos de los que hay tantos repartidos por la inmensa pradera americana, y que muy poca gente conoce, que pueden no emocionarte o llevarte al siguiente nivel pero de los que es imposible decir que son malos o que no te gustan. No había escuchado nunca hablar de ellos (aunque al parecer eran más conocidos de lo que yo pensaba) así que pedí aquel disco en la tienda. “<em>Be in Love</em>, <em>se llama pero no está publicado todavía</em>” fue la enigmática respuesta del dependiente que después me aclaró que estábamos escuchando una copia que había conseguido del propio grupo. Así que me fui de allí sin disco (tenían otros de la banda pero preferí no tentar a la suerte) pero con el nombre pegado en mi cabeza para cuando llegase la ocasión, ocasión que llegó hace unas semanas. El disco es aquello que escuché y no me ha defraudado en absoluto. Ese tipo de pop de guitarras que viene de los terrenos de la credibilidad y el buen hacer pero que para muchos (no es mi caso) se acerca a lo “vergonzosamente” comercial y que por tanto podría disfrutar casi cualquiera con todo lo “malo” que eso supone. Desde luego en el caso de un cualquiera como yo no tiene ningún problema en hacerlo y disfruto cada vez que puedo de ello.<br /><br /><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhO1svYHwlGp7erGnwVr5EGn5Xike_jk_weJ5tNJR-mjX3gponTRnfjJyi0gefBm0h91lzIfT-g4w9geyhhGQn7okOVmVYry_CP1g7OMuSWu94hQPPtg11Z24pxSnS3PxKkqVkxX7XmUqc/s1600/86b8b262391788aa3b928178e2514ba8.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5452949093699270050" style="FLOAT: right; MARGIN: 0px 0px 10px 10px; WIDTH: 200px; CURSOR: hand; HEIGHT: 200px" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhO1svYHwlGp7erGnwVr5EGn5Xike_jk_weJ5tNJR-mjX3gponTRnfjJyi0gefBm0h91lzIfT-g4w9geyhhGQn7okOVmVYry_CP1g7OMuSWu94hQPPtg11Z24pxSnS3PxKkqVkxX7XmUqc/s200/86b8b262391788aa3b928178e2514ba8.jpg" border="0" /></a>Igual que disfruto cada vez que puedo a una de esos grandes nombres que engrandecen la historia del Rock & Roll y que colecciona elogios y discos propios en cantidades industriales como es el canadiense <strong>Neil Young</strong>, artista al que reconozco que llegué muy tarde y al que sigo sin hacer justicia por el número de discos suyos que poseo y por el tiempo que he dedicado a escuchar su música. Por eso hace unas semanas decidí deglutir como Dios manda una de sus grandes obras, el archiconocido y ultra elogiado “<em>After de Gold Rush</em>” que a tantos artistas ha influido y que tantos prejuicios ha derribado respecto a la música de raíces americanas. A estas alturas poco puede decir servidor de un disco como este y menos todavía de su autor más allá de la inmensa calidad que alberga y la cantidad de talento que resume. Por si a alguien le sirve de algo decir que la imagen que yo tenía del señor Young (música del pasado, cercana al country, pesado, denso, roquero de ruido y pocas nueces,…) se fue por el retrete el día que una noche, en una acampada silvestre cerca de Peguerinos y alrededor de una hoguera con varios amigos, alguien decidió poner en un reproductor de música precisamente la canción que da título a este disco. Desde aquel preciso momento el autor de la misma pasó la línea de las cosas interesantes y sirvió de pistoletazo de salida para la lenta pero constante búsqueda del talento del escurridizo <strong>Neil Young</strong> que tantas cosas tiene para ofrecer. Una maravilla de disco recomendable para todo aquel que tenga el mayor de los respetos por la música.<br /><br /><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhZBVycWwJCjAta9ZTW3xqR2hxKjmi69JJhcO_kBkQ13WirxjDLkqIpv9YMAtYQp9Cnq-GpuPu09sK3MBeUsljYYjlexpQ8er5YPQVNlQ3cJdKiYPiykbhfTIy6fwR8uOE9nvNuH8IoerQ/s1600/m34972qa5yi.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5452948942169412754" style="FLOAT: left; MARGIN: 0px 10px 10px 0px; WIDTH: 200px; CURSOR: hand; HEIGHT: 200px" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhZBVycWwJCjAta9ZTW3xqR2hxKjmi69JJhcO_kBkQ13WirxjDLkqIpv9YMAtYQp9Cnq-GpuPu09sK3MBeUsljYYjlexpQ8er5YPQVNlQ3cJdKiYPiykbhfTIy6fwR8uOE9nvNuH8IoerQ/s200/m34972qa5yi.jpg" border="0" /></a>Y para terminar un bonito disco que me pasaron hace un tiempo de unos franceses llamados <strong>Cocoon</strong> y que practican una variante de ese folk de raíz independiente que tan de moda se ha puesto desde hace un par de años que practican con talento y con gusto. Canciones minimalistas con arreglos de cuerda e instrumentos acústicos, cantados a dos voces y construidas sobre melodías más deudoras del pop clásico que de los clásicos del Folk. No tengo ni idea de si es un disco reciente o ha sido publicado hace veinte años pero suena moderno dentro de su clasicismo y sobre todo creíble. El título del álbum, “<em>My friends all Died in a Plane Crush</em>” fue precisamente una de las cosas que más me llamaron la atención para escucharlo. </div>lukah boohttp://www.blogger.com/profile/15154317105430723426noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-2733622695756841766.post-25753794171502808542010-03-18T17:25:00.000+01:002010-07-04T22:11:13.169+02:00Será la fiebre<div align="justify">Extraños estos días pasados en los que he pasado por un montón de situaciones, olores, sensaciones y estados de ánimo diferentes. Extraños y raros en todo el amplio espectro del concepto. Empecé sumido sin querer, pero con fuerza para aguantar, en una densa y rocosa cueva virtual que me impedía ver el mundo más allá de las cuatro paredes de mi casa. Pasé después por la refrescante sensación de formar parte del <em>Entourage</em> de <strong>Javier de Torres</strong> (soberbio concierto el de mi estimado amigo el pasado martes 16 en la sala Galileo) en ese bendito reducto de librepensadores que suponen los locales de ensayo. Decidí definitivamente las 12 versiones de las 12 canciones que irán en el siempre mencionado y jamás visto disco de debut de lukah boo con la sensación de que me estaba dejando algo (¡ay como duele esa maldita sensación!). Me sumí sin comerlo ni beberlo (según los médicos) en un profundo estado febril que me impidió venir a mi cita conmigo mismo que supone está bitácora y que además mantuvo mi cerebro cociéndose a una temperatura cercana a los 40ºC lo que supuso una fuente inagotable de pesadillas, ideas peregrinas, miedos infantiles y sudor. En ese estado oxímoron de sentir un gélido frío mientras tu cuerpo derrocha calorías por todos los poros me subí además al imaginario estrado que ofrece esa genial ideal del <a href="http://www.liveintheliving.nl/index.php?116"><strong>Live in the Living</strong> </a>para dar un emotivo concierto sin amplificar en algún lugar de la calle Valverde de la República de Malasaña pocos minutos antes de volver al abismo de una cama empapada en sudor y unas pocas horas antes de degustar un par de rebanadas de rutina. Unas cuantas horas después tuve la oportunidad de volverme a subir como atractiva corista en la referenciada sala galileo y por las razones ya descritas pero resulta que ahora me entero de que por alguna razón hijaputa ha fallecido mi admirado <strong>Alex Chilton</strong> con lo que me ha dado un nuevo vuelco el corazón. Demasiados alfileres como para concentrarme en el daño que pudiera infligir cada uno de ellos y demasiados alfileres como para cocinar un cocktail homogéneo que pudiera o pudiese tener un único sabor asimilable por los sentidos. Por eso cuando me pongo ahora a intentar hacer balance musical de lo que ha pasado por mis orejas durante todos estos días extraños días sólo me vienen sonidos cuasi industriales, electrónicos, hipnóticos, difíciles, modernos,… que es lo que por alguna razón he estado escuchando en las aristas de todas esas pequeñas islas de conocimiento por las que me ha tocado viajar. Y es raro porque suele ser unas islas por las que uno rara vez transita. Será la fiebre.<br /><br /><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgJGqi1M656Taj2iZyatgXqGKAcJJUPpyqkn6goWCZ1bvPiqPYit1h4TFCX6K3Y93-dmTMaeqsdFhuZ7pAKn4XBG7njN8T-f_q9kjheY3yAPq5xVSwjTtALzuSjIZ1GksvrD6sj5gY2V-0/s1600-h/n56782a8r4f.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5450012423148244354" style="FLOAT: right; MARGIN: 0px 0px 10px 10px; WIDTH: 200px; CURSOR: hand; HEIGHT: 178px" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgJGqi1M656Taj2iZyatgXqGKAcJJUPpyqkn6goWCZ1bvPiqPYit1h4TFCX6K3Y93-dmTMaeqsdFhuZ7pAKn4XBG7njN8T-f_q9kjheY3yAPq5xVSwjTtALzuSjIZ1GksvrD6sj5gY2V-0/s200/n56782a8r4f.jpg" border="0" /></a>Por ejemplo no suelo escuchar discos como el homónimo álbum de debut de <strong>Broken Bells</strong> pero lo he estado haciendo y con cierta periodicidad cíclica. Tan cíclica y periódica como los sonidos y estructuras que esconde el propio disco. Tanto es así que ahora cuando escucho “<em>The high Road</em>”, la canción que abre el álbum me parece que es una canción que escuché por primera vez hace muchos años. El caso es que ni siquiera es que el disco me guste de forma exagerada pero así ha sido. Será la fiebre. <strong>Broken Bells</strong> es el experimento de dos afamados personajes con solera dentro del indie americano aunque de uno de ellos, <em>Danger Mouse</em>, yo no tengo ninguna referencia. Del otro si. <em>James Mercer</em> es el vocalista de uno de los grupos más interesantes que en mi opinión ha dado el underground americano en la última década como es <strong>The Shins</strong>. <strong>Broken Bells</strong> sin embargo me temo que tiene poco que ver con lo anterior o quizás sea una retorcida forma de esconder de otra manera exactamente lo mismo. No lo sé, elijan ustedes. A mí me parece un esfuerzo sobre humano por construir canciones de alma pop a través ladrillos poco convencionales o alejados de lo que parecería obvio y hacerlo todo ello por el método <em>collage</em> y usando (¿abusando?) todas las posibilidades que ofrece la técnica. El resulta, a mi gusto, se queda un poco en las formas y se pierde en el verdadero fondo. Muy molón cuando empiezas a escucharlo pero algo homogéneo según pasan los minutos. Es de ese tipo de discos que volverá loco a los críticos pero a mí me deja frío.<br /><br /><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjiBDilH8VMnDp4xsNFN3p5JQPrb3Chyphenhyphen29t_HB3nnn8qW9iQtQcyNakv_fGR3S5u0HRcnzsv8SGaGi982kQ0_UEUhibjmoyDzjczTn9aXYZ2KJa648ekKQdT29IuG-44ViTuz0PeBVgvTA/s1600-h/n59232wetor.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5450012207124974754" style="FLOAT: left; MARGIN: 0px 10px 10px 0px; WIDTH: 200px; CURSOR: hand; HEIGHT: 200px" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjiBDilH8VMnDp4xsNFN3p5JQPrb3Chyphenhyphen29t_HB3nnn8qW9iQtQcyNakv_fGR3S5u0HRcnzsv8SGaGi982kQ0_UEUhibjmoyDzjczTn9aXYZ2KJa648ekKQdT29IuG-44ViTuz0PeBVgvTA/s200/n59232wetor.jpg" border="0" /></a>No muy alejado de lo anterior, aunque más cerca de un espíritu shoegazer de finales de los ochenta pasado por la licuadora de la electrónica, aparece el último disco de la longeva banda sueca <strong>The Radio Dept.</strong> llamado “<em>Clinging to a Scheme</em>”. No he seguido mucho la trayectoria del grupo pero la primera referencia que recuerdo de ellos debe ser de finales de los 90 cuando hubo una especie de mini-revival de los sonidos shoegazer y noise de algunos años antes y aparecía entre las listas de los más enterados. Cuando vi el nombre hace poco me llamó la atención y tuve curiosidad por descubrir que podía estar haciendo ahora esta gente a punto de comenzar una nueva década pero este disco es exactamente lo que me esperaba, lo que por cierto no tiene porque entenderse como algo despectivo. Loops distorsionados, voces apagadas, guitarras ecualizadas al revés, reverberación exagerada, densidad opaca, mensajes extraños, atmosferas que cambian lentamente de luz… quizás no suene atractivo ni original (por mucho que nos duela a estas alturas hacer este tipo de cosas ya no es original) pero está muy bien hecho y el disco es creíble y disfrutable para esa parte del respetable que es capaz de atreverse con estas cosas. Será la fiebre pero a mí me han entrado ganas de escucharlo unas cuantas veces. La pregunta que deja en el aire al inicio de la bonita “<em>Heaven’s on fire</em>” bastante resulta por cierto bastante interesante: “<em>La gente ve el rock and roll como la cultura de la juventud pero cuando la cultura de la juventud es manipulada por el gran negocio… ¿qué deberían hacer los jóvenes? ¿Tiene usted alguna idea?</em>”<br /><br /><strong><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjXIDzKZWVUOyEHY9N-oCi8pEcZfuICTKY8YuZ_fuNHSXkbYL3aSkyBNL-DUMhvLW6suANlCV6OO7fcNyw0oepGqBMNRlZTrhTi6cWiXOwJQVMF1LFNU_CSLaz7kc6v5SWNJYG1490aF8w/s1600-h/n39547ttns4.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5450012039261171026" style="FLOAT: right; MARGIN: 0px 0px 10px 10px; WIDTH: 200px; CURSOR: hand; HEIGHT: 189px" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjXIDzKZWVUOyEHY9N-oCi8pEcZfuICTKY8YuZ_fuNHSXkbYL3aSkyBNL-DUMhvLW6suANlCV6OO7fcNyw0oepGqBMNRlZTrhTi6cWiXOwJQVMF1LFNU_CSLaz7kc6v5SWNJYG1490aF8w/s200/n39547ttns4.jpg" border="0" /></a>Beach House</strong> es uno de esos muchos nombres que rodean el influyente y no siempre asimilable (y desde luego en mi caso con el que rara vez estoy de acuerdo) universo <em>Pitchfork</em>. Como los nombres son tantos es imposible darle la importancia necesaria todos ellos así que en este caso para mí <strong>Beach House</strong> era simplemente eso, una referencia que había leído en los mentideros oficiales de la vanguardia, hasta que en algún sitio escuché “<em>Used to be</em>”, canción incluida en su último y reciente álbum “<em>Teen Dream</em>” que me hizo sentir curiosidad por escuchar el disco. Los de Baltimore (‘¡Cómo Omar y McNulty!) se mueven entre el folk avant-garde de unos <strong>fleet foxes</strong> más electrónicos y menos acústicos y esos grupos que más que canciones construyen cuadros sonoros al estilo de los premiadísimos <strong>Animal Collective</strong>. El disco tiene algunos pasajes curiosos y bonitos pero en conjunto se me hace muy pesado y sobre todo me hace sentir la sensación primero de que todo me resulta demasiado encorsetado y después de que todo eso ya lo he vivido antes. </div>lukah boohttp://www.blogger.com/profile/15154317105430723426noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2733622695756841766.post-12492585770452655762010-03-07T23:29:00.000+01:002010-07-04T22:11:13.178+02:00No entiendo como el mundo...<div align="justify">En un determinado momento durante una de mis pelis favoritas del año pasasdo, “500 days of summer”, el atribulado protagonista de la misma soltó una frase que me hizo pegar un respingo del asiento. Fue algo así como “no puede entender como el mundo puede vivir sin saber que existe Spearmint”. La frase es soltada en mitad de una clásica tienda de discos lo que ya de por si es bastante como para sentirse reflejado en estos tiempos que corren impregnados de de rabiosa inmediatez y descargas fraudulentas que nunca salen de la esquina del disco duro en la que han quedado clavadas, pero es que estoy totalmente de acuerdo con tal afirmación y no conozco a mucha gente que la comparta. Esos treinta segundos de película expresan en imágenes algo para lo que yo he necesitado toneladas de canciones o ríos de tinta. La cara del protagonista cuando su supuesta media naranja reconoce con ignorante y delictiva franqueza que no tiene ni puta idea de quienes son esos tal Spearmint justo antes de que Tom, nuestro chico, le recordara que era el primer grupo que aparecía en el primer recopilatorio que le había grabado a su amada, es la cara que este que escribe ha puesto tantas y tantas veces casi por la misma razón y casi con el mismo grupo. Quitando la cortinilla de snob que todos llevamos dentro, puedo prometer y prometo que mi enfermiza afición por grupos de los que la inmensa mayoría del planeta no saben ni que existen no responde a una afinidad por la inaccesible exclusividad del que se siente exclusivo (hace tiempo que superé esa enfermedad) sino por la única y exclusiva razón de que es en esos extraños nombres que intentan zafarse del anonimato donde encuentro las dosis de verdad, emoción y belleza suficientes como para que algunas vísceras de mi maltrecho cuerpo se contraigan sin razón aparente por el efecto que causa su música. Es así y al igual que el enamoradizo de Tom no puedo entender como el mundo no se ha enterado todavía de ello.<br /><br /><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgIZQ1dSMppBEZHVXZwSbbH59hwdbIRiR8EcKGxF2kKkon0rufwyZQnoorRUe9luvs_punwJT8ZtKaTGLGPRAjNBPnirUbVgSR_jxoZNZAVWXEBKoNQ1FMYTl4IUGq_gJMCs0fEgArb7hk/s1600-h/the-mostar-diving-club-don-your-suit-of-lights.jpg"><img style="MARGIN: 0px 10px 10px 0px; WIDTH: 200px; FLOAT: left; HEIGHT: 200px; CURSOR: hand" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5446025424679432194" border="0" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgIZQ1dSMppBEZHVXZwSbbH59hwdbIRiR8EcKGxF2kKkon0rufwyZQnoorRUe9luvs_punwJT8ZtKaTGLGPRAjNBPnirUbVgSR_jxoZNZAVWXEBKoNQ1FMYTl4IUGq_gJMCs0fEgArb7hk/s200/the-mostar-diving-club-don-your-suit-of-lights.jpg" /></a>Uno de esos nombres que me cuesta compartir con el respetable porque nadie lo conoce es el de una blanda inglesa llamada <strong>Obi</strong> que a pesar de su larga trayectoria apenas tiene un par de álbumes en el mercado. Lo que le gente no sabe es que la canción que hable su álbum de debut “<em>somewhere nicer</em>” es la que se ha utilizado para varias campañas de publicidad muy exitosas en lo que parece que gracias a la piratería va a ser la única forma de este tipo de artistas de salir del ostracismo, la publicidad. La banda está (¿estaba?) liderada por un tal <strong>Damin Kathuda</strong> que es de esas mentes inquietas en el mundo de la música que no puede estar quieto y constantemente están iniciando proyectos paralelos. El último de ellos llamó mi atención no por venir vía <strong>Obi</strong> (que en principio no lo sabía) sino por el nombre utilizado para bautizarlo: <strong>The Mostar Diving Club</strong>. Cualquiera que me conozca sabe de mi extraña y desmedida afición por la historia y cultura de las hoy naciones-estado de la antigua Yugoslavia. No pregunten, yo tampoco lo entiendo pero es así. Por eso cuando vi la reseña de un grupo londinense llamado con un nombre que hace honor a una de las actividades más típicas de la capital de la Herzegobina que consiste en tirarse de cabeza desde el mítico <em>Stari Most</em>, el precioso y centenario puente de Mostar que los croatas se cargaron durante la guerra, como paso a la edad adulta de los nativos, no pude por menos que hacerme con el disco. Gran decisión porque estoy encantado. Bien sustentado en los pilares de ese pop cálido y clásico de estrofas implacables y bonitos estribillos que caracterizaba todo lo que olía a <strong>Obi</strong>, el señor Kathuda decide esta vez acercarse a los parámetros del folk independiente (sin que muchas veces lo parezca) y utilizar toda una nueva amalgama de instrumentos, arreglos y registros construyendo un precioso abrigo de pop calmo pero con espíritu que me ha hecho disfrutar mucho estos días. Un repentino y placentero descubrimiento.<br /><br /><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhJOQ-zZg3ieXroDNw199A_DVG5lVwJEaCWTwNx2z8flqpCntvsQLsmeJyZwB7s2K0By7neKc2E8RAXpHfR7c013CeTuxBmlCC9qp1F2raRcSunqGVA9FHf9L7qlo6gKCjw0P-kP2_-dyc/s1600-h/trashcan-music.jpg"><img style="MARGIN: 0px 0px 10px 10px; WIDTH: 200px; FLOAT: right; HEIGHT: 180px; CURSOR: hand" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5446024272043813778" border="0" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhJOQ-zZg3ieXroDNw199A_DVG5lVwJEaCWTwNx2z8flqpCntvsQLsmeJyZwB7s2K0By7neKc2E8RAXpHfR7c013CeTuxBmlCC9qp1F2raRcSunqGVA9FHf9L7qlo6gKCjw0P-kP2_-dyc/s200/trashcan-music.jpg" /></a>Otro nombre no especialmente “querido” por estos lares (al menos esa es mi sensación) es el de <strong>Trash Can Sinatras</strong>. Los escoceses comenzaron su andadura en el primer año de la década de los 90 c0n aquel magnífico “<em>Cake</em>” y acaban de sacar su quinto álbum en 20 años. No es desde luego una carrera muy prolífica pero hubo un parón importante de por medio. La gente que conoce al grupo escocés lo hace fundamentalmente por los dos primeros discos de la banda cuya mezcla de pop post-ochentero, melodías atemporales tan reconocibles siempre en los grupos del universo Glasgow y cierta actitud Indie les hicieron situarse en la complicada y agresiva escena independiente británica. A partir de ahí (estamos hablando de 1993) el grupo cayó poco a poco en el ostracismo de discos menores, EPs, singles y rarezas hasta su desaparición en algún momento de esa misma década. Hace unos años me regalaron un disco de <strong>Eddi Reader</strong> (si, la de <strong>Fairground Atraction</strong>) que cantaba poemas musicados del poeta escocés <strong>Robert Burns</strong> y que fue el origen para que pudiese descubrir tres cosas. La primera es que la canción que más me gusta de ese disco no tiene nada que ver con <strong>Robert Burns</strong> sino que fue compuesta por el guitarrista de los <strong>Trash Can Sinatras</strong> lo que me hizo tener curiosidad por ese nombre que sólo me sonaba. La segunda que el cantante de ese grupo era el hermano de <strong>Eddi Reader</strong>. La tercera es que después de 7 años estaban a punto de sacar un nuevo disco, disco que me encantó y que me hizo hacerme con toda su discografía. Así funcionan las cosas en mi cabeza. Ahora aparecen con este “<em>In the music</em>” que sigue con precisión la senda iniciada en su anterior disco llevándolo incluso hasta niveles superiores. Supongo que algún que otro machote prejuicioso no podrá soportar lo almibarado de la propuesta de estos ya talluditos muchachos de Irvine pero a mí me encanta y me pone de muy buen humor cada vez que me dejo zambullir en tan y tan bonita melancolía.<br /><br /><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEifHPqXW1NmYO2n7HMIVA8BBjEN-idw8ZY0Er3BhRqvx9EEwlHKucdqigMToCph7I0GIM6meSlifH1ksx9AE3GDDgEvCqM_1m6VSxsvFSrgXeow48TM65fRGiMKr6ppJ43SRYKu-xrjZ0U/s1600-h/ADL_a_different_lifetime_cover.jpg"><img style="MARGIN: 0px 10px 10px 0px; WIDTH: 200px; FLOAT: left; HEIGHT: 199px; CURSOR: hand" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5446023026558098434" border="0" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEifHPqXW1NmYO2n7HMIVA8BBjEN-idw8ZY0Er3BhRqvx9EEwlHKucdqigMToCph7I0GIM6meSlifH1ksx9AE3GDDgEvCqM_1m6VSxsvFSrgXeow48TM65fRGiMKr6ppJ43SRYKu-xrjZ0U/s200/ADL_a_different_lifetime_cover.jpg" /></a>Y aunque de forma breve, lógicamente no podía dejar de hablar del origen del asunto, los británicos <b>Spearmint</b>. Soy un gran seguidor de su música pero irónicamente llegué a ellos gracias a una crítica negativa que vi en una erudita revista española. Todo lo malo que decían de uno de sus discos eran precisamente cosas que a mi no me parecían precisamente malas así que me entro curiosidad por saber cual era la realidad y de esa manera encontré el hilo del que tirar para llegar a la discografía del grupo londinense aunque esta semana el que he estado escuchando atentamente ha sido su maravilloso “<i>A different Lifetime</i>”, una especie de disco conceptual dedicado al amor con pasajes maravillosos y en cuyo interior, entre baladas emocionadísimas y lírica desgarrada aparece es joya de tres minutos que se llama “<i>Scottsih Pop</i>” </div>lukah boohttp://www.blogger.com/profile/15154317105430723426noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2733622695756841766.post-2450143064346007652010-02-26T15:26:00.000+01:002010-07-04T22:11:13.187+02:00Let's ballad<div align="justify"><div><div>Hace un par de semanas fui a la sala Heinken de Madrid para ver por primera vez en mi vida a <strong>Richard Hawley</strong> en directo. Al entrar a la sala lo primero que hice sin embargo fue lo que me pasa cada vez que entro en aquel sitio y que no es otra cosa que recordar la vez en que los <strong>Happy Losers</strong> tocamos allí. Ocurrió hace muchos años cerrando una exitosa gira en torno a nuestro segundo disco “Apple Taste” que aprovechamos para invitar a algunos amigos a subirse a tocar con nosotros como Pepe Verde (<strong>Protones</strong>) que se cantó “<em>Umbearable</em>” (de los <strong>Wonder Stuff</strong>) o Alex Cooper que cantó “<em>Quiero regresar</em>” de <strong>Los Flechazos</strong> en lo que supuso uno de los momentos más emotivos que he vivido sobre un escenario porque aquello era la vuelta de Alex a los escenarios tras la separación de <strong>Los Flechazos</strong> (<strong>Cooper</strong> todavía no existía) y la gente allí presenta era consciente de ello. Inmediatamente después de ese fugaz y placentero recuerdo me dirigí a la estafeta donde estaba el merchandising del artista de Sheffield y allí fue donde lo vi. La camiseta no era muy bonita (no lo era) pero el slogan era brutal: “<em>Let’s Ballad</em>”.<br /><br />Alguna vez he comentado la curiosidad (y tristeza) que me produce ese complejo que muchas veces tenemos en este país respeto a las canciones “lentas” como vulgarmente se denomina a todo lo que no se pueda escuchar sin bailar o poder mover las crines. En los inicios de los Happy acusábamos esa especie de norma anclada en el subconsciente colectivo de no saturar al personal de incómodas canciones lentas precisamente en el mismo momento en el que nuestros gustos particulares (o al menos entre algunos de nosotros) tendían a ralentizarse. Siempre he sentido involuntariamente esa estúpida espada de Damocles sobre la cabeza hasta el punto que volviendo a reparar sobre ello me he dado cuenta de que el disco que estoy a punto de sacar (eso dicen) no es precisamente rico en baladas al uso y aunque ha sido sin querer (creo) me fastidia. Por eso admiro mucho a los artistas que meten toda esa farfolla sin sentido en el cajón donde están los críticos musicales de jurado de Eurovisión junto a otra especies y deciden dar rienda suelta a sus ganas de “baladear”, buscando la belleza y el mensaje por encima de efectos rítmicos del agrado del respetable desagradecido. Así que eso es lo que he hecho esta semana: <em>Let’s Ballad!<br /></em><br /><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjgvN4KbkgZLPJvVao6mC92Q6a4aig6_yHN95DeztmJuCzWl3veEb_daX_C0FZYdTMm-K9Q5wf4dSiarWpbCbeKb1smet_BtlQqQ1NcMUi3pzcEmgzI9ua22xTm420jGqS4OFQ334BojVU/s1600-h/144838_1_f.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5442559827989304594" style="FLOAT: right; MARGIN: 0px 0px 10px 10px; WIDTH: 200px; CURSOR: hand; HEIGHT: 198px" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjgvN4KbkgZLPJvVao6mC92Q6a4aig6_yHN95DeztmJuCzWl3veEb_daX_C0FZYdTMm-K9Q5wf4dSiarWpbCbeKb1smet_BtlQqQ1NcMUi3pzcEmgzI9ua22xTm420jGqS4OFQ334BojVU/s200/144838_1_f.jpg" border="0" /></a>No me compré la camiseta (ahora me arrepiento y siempre me pasa lo mismo) pero si me pille el primer disco de <strong>Richard Hawley</strong>, “<em>Late Night Final</em>”, que era el único que me faltaba de su discografía (el único que me faltaba en formato original quería decir) con la suerte de que a pesar de no ser un tipo muy fetichista para estas cosas me lleve una copia firmada del álbum por el propio autor. Como dice mi amigo Seba Rubín, <strong>Richard Hawley</strong> es de esos artistas que tienen el talento añadido de saber llevar su música y su estilo musical a los límites de sus facultades físicas. Parece obvio pero no es fácil. La voz del señor Hawley es personal y magnífica pero me cuesta imaginármela haciendo otra cosa distinta a lo que hace. A eso me refiero. El inconfundible estilo del inglés es probablemente el estilo en el que mejor se podría mover y encima lo hace con mucho talento, naturalidad, criterio y sobre todo credibilidad. Este “<em>Late Night Final</em>” sigue la línea de los discos que lo siguieron, en lo que para mí es el único pero que le pongo a la intachable figura de <strong>Richard Hawley</strong>: su falta de riesgo y los límites tan establecidos, pero es uno de mis favoritos sino el que más. Me parece menos oscuro, menos espeso, igual de bonito y por alguna razón me suele gustar escucharlo de principio a fin cosa que no siempre me ocurre con sus otros discos. Tiene temas muy emocionantes (a mí al menos me emocionan) y en general me parece un disco magnífico. El concierto, por cierto, me encantó. Un maestro el señor Hawley.<br /><br /><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhGGTApLlChUrSYgDUboD5_OP2UCGnsoqmH0SoYjKU6rUHbg7KffVtK2KXY4i7Lhb1UFP_G1G6_Dy_1Q2hxPOneve3ZiHxPaFjX8YWZC6PIucueK9Dtby1oOv1CxJVv7L81c3JtUkOuAa4/s1600-h/img_69667_1133060_0.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5442559714120367426" style="FLOAT: left; MARGIN: 0px 10px 10px 0px; WIDTH: 200px; CURSOR: hand; HEIGHT: 178px" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhGGTApLlChUrSYgDUboD5_OP2UCGnsoqmH0SoYjKU6rUHbg7KffVtK2KXY4i7Lhb1UFP_G1G6_Dy_1Q2hxPOneve3ZiHxPaFjX8YWZC6PIucueK9Dtby1oOv1CxJVv7L81c3JtUkOuAa4/s200/img_69667_1133060_0.jpg" border="0" /></a>Aquel mismo día, antes de que llegaran las hordas de gente que luego llenarían la sala, apareció en el escenario una chica con su guitarra cantando canciones. Cuando apareció no sabía quién era pero a los treinta segundos de empezar a tocar su primera canción ya supe que aquel pequeño concierto me iba a gustar. Me resultó muy sorprendente cuando al acabar su segunda o tercera canción se presentó comprobar que la pobre tenía una afonía galopante que le impedía literalmente hablar pero que apenas disimulaba su preciosa voz cuando cantaba. Una vez que lo dijo si me pareció palpable aquel contratiempo pero si no lo hubiese anunciado creo que nunca me habría enterado de aquella pequeña gran putada. Aun así salió del paso con verdadera maestría y naturalidad completando una actuación cálida y creíble. <strong>Alondra Bentley</strong> era su nombre. Cuando lo escuché me di cuenta enseguida de que conocía el nombre pero no su música y que aquello me pasaba por uno de esos prejuicios involuntarios que me cogen de vez en cuando. Soy muy escéptico de las modas (cada vez más) y eso me ha hecho observar con recelo esa especie de boom que hay por artistas femeninas, jóvenes, de propuesta minimalista cercana al folk y aspecto muy similar que veo por todos los sitios. Una vez más me trago mis recelos para reconocer que al menos este disco "<em>Ashfield Avenue</em>"(reconozco que no he escuchado muchos más con ese perfil) me ha gustado mucho. Sencillo, sensible, bonito, nada pretencioso y muy coherente. Me encanta especialmente este toque vodevilesco de pequeño cabaret que tímidamente aparece en algunos de los cortes. Un interesante descubrimiento al que seguiré la pista.<br /><br /><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiwiwJ37LzEiZRCqea7Mu9a2kWwFDAfmZunH3wKiQGRbey6gTe7jMO-6wZt-cEsfVB012u2GPB9ZCHyttdi7bWxK2kY3FEdyK0zScv6dkbxMGPuQI0u_tXSi1OEGrv4LSYCiKOR_BRBqlY/s1600-h/rr_cover.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5442559585966535906" style="FLOAT: right; MARGIN: 0px 0px 10px 10px; WIDTH: 199px; CURSOR: hand; HEIGHT: 200px" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiwiwJ37LzEiZRCqea7Mu9a2kWwFDAfmZunH3wKiQGRbey6gTe7jMO-6wZt-cEsfVB012u2GPB9ZCHyttdi7bWxK2kY3FEdyK0zScv6dkbxMGPuQI0u_tXSi1OEGrv4LSYCiKOR_BRBqlY/s200/rr_cover.jpg" border="0" /></a>A <strong>Richard Hawley</strong> lo conocí porque alguien (no recuerdo quien) me pasó hace algunos años un CD con discos en mp3 que incluía este “<em>Late Night Final</em>” y a continuación “<em>Here be Monsters</em>”, otro de esos discos que se te quedan clavados en la retina del cerebro, firmado por otro magnífico baladista llamado <strong>Ed Harcourt</strong>. Por alguna razón estos dos artistas han seguido vidas paralelas en mi cabeza pero reconozco que el señor Harcourt está un pelín por delante entre mis preferencias gracias a sus últimos trabajos. Así, mientras llega la esperada nueva entrega del inglés (se supone que viene esté año), esta semana me he dedicado a disfrutar de su último EP hasta la fecha, ese pequeño aperitivo llamado “<em>Russian Roulette</em>” que se hace corto y que no es precisamente el mejor trabajo de su carrera pero que resume de forma certera casi todas las facetas estilísticas del artista. </div></div></div>lukah boohttp://www.blogger.com/profile/15154317105430723426noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2733622695756841766.post-60615324417632956432010-02-19T15:59:00.000+01:002010-07-04T22:11:13.196+02:00Música moderna<div align="justify">Llevo mucho tiempo planteándome, y en esta semana el debate ha sido más agudo, si con la cantidad de cosas ya hechas que hay por el mundo y que están sin descubrir merece la pena darle tanta importancia a las novedades musicales de hoy y “perder el tiempo” en trabajos efímeros que no soportan ni soportarán el paso del tiempo cuando su razón de ser esté lejos de la rabiosa actualidad. Sé que hay mucha gente que lo tiene clarísimo en los dos extremos, los que sólo escuchan cosas del pasado (en un rango además muy concreto) y los que sólo escuchan novedades (embravecidos supongo que por destacar en esa carrera por ser el que más a la última está) pero pensándolo fríamente creo que es una estupidez renunciar de antemano a nada y pretender estar convencido de que el resto no interesa. Creía que lo tenía claro pero últimamente me cuesta mucho encontrar novedades que me gusten (y no hablo ya de novedades que me encanten) pero no me cuesta tanto descubrir discos que se habían quedado escondidos en algún sitio pero que son magníficos. No tengo todo el tiempo que me gustaría para escuchar música en condiciones así que me agobia el pensar que estoy perdiendo el tiempo. Esta semana he hecho un esfuerzo considerable por encontrar discos nuevos que me digan algo y lo he tenido francamente difícil.<br /><br /><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiVu1yUpp2ZXG97519ythuDDwr1__zmyyCxJZQJRMid07cIu-9YE5xilYd34x0jqi-etSNiujRHAFU7xJuLlXYe5oMLvc0LJ63IVPlj8d6KHO3PczliRw-syl-5TXG-Mx-_t9Qz_HTqOwo/s1600-h/vampire-weekend-contra.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5439973439616323874" style="FLOAT: left; MARGIN: 0px 10px 10px 0px; WIDTH: 197px; CURSOR: hand; HEIGHT: 200px" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiVu1yUpp2ZXG97519ythuDDwr1__zmyyCxJZQJRMid07cIu-9YE5xilYd34x0jqi-etSNiujRHAFU7xJuLlXYe5oMLvc0LJ63IVPlj8d6KHO3PczliRw-syl-5TXG-Mx-_t9Qz_HTqOwo/s200/vampire-weekend-contra.jpg" border="0" /></a>Lo único que salvo de hecho (y con peros) es “<em>Contra</em>” lo nuevo de <strong>Vampire Weekend</strong>. Cuando hace un par de años empecé a leer el nombre de un nuevo combo del barrio pijo de Nueva York que al parecer mezclaba ritmos africanos con vanguardia y sobre el que la prensa mas cool sentía rendida admiración, incluso antes de publicar ningún disco, reconozco que las ganas que me entraron de escucharlo fueron las mismas que las de pasar toda la mañana en la cola del Ministerio de Hacienda, es decir ninguna. Error. El disco era magnífico. Ingenioso, original, divertido, nada pretencioso y plagado de buenas canciones. Conseguía algo que es muy difícil de conseguir en la música moderna que es sonar distinto a todo y armarte de una buena coraza de personalidad. Probablemente todo eso sea lo que ahora me hace no disfrutar tanto de este “<em>Contra</em>” que ahora ya no me sorprende, que me suena a <strong>Vampire Weekend</strong>, no me distrae con nada y probablemente me deja sólo frente a las canciones de fondo y puede que ahí la magia se desvanezca. El disco está bien no obstante, lo he escuchado muchas veces y me gusta pero no me produce el mismo efecto que su predecesor y aunque las comparaciones son odiosas a veces son inevitables. Las referencias a <strong>Paul Simon</strong>, que antes me parecían inventos de la prensa, ahora me parecen evidentes (el principio de “White Sky” es demoledor en ese sentido) y los guiños a la electrónica en la base rítmica me molestan bastante especialmente cuando la banda tiene un batería tan bueno (podría estar escuchando la batería de las canciones de <strong>Vampire Weekend</strong> durante días y seguiría estando flipado). En cualquier caso la producción sigue siendo arriesgada e ingeniosa y el conjunto tanto de las canciones como del disco es coherente, está bien hecho, suena creíble y está muy por encima de la música que se está haciendo hoy en día entre los grupos que “más gustan”.<br /><br />Y ahí acaban todas las novedades. El resto de lo que he estado escuchando no era de rabiosa actualidad porque lo que me venía con esa categoría me resbalaba.<br /><br /><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh-BB0pdVJRTc_LrSGcW0zeYRw3l4GG00L2WbHuIH70QIo7Ya4OJxULboGZHk5PCLKDf7l2Ch38qhvuy8vnjZAXG444pD1hVVGJyhSi3OVVybExrwBvu8z8asMi7GknajffxBiuObM8Ojg/s1600-h/album-engineers.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5439973293269811154" style="FLOAT: right; MARGIN: 0px 0px 10px 10px; WIDTH: 200px; CURSOR: hand; HEIGHT: 200px" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh-BB0pdVJRTc_LrSGcW0zeYRw3l4GG00L2WbHuIH70QIo7Ya4OJxULboGZHk5PCLKDf7l2Ch38qhvuy8vnjZAXG444pD1hVVGJyhSi3OVVybExrwBvu8z8asMi7GknajffxBiuObM8Ojg/s200/album-engineers.jpg" border="0" /></a>Soy un gran aficionado a un montón de cosas y una de ellas son las series (buenas) de televisión. Una de las que estoy viendo ahora es la cuarta temporada de <em>Big Love</em>, una serie sobre una familia polígama en Utah que por alguna razón no parece despertar muchas pasiones entre el público español. A mí me parece que está muy bien. No al nivel de <em>The Wire</em> o <em>West Wing</em> o <em>Mad Men</em> o <em>Los Soprano</em> o <em>Carnivale</em>… pero a buen nivel. Durante las tres primeras temporadas la serie comenzaba con el “<em>God Only Knows</em>” de los <strong>Beach Boys</strong> (¿Cómo puede ser mala una serie que elige esa canción para la entradilla?) pero en esta temporada la canción es distinta. Al principio simplemente reparé en que era distinta pero ahora que voy por el capítulo 5 la canción me encanta así que usú esa utilidad que tienen los teléfonos molones para descubrir quien firmaba aquello (adiós a la magia de intentar descubrir durante meses por métodos rupestres quien es el autor de esa canción que te gusta). “<em>Home</em>” se llama la canción y <strong>The Engineers</strong> el grupo que la toca. El tema es el que abre el homónimo primer disco de la banda (que enseguida me hice con el). Me sonaba el nombre de <strong>Engineers</strong> pero no sabía lo que hacían hasta ahora. Se trata de un tipo de grupo que se puso muy de moda hace unos años y que basaban su música en baladas repetitivas que partían de lo acústico hasta cargarse de cualquier cosa en una suerte de imitación de los grupos de principios de los noventa que aparecían bajo la etiqueta de <em>Shoegazers</em> (me encanta esa definición) pero más calmado y menos anárquico. La canción en cuestión me parece brutal y el disco no está mal pero no creo que se sitúe a la misma altura. Me da la sensación que los esquemas que maneja la banda están demasiado restringidos con lo que el resultado puede llegar a cansar escuchando todo del tirón. He hecho la prueba de escuchar el disco en modo aleatorio o en pequeñas dosis y cada una de las canciones resiste muy bien por separado pero cuando llego al final del disco me pasa exactamente lo mismo siempre. En cualquier caso ha sido una agradable sorpresa.<br /><br /><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi6WMCAY9icfxDGAXW55X0dEyiIN-bdtr17jjMIdU4yvWdPv_a1cfhR8m6EMBUl8C1b3sPu90kKbXwHxM8kvgnl2OpR50cJsVg0U-uUezA2MF1TCbEEln4ATNuG2i8rIi1g4vGEbpCNA7o/s1600-h/8436019588734.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5439973156243978002" style="FLOAT: left; MARGIN: 0px 10px 10px 0px; WIDTH: 200px; CURSOR: hand; HEIGHT: 180px" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi6WMCAY9icfxDGAXW55X0dEyiIN-bdtr17jjMIdU4yvWdPv_a1cfhR8m6EMBUl8C1b3sPu90kKbXwHxM8kvgnl2OpR50cJsVg0U-uUezA2MF1TCbEEln4ATNuG2i8rIi1g4vGEbpCNA7o/s200/8436019588734.jpg" border="0" /></a>Pero lo que me ha mantenido verdaderamente con vida esta semana ha sido uno que en mi opinión esta en el selecto puñado de los genios de la música. Me refiero al italo-americano de <strong>Louis Prima</strong> y su espectacular concepto del Swing y el Jazz. A mucha gente le pasará sin saberlo lo mismo que a mí hace años cuando muchas de las canciones que me gustaban no sabía que estaban interpretadas por este trompetista, cantante y entertainer (“<em>Just a Gigolo</em>”, “<em>Buona Sera</em>”, “<em>Route 66</em>”, “<em>Fever</em>”,…). Seguidor del talento de otro Louis (Armstrong) el señor Prima está considerado si no el padre al menos el máximo exponente de lo que algunos llaman el Jump Swing que no es otra cosa que la parte más festiva, bailable y divertida del Jazz de principios del siglo XX, tiempos en los que una buena orquesta y un solista con carisma lo eran todo. Cualquier disco de <strong>Louis Prima</strong> que tenga un sonido medianamente decente (son grabaciones antiguas) merece la pena y de hecho el que yo he estado escuchando esta semana es un recopilatorio baratísimo que ha publicado la FNAC con su propio sello y que recoge actuaciones en directo del artista y todos su clásicos en Las Vegas. Fantástico. Para muestra un botón:<br /><br /><embed src="http://www.youtube.com/v/VJGYQ-iYYtY&hl=" width="425" height="344" type="application/x-shockwave-flash" fs="1&" allowscriptaccess="always" allowfullscreen="true"></embed></div>lukah boohttp://www.blogger.com/profile/15154317105430723426noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-2733622695756841766.post-40663709469888610372010-02-12T15:46:00.000+01:002010-07-04T22:11:13.205+02:00Nostalgia<div align="justify">Esta semana me he estado leyendo con sumo placer “<em>Cosas que los nietos deberían saber</em>”, el muy recomendable libro autobiográfico que ha escrito <strong>Mark Everett</strong>, líder de <strong>Eels</strong> y que es un interesante y genial recorrido por una vida mucho más que singular desde un punto de vista también muy singular. El libro ha cumplido las expectativas (me lo había recomendado con fervor un amigo músico) pero sobre todo me ha hecho recordar (y no me pregunten por qué ya que no tiene realmente mucho que ver) esos años en los que nacieron los <strong>Happy Losers</strong> cuando no teníamos discos ni giras ni grabaciones y cuando personalmente mis referencias musicales eran tan autodidactas como eclécticas. Para mí fue una época especial y muy feliz en la que descubrí que el mundo de posibilidades que yo intuía detrás del “<em>Radio Top 40</em>” era en realidad prácticamente infinito e inabordable. Descubrí poco a poco no solo lo que era el movimiento independiente (y sobre todo lo que suponía) sino también todos esos troncos plantados décadas atrás que se ramificaban hasta entrelazarse en un bosque tupido y mágico que aparecía ante mí como un inexplorado paraíso. Era como entrar en la factoría de <em>Willy Wonka</em> siendo un fanático del chocolate.<br /><br /><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhvnjFZ_jSqXOqkZkQM6ngY7YInZiTpvq8L1Ad5RkkXc44ldXcEBCjYGfumgGDzvXtGX6-WmjDhY9YgaKC_GIFSVejRyM1PrY0Tvl6F5C8voaY8UTuFoB53dFyztjNlmIV0RWau_VmDAg8/s1600-h/d34040y9ne3.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5437370809461655634" style="FLOAT: right; MARGIN: 0px 0px 10px 10px; WIDTH: 200px; CURSOR: hand; HEIGHT: 198px" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhvnjFZ_jSqXOqkZkQM6ngY7YInZiTpvq8L1Ad5RkkXc44ldXcEBCjYGfumgGDzvXtGX6-WmjDhY9YgaKC_GIFSVejRyM1PrY0Tvl6F5C8voaY8UTuFoB53dFyztjNlmIV0RWau_VmDAg8/s200/d34040y9ne3.jpg" border="0" /></a>Durante aquellos años de virginidad musical donde mi despoblada discografía pedía a gritos ser cubierta por discos y más discos, la cantidad de nombres que pasaban por delante era inmensa e inabarcable. Por entonces la amplitud de miras era mucho más reducida que ahora, los prejuicios numerosos, las intolerancias constantes y el desconocimiento más que significativo así que muchas de las referencias que en un momento podían estar a mi alcance pasaban muchas veces de largo generalmente para siempre y lo hacía con con el cruel sello de las cosas que no me interesaban. Ni que decir tiene que el número de injusticias que cometí, y que poco a poco he intentado recomponer (de aquellas de las que he sido consciente), es elevado y una de ellas es el caso que nos ocupa. Para mí durante muchos años <strong>Eels</strong> no fue más que uno de esos grupos raros que venían desde los estados unidos a mediados de los 90 que no me interesaban. Uno, que por entonces estaba obsesionado con la melodía pura y dura y el culto sesentero, metía en el mismo saco referencias que no tenían nada que ver y sin haber escuchado una sola nota <strong>Eels</strong> el nombre se quedó en el cajón de los grupos que no me interesaban. Sin más. Aunque todavía no he hecho justicia del todo debo reconocer que estoy en vías de hacerlo y ando a mitad de camino en el conocimiento del trabajo de la banda del señor Everett. En concreto esta semana me he “recopado” (como dicen mis amigos argentinos) con el segundo trabajo del grupo, esa obra maestra llamada “<em>Electro-Shock Blues</em>” que no he podido dejar de escuchar por mucho que lo intentase. Una especie de esqueleto de Alt-Country o Americana despojado por completo de músculo y referencias comunes, todo ello envuelto en un halo de Lo-fi y producción experimental que esconden historias dolorosas en su peculiaridad pero emotivas y creíbles en su belleza. No muy alejado de los conceptos que <strong>Wilco</strong> manejaría poco después (ojo), el disco se mueve entre la oscuridad, la compleja sencillez de la producción, la temática mortuoria, el sonido experimental y esa extraña belleza que aparece al poner elementos ajenos tan juntos. Discazo.<br /><br /><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg3uCnmQLBCE0jSrGlIJX125TEvAeoA5luYXUU89tD8968dNjNNF8yQbsibCbGJ-zYQvQCehJ9rDhzx6eMnU2DNCrDXMohYcuueiWWON7lY1mGpaSMfbJSahmvIEHUNT79pxB7RQCWxQnA/s1600-h/f90431h03d1.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5437370700376485634" style="FLOAT: left; MARGIN: 0px 10px 10px 0px; WIDTH: 200px; CURSOR: hand; HEIGHT: 196px" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg3uCnmQLBCE0jSrGlIJX125TEvAeoA5luYXUU89tD8968dNjNNF8yQbsibCbGJ-zYQvQCehJ9rDhzx6eMnU2DNCrDXMohYcuueiWWON7lY1mGpaSMfbJSahmvIEHUNT79pxB7RQCWxQnA/s200/f90431h03d1.jpg" border="0" /></a>Así que entre medias de tanta fascinación he repescado también de mi discografía uno de mis discos favoritos de siempre que además abrió las puertas a poder entender la música de <strong>Eels</strong> algún día. Estoy hablando de “<em>Doolittle</em>” de los míticos <strong>The Pixies</strong>. A mucha gente le podrá parecer extraño pero los bostonianos fueron unos de mis grupos favoritos a principios de los años 90 y que su discografía sea una de las discografías que más he escuchado. Curiosamente además esta pasión la comparto con el resto de <strong>Happy Losers</strong> y aunque la influencia del sonido de los <strong>Pixies</strong> no aparezca muy patente en nuestra música puedo prometer y prometo que en nuestros primeros conciertos siempre caía una versión de los chicos de <strong>Black Francis</strong> y que normalmente era precisamente “<em>Debaser</em>”, la canción que abre "<em>Doolittle"</em>. En esos años en los que se estaban gestando movimientos en torno al Noise o el Grunge con mucho ruido y gritos los <strong>Pixies</strong> decidieron utilizar todo eso para hacer canciones eminentemente pop de dos minutos. Sé que mucha gente no está de acuerdo con ello pero para mí Los <strong>Pixies</strong> son un grupo fundamentalmente de pop que utilizaban su conocimiento de la vanguardia musical, su talento, su fuerza y esa maravillosa química que tenían juntos sobre un escenario y un estudio para construir una música novedosa, vital, inteligente, divertida y adictiva. Consiguieron que alguien como yo, por entonces muy receloso de la distorsión exagerada y las salidas de los cánones del pop, se sacase a la guitarra todas aquellas vigorosas canciones de letras incomprensibles y energía desbocada. No creo que a estas alturas descubra nada nuevo a nadie pero si es el caso creo que “<em>Doolittle</em>” es uno de los discos más influyentes de la década de los 90.<br /><br /><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhEcXejBoJoEYe9sQQUSeBGz6a128rlho_yuSejZDsAxLAWJru9pxC1kbJz1mlNk4mVFM2TSdwSxb3hz-VtR6jo2Nj68dap4uBAQs0a0Wrvlf6jwpvW4FoGuZgFt_o7nFfz4zBFSBDu0mk/s1600-h/f77601w5uua.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5437370569773098466" style="FLOAT: right; MARGIN: 0px 0px 10px 10px; WIDTH: 200px; CURSOR: hand; HEIGHT: 197px" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhEcXejBoJoEYe9sQQUSeBGz6a128rlho_yuSejZDsAxLAWJru9pxC1kbJz1mlNk4mVFM2TSdwSxb3hz-VtR6jo2Nj68dap4uBAQs0a0Wrvlf6jwpvW4FoGuZgFt_o7nFfz4zBFSBDu0mk/s200/f77601w5uua.jpg" border="0" /></a>Pensando sobre aquella época y el nacimiento de los <strong>Happy Losers</strong> he recordado también la única vez que hubo un grupo actuando con ese nombre en un escenario y yo no estaba allí. Ocurrió en un concierto homenaje que se dio a mi querido <em>Juan de Pablos</em> y sus 20 años de <em>Flor de Pasión</em> en la sala <em>Siroco</em> y que encima sirvió para publicar un doble CD conmemorando la efeméride. Por razones puramente laborales yo tuve que pasar unos meses en la fría Utrecht holandesa, meses que fueron desgraciadamente los elegidos para organizar el concierto. Por mucha rabia que me de así son las cosas. Aquel día yo no estaba en Madrid y los <strong>Happy Losers</strong> fueron tres así que no tengo nada que ver con lo que se tocó y se grabó aquella noche. Nunca he sabido realmente cual fue el repertorio completo que hicieron pero lo que sí que sé es que tocaron una canción que yo ni siquiera conocía entonces llamada “<em>Summer Fun</em>”, que me gustó mucho y que supuso mi iniciación al mundo de los <strong>Barracudas</strong>. Esta semana he recuperado aquel disco, el original del grupo “<em>Drop Out With The Barracudas</em>”, donde aparece ese temazo. Los <strong>Barracudas</strong> son un mítico grupo de la nueva ola que cualquier habitante de la <em>República de Malasaña</em> estará cansado de escuchar y deglutir. Esa desenfada y particular mezcla de surf y sonido New-Wave hizo “famoso” el nombre del combo anglo-americano (aunque afincados en Londres, creo) por toda la escena nuevaolera mundial. Siempre resulta refrescante escuchar canciones como “<em>I Can’t Pretend</em>” o “<em>Summer Fun</em>”, incluso a cero grados como hoy. </div>lukah boohttp://www.blogger.com/profile/15154317105430723426noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-2733622695756841766.post-42089580043329673272010-02-05T13:09:00.000+01:002010-07-04T22:11:13.215+02:00Concentrado<div align="justify">Pues sí, ya es una realidad. Todo lo que tenía que estar grabado en el disco ya está grabado. Tengo un registro escrito de todo lo que ha sido el proceso de este disco interminable pero me da pánico mirar atrás y revisarlo así que lo dejaré para disfrute de generaciones venideras (iluso). Hace tanto tiempo que empecé que ya ni me acuerdo y han pasado tantas cosas entre medias que al final ha cambiado todo desde los objetivos hasta las perspectivas, desde la forma hasta el fondo, pero lo cierto es que ahí está. Falta mezclar unas cuantas cosas, masterizar, meterlo en su cajita (aunque esto va a ser algo más complicado porque queremos que aparezca acompañado de un libro de relatos) y voilá. Siento por un lado una sensación de alivio y por otra muchas ganas de empezar a pensar en otras historias que no tengan nada que ver con el maravilloso mundo del ProTools y sus circunstancias. Una de las cosas de las que tengo ganas de hacer, de las más sencillas, es la de poder tener tiempo de escuchar música que no tenga nada que ver con la mía. Y es que durante todo este tiempo, por más que lo intentaba, era difícil separar las dos cosas en el sentido espiritual pero también en el físico, ya que si tenía tiempo de sentarme a dejarme mecer por la combinación imprevista de esas benditas siete notas musicales significaba que también tenía tiempo para poder trabajar en mi propio rinconcito lo que teniendo en cuenta la acuciante escasez de tiempo que afecta al adulto moderno, hacía que ambas actividades fuesen incompatibles y me decantase por lo segundo.<br /><br /><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhgoaEUWi_zdNoMojnJJnpmNjvO50iAd8Flh2tREdLkQReo9coVlIV7jOM3BE25_okoQ7jt8xG5QVUflZ12-nkh0UAXFvtQOQq1H1hJKu6WiOn_TV-kJsMwhirVRiMOEn9gg-97J5WqAkg/s1600-h/n04961dwe8t.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5434732173924919538" style="FLOAT: left; MARGIN: 0px 10px 10px 0px; WIDTH: 200px; CURSOR: hand; HEIGHT: 187px" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhgoaEUWi_zdNoMojnJJnpmNjvO50iAd8Flh2tREdLkQReo9coVlIV7jOM3BE25_okoQ7jt8xG5QVUflZ12-nkh0UAXFvtQOQq1H1hJKu6WiOn_TV-kJsMwhirVRiMOEn9gg-97J5WqAkg/s200/n04961dwe8t.jpg" border="0" /></a>Puede que por eso me ocurra el efecto de que últimamente algunos discos destinados claramente a ocupar un lugar preferencial en mi cabeza acaban bajando algunos escalones o abandonando dicho lugar privilegiado (privilegiado nada más que para mí, claro). <strong>Grand Archives</strong> es una banda de Seattle que nació como una de esas bandas satélite que aparecen en escenas de alta actividad, como la que siempre ha tenido Seattle, en torno a un grupo de culto que nadie conoce. En este caso la disolución de unos tal <strong>Carissa’s Wierd</strong> (ni idea que lo que se esconde musicalmente tras ese nombre pero es donde estaba presente Mat Brooke) dio con la formación de varias formaciones y entre ellas <strong>Band of Horses</strong> donde también aparece Mat Brooke aunque pocos años después decidiera iniciar su propio proyecto: <strong>Grand Archives</strong>. Hace un par años apareció su álbum de debut que para mi supuso un gran descubrimiento (<a href="http://lukahboo.blogspot.com/2008/05/viaje-con-nosotros.html">como ya comenté en este mismo sitio</a>) y sin duda uno de los mejores discos del año. Ahora aparece la continuación “<em>Keep in mind Frankestein</em>” cuyas expectativas para este que escribe eran tremendamente altas pero que debo decir no se han confirmado. Puedo que la razón sea precisamente eso de lo que hablaba al principio y no he tenido el tiempo, la paciencia o el ánimo para poder entender el disco en toda su plenitud pero la realidad es que me ha dejado frío. Bastante frío. Mucho más acústico que su anterior (aunque en principio eso no es malo pero aquí acaba por serlo), menos dinámico y sobre todo mucho menos fresco y natural. Más parecido a <strong>Fleet Foxes</strong> que a <strong>Mojave 3</strong> o los <strong>Jayhawks</strong>. He intentado darle varias vueltas en muchos escenarios distintos y es cierto que aguanta mucho mejor la afrenta en espacios solitarios y con grandes dosis de concentración pero incluso así no me sale decir que sea un disco notable. No me lo parece. Una pena pero me quedo con la espinita de saber si seré yo o serán las circunstancias.<br /><br /><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjE9eEVtc3KZ2nKBG0Jp6aTwNUb-D8E575pivigisV0zsFVD3KlHMFDMJxUdaHstVd-qhhpT9kzc1hIdJfiap2N5f3ePeNITydbBv4b3ZfJuNobHBDJb89VQkAJeSDDcq2b0fR30pEtyCY/s1600-h/Front-Cover.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5434731845135746402" style="FLOAT: right; MARGIN: 0px 0px 10px 10px; WIDTH: 200px; CURSOR: hand; HEIGHT: 180px" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjE9eEVtc3KZ2nKBG0Jp6aTwNUb-D8E575pivigisV0zsFVD3KlHMFDMJxUdaHstVd-qhhpT9kzc1hIdJfiap2N5f3ePeNITydbBv4b3ZfJuNobHBDJb89VQkAJeSDDcq2b0fR30pEtyCY/s200/Front-Cover.jpg" border="0" /></a>Lo que no ha resultado decepcionante sino todo lo contrario ha sido otra opción sobre la que no tenía ninguna expectativa pero que me ha encantado. Hace tiempo hoy hablar de un grupo americano, creo que de Ohio, llamado “<strong>The Very Most</strong>” del que alguien alguna vez me pasó un disco o una canción (no me acuerdo) pero que no debió decirme gran cosa porque sólo retuve el nombre. Hace poco vi que habían sacado un disco llamado “<em>A year with The Very Most</em>” que en realidad recogía los EPs publicados el año anterior, cada uno de los cuales estaba dedicado a una estación del año. Podéis creerlo o no pero esa era una idea, la de sacar 4 Eps dedicado cada uno a una estación, la yo tenía en la cabeza desde que los <strong>Happy Losers</strong> grabamos el EP navideño y aun así es una idea que no descarto. El caso es que me llamó la atención lo suficiente como para hacerme con el disco. Gran acierto por mi parte porque me encanta. En este caso me ha ocurrido lo contrario respecto a la concentración porque me da igual cuando, donde y como lo ponga que siempre me acaba gustando. Indie-pop en carne y en espíritu de matriz británica pero con esa ausencia de complejos que hace a los grupos americanos últimamente se dediquen copar los pódiums del género. Una propuesta eminentemente pop que se construye alrededor de bonita canciones luminosas y de muy alto contenido melódico con guiños que van desde los terrenos más lánguidos, a los más alegres, de los flirteos con la electrónica al clasicismo de la factoría <strong>Brian Wilson</strong>. Curiosamente además el collage funciona como álbum y se pueden distinguir claramente los ambientes relacionados con cada estación. Una muy grata sorpresa.<br /><br /><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEggfC5K_9_4FSgsgZBT8ssXB5v-pfk7z-JNuS_qLWA_XdemLHiz_w0PYc7A7F3HyD8IOQQ6F6mia4JlYUcYxI_iyjU34uM1C4hfNpLHun6wDWRtMN6yo5crnwTy6xk-UZTfJ2jq0k9SEIU/s1600-h/d62668s4tdk.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5434731521143450338" style="FLOAT: left; MARGIN: 0px 10px 10px 0px; WIDTH: 200px; CURSOR: hand; HEIGHT: 200px" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEggfC5K_9_4FSgsgZBT8ssXB5v-pfk7z-JNuS_qLWA_XdemLHiz_w0PYc7A7F3HyD8IOQQ6F6mia4JlYUcYxI_iyjU34uM1C4hfNpLHun6wDWRtMN6yo5crnwTy6xk-UZTfJ2jq0k9SEIU/s200/d62668s4tdk.jpg" border="0" /></a>Mirándolo ahora a toro pasado tampoco veo exactamente donde está la relación pero escuchando esta semana estos dos discos me vino a la cabeza <strong>Beulah</strong> y uno de mis discos favoritos de los de San Francisco que es el “<em>When Your Heartstring breaks</em>”, como si este se tratase de un trabajo a mitad de camino entre los dos. Escuchándolo bien, como digo, creo que no es así pero no importa porque ha servido para repescar un disco que hacía mucho que no escuchaba y que en su día supuso para mí toda una revelación. Ese “<em>Sunday Under Glass</em>” que ahora estoy escuchando es una de las canciones que más veces he metido en un recopilatorio. Una banda con los cimientos bien anclados en un barrizal de purismo indie pero que se atrevía a coquetear con el Orch-pop a través de canciones de genuino espíritu californiano y hacerlo además sin ningún tipo de complejos. Luego se hicieron más experimentales pero sin perder esa particular forma de diseñar canciones extrañas y sencillas a la vez. El grupo se separó hace años pero dejó cuatro discos muy recomendables, cada uno en su momento y en sus circunstancias. </div>lukah boohttp://www.blogger.com/profile/15154317105430723426noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-2733622695756841766.post-18941391402933815712010-01-29T15:48:00.000+01:002010-07-04T22:11:13.223+02:00Rampa de salida<div align="justify">Mecido por la salvadora rutina pero limpio de fantasmas y otros pequeños demonios lo cierto es que llevo unos días con la sensación de estar en la rampa de salida. Un rampa de salida que todavía no sé bien hacia qué carrera va pero una rampa de salida que paradójicamente amenaza la rutina salvadora y me pone feliz. Eso para que luego me enfade cuando me dicen que soy un tipo complicado. Esta noche y mañana tengo mis dos últimos conciertos acústicos en una temporada de los que espero salir con dignidad pero me encantaría que cerrasen un ciclo y que la próxima vez que <strong>lukah boo</strong> vuelva a subirse a un escenario lo hiciera acompañado de más músicos y decibelios. Todo tiene su momento y creo que ahora toca ese. La parte musical del disco ha llegado a su fin y la verdad es que estoy también un poco harto de escuchar tantas veces la misma canción, buscar fallos en las mezclas, comerme la cabeza sobre los arreglos de guitarra o la presencia de los coros. Estoy ansioso por sentarme a escuchar música sin estar pensando en mi movida y es que quizás por ello últimamente he estado un poco reacio a degustar nuevas (o viejas) propuestas musicales tal y como se merecen. Tengo todavía un montón de discos por abrir desde las vacaciones y no es por falta de tiempo (que podría ser) sino por pereza. Aun así hay algunos discos que si que he escuchado bastante en los últimos días gracias al ipod que me acompaña allí donde voy.<br /><br /><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgSsd-MR779w22SzsyO7GKHEIof703-dR5VbN3pha1X-AA4jwheoFUf7YB016Hy1UKHejKJx_GJpNjLPGO9OJIvjum6voqncDq5Q3zUG4g-Idi5-fUGRya5shAM8c3noetyNag2KQQippA/s1600-h/m58601rw5o3.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5432175179242606210" style="FLOAT: right; MARGIN: 0px 0px 10px 10px; WIDTH: 200px; CURSOR: hand; HEIGHT: 181px" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgSsd-MR779w22SzsyO7GKHEIof703-dR5VbN3pha1X-AA4jwheoFUf7YB016Hy1UKHejKJx_GJpNjLPGO9OJIvjum6voqncDq5Q3zUG4g-Idi5-fUGRya5shAM8c3noetyNag2KQQippA/s200/m58601rw5o3.jpg" border="0" /></a>El primero de ellos es precisamente un regalo de reyes que me ha gustado mucho porque además era un disco que tenía todas las papeletas de no acabar nunca en mi discografía. A pesar de toda la injusticia que pueda encerrar el hecho que voy a contar lo cierto es que <strong>Son Volt</strong>, para mí, era simplemente el grupo de otro de los miembros de <strong>Uncle Tupelo</strong>, banda en el que nació <strong>Jeff Tweedy</strong> (líder indiscutible de <strong>Wilco</strong>). Sé que para mucha gente, esencialmente puristas de la música americana, <strong>Son Volt</strong> es la quintaesencia del género y que están situados en un alto pedestal pero reconozco que cuando me hice con un par de discos de la era post-Wilco (ninguno el que dicen es su obra maestra “<em>Trace</em>”) no me resultaron especialmente arrebatadores. Están bien pero para mí eran demasiado de género o quizás venía con el prejuicio de <strong>Wilco</strong> tratando de encontrar algo parecido, no lo sé. <strong>Son Volt</strong> entonces era el grupo de <strong>Jay Farrar</strong>, líder carismático de <strong>Uncle Tupelo</strong> una banda que el propio Jay desmanteló, dicen que por desavenencias con el talento emergente de <strong>Jeff Tweedy</strong>, poco antes de que <strong>Wilco</strong> se hiciese realidad. La posterior carrera de <strong>Jay Farrar</strong> en solitario me resultó incluso menos arrebatadora que los discos de <strong>Son Volt </strong>que yo tenía lo que terminó por hacerme perder la pista de este tipo. Por eso no me enteré cuando el señor Farrar recuperó el nombre de <strong>Son Volt</strong> hace unos cinco años y que ha sacado tres discos bajo ese nombre que al parecer están bastante bien. El que me regalaron es el tercero de ellos llamado “<em>American Central Dust</em>” y por alguna razón no paro de escucharlo. Es tan de género como los anteriores pero las canciones tienen algo que se me ha quedado pegado y la voz de <strong>Jay Farrar</strong> no me transmite nada de la arrogancia o suficiencia que me transmitía en sus primeros trabajos. Al contrario me transmite humildad, nostalgia y credibilidad. Un gran disco de Americana para todos aquellos a los que el género no les espanta. A lo mejor era el momento pero a mí me ha llegado.<br /><br /><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgwdY4AlkF3-Goa2rnkJnpCHUTAtwYnYGVgWwcdVZp8MaSOhpOcVPhyaSX9jc1Ws9_SM-zJ-j6WmAl4R_SdxWzH4lbKhV6NfGJfIh4vZGVSmSqByT7JRY5cIqRpUcG54v9eijagc4q9saM/s1600-h/l49248sge9t.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5432175079872341330" style="FLOAT: left; MARGIN: 0px 10px 10px 0px; WIDTH: 200px; CURSOR: hand; HEIGHT: 200px" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgwdY4AlkF3-Goa2rnkJnpCHUTAtwYnYGVgWwcdVZp8MaSOhpOcVPhyaSX9jc1Ws9_SM-zJ-j6WmAl4R_SdxWzH4lbKhV6NfGJfIh4vZGVSmSqByT7JRY5cIqRpUcG54v9eijagc4q9saM/s200/l49248sge9t.jpg" border="0" /></a>El segundo es un viejo clásico que supuso también un regalo de reyes (pero del año pasado) y que envuelta en una preciosa caja llamada “<em>Antology</em>” y cargada de información de todo tipo aparece una gran parte de la discografía del grupo norirlandes <strong>The Undertones</strong>. Una caja repleta de canciones a la que hay que dedicar mucho tiempo para poder sacarle todo el partido y que por ello en su día me bebí en muy pequeñas dosis. Los <strong>Undertones</strong> son un nombre clásico dentro de la nueva ola inglesa y está catalogado dentro de la música incluido dentro de ese supuesto movimiento (que <strong>Elvis Costello</strong> por ejemplo siempre negó) pero a pesar de que efectivamente abraza y reproduce todos los guiños y clichés de sus compañeros de etiqueta, creo también que tiene una personalidad propia indiscutible y que evolucionó de una forma coherente y algo más arriesgada que sus contemporáneos (pero con la misma fugacidad y éxito). Su apuesta inicial por el garage-rock americano de finales de los 60’s siempre estuvo fundada en los conceptos más melódicos del pop y en la canción como ente propio, máximo e independiente. Quizás por eso les resultó fácil posteriormente ir añadiendo extras y detalles que llevaron al grupo a terrenos cercanos al Punk-Rock, la New-Wave, el power-pop,..(aunque para muchos todo esto es lo mismo), pero también a la psicodelia, el pop-soul o incluso otros terrenos más “ochenteros” que derivaron en la siguiente banda de dos de sus miembros: <strong>That Petrol Emotion</strong>. Siempre es refrescante volver a escuchar cosas como “<em>Jimmy, Jimmy</em>”, "<em>She’s a runnaround</em>”, "<em>Teenage Kicks</em>”, “<em>The Love Parade</em>”,… para saber de dónde venimos y mantener el tipo frente a tanta propuesta cegadora que muchas viene vacía.<br /><br /><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhKCJVIJcm0BGoSqOJoglNZul4XCP0Fet_ctRbnv9V4-NUQGS034jeFbUo6CsAJWnY_MQeYFtA0FGJoxq6KygUS5ICgCvrC1rX6h82snIPVGFBaTbAyrHL0ccvsA7WdDzfgXPmNn_XVop0/s1600-h/l08243nbrp4.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5432174956002033202" style="FLOAT: right; MARGIN: 0px 0px 10px 10px; WIDTH: 200px; CURSOR: hand; HEIGHT: 200px" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhKCJVIJcm0BGoSqOJoglNZul4XCP0Fet_ctRbnv9V4-NUQGS034jeFbUo6CsAJWnY_MQeYFtA0FGJoxq6KygUS5ICgCvrC1rX6h82snIPVGFBaTbAyrHL0ccvsA7WdDzfgXPmNn_XVop0/s200/l08243nbrp4.jpg" border="0" /></a>Y para terminar otra magnífica caja que me han regalado estas navidades y que bajo el "críptico"nombre de "<em>Blue Note Plays Bossa Nova</em>"recoge en 3Cds un enorme puñado de artistas tocando la interpretación de la <em>Bossanova</em> que hicieron los grandes artistas del Jazz y que salieron publicadas bajo el sello de la música Jazz por excelencia que es <strong>Blue Note</strong>. El disco (de momento sólo he engullido el primero de los tres) es más un recopilatorio de Jazz que de Bossanova pero eso no le quita un ápice de mérito ni de espectacularidad. Elegante, sobrio, magistralmente ejecutado (tiene cortes en directo) pero fundamentalmente precioso. Una autentica joya de la que disfrutar en cualquier momento y en cualquier ocasión. Si el resto de la caja está a la misma altura (que seguro que si) será uno de los discos más pinchados en mi discoteca virtual. </div>lukah boohttp://www.blogger.com/profile/15154317105430723426noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-2733622695756841766.post-1325825759189661042010-01-22T16:32:00.000+01:002010-07-04T22:11:13.233+02:00Rutina<div align="justify">Dicen que los bebes y los niños muy pequeños agradecen la rutina para sentirse seguros. Dentro de un ciclo que se repite de forma homogénea y constante son capaces de desarrollarse, centrar la conducta y ser felices y de hecho pierden los papeles, la racionalidad y la noción del tiempo cuando notan alteraciones en su rutina diaria. Que a pesar de mis años seguía teniendo mucho de bebe y de niño pequeño es algo que yo ya sabía pero lo de lo que no tenía ni idea es que algo que detesto con toda mi alma, algo contra lo que he despotricado y despotrico constantemente como la rutina resultase ser una especie de tabla de salvación. Y es que es cierto que volviendo a la rutina de la rueda de producción, de los lunes a viernes, de los horarios, de las entradas y salidas establecidas, de las llamadas de teléfono que sabes de dónde vienen sin tener que mirar el número, de las frases hechas en los mismos sitios a las mismas horas,… he conseguido centrar los sentimientos que aunque no es la situación ideal (siempre he pensado que el centro y lo centrado es para aburridos y/o cobardes) al menos es menos dañina que de donde venía.<br /><br />Pero el pasado fin de semana no fue para nada un claro ejemplo de rutina sino todo lo contrario. Cogí la guitarra acústica y con ella me fui a Granada para tocar en el planta baja minutos antes de que <strong>Ana Lógica</strong> presentase su flamante primer disco. Lo hice en ese mismo formato de cantautor que reniega de los cantautores en el que hasta la fecha ha tenido que aparecer, porque no ha quedado otro remedio, eso que llamo <strong>Lukah Boo</strong>. Sigo sin estar cómodo estando tan desnudo en el escenario especialmente cuando en mi cabeza (y ahora en un disco) las mismas canciones están infinitamente más arropadas pero aquella noche en Granada volví a disfrutar de tocar en directo y volví a sentirme músico. Bien es verdad que la mejor crítica que recibí cuando bajé del escenario fue la de que había estado muy “gracioso” pero en fin, por algún sitio se empieza. Debo decir para ser justo que fue un magnífico día de exaltación de la amistad, el alcohol y las risas. Un larguísimo día que acabó en el día siguiente sin sueño de por medio.<br /><br /><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj7VYKdcAGqXHNUc9KpamzW5YbMHvaB1PkeYoslsOULIEcMJhyphenhyphenE6jpGyAtE0iSWSTGdOdtyTUJ4ahbnJd4Bu6hPUZuKxswQ72z_Npyep_p7nqEBDC9-vCN0US57iBfz5S9TeNpUCRvndzs/s1600-h/8436003174080.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5429587626107442530" style="FLOAT: right; MARGIN: 0px 0px 10px 10px; WIDTH: 200px; CURSOR: hand; HEIGHT: 200px" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj7VYKdcAGqXHNUc9KpamzW5YbMHvaB1PkeYoslsOULIEcMJhyphenhyphenE6jpGyAtE0iSWSTGdOdtyTUJ4ahbnJd4Bu6hPUZuKxswQ72z_Npyep_p7nqEBDC9-vCN0US57iBfz5S9TeNpUCRvndzs/s200/8436003174080.jpg" border="0" /></a>Mucha culpa de ello la tuvo mis anfitriones en tierras granadinas, los estupendos y simpatiquísimos <strong>Ana Lógica</strong>. Cuando escuché el master del disco que acaban de publicar, “<em>Apueste por su vida</em>”, reconozco que ni sabía quiénes eran (aunque llevan varios años tocando y peleando por hacer este disco), ni de dónde venían (aunque una parte significativa proviene de los extintos <strong>Cecilia Ann</strong> que en su día formaron parte de la escena indie igual que los <strong>Happy losers</strong>) ni que me podía esperar respecto a su música pero reconozco también que me quedé enganchado y sorprendido a la primera escucha. No es muy normal escuchar propuestas de este tipo en el saturado mercado musical patrio y es una pena porque es el tipo de apuesta que yo demando y que me hacen feliz. Pop clásico como punta de lanza y cimientos, universo <strong>Brian Wilson</strong> como referencia fundamental (sin copiar, ojo), búsqueda constante de la belleza, buen gusto por la melodía y criterio e inteligencia para las letras. Un maravilloso cocktail que tiene además la guinda de una sección de vientos permanente como parte del grupo que aporta un tipo de riqueza de recursos difícil de conseguir de otra forma. Los granadinos han construido un disco amable y directo en apariencia pero oscuro y complicado en el fondo. Canciones de raíz simple que esconden con inteligencia mensajes crípticos nada intrascendentes (o si) y que se visten de una rica cadena de arreglos exclusivos, complejos y bien pensados. Pop alegre para el que no tenga tiempo de zambullirse y nadar pero orfebrería repujada y fondo para el que no tenga miedo de mojarse y disfrutar. Una difícil combinación y una difícil propuesta de la que salen airosos y con mucho más que dignidad. Gran disco y gran concierto el de estos chicos que tendré oportunidad de repetir (volviendo a abrir con mi guitarrita) el próximo sábado 30 en Siroco.<br /><br /><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEji_it808uspLx7no3E0l6z14c50VG2uFLw14ee6ZtIEnPKHvxNHlDC2ci3vGz-cxAmg_kbu4FiQtlo3fLYfwcG7ucNpPc8esWUSxKta8CzrMG4Ux0wmjZK42iii_kG-Ts8bOgG1CUBYbw/s1600-h/untitled.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5429587752661092610" style="FLOAT: left; MARGIN: 0px 10px 10px 0px; WIDTH: 197px; CURSOR: hand; HEIGHT: 200px" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEji_it808uspLx7no3E0l6z14c50VG2uFLw14ee6ZtIEnPKHvxNHlDC2ci3vGz-cxAmg_kbu4FiQtlo3fLYfwcG7ucNpPc8esWUSxKta8CzrMG4Ux0wmjZK42iii_kG-Ts8bOgG1CUBYbw/s200/untitled.jpg" border="0" /></a>Tan sólo un par de días antes sin embargo había recibido una invitación a la fiesta no oficial de presentación del último disco de <strong>Javier de Torres</strong>, irónicamente titulado “<em>Las grandes ambiciones</em>”. La fiesta era en realidad una amable y agradable reunión de los músicos y amigos que habían participado en el disco a la que estaba invitado por la doble vertiente de amigo y colaborador con algunas voces y coros. No es la primera vez que los Happy losers aparecemos en un disco de <strong>Javier de Torres</strong> pero como ocurrió en las anteriores en el momento de recibir la copia del disco (aquella misma noche) no sabía muy bien lo que podía esperar dentro. Las constantes vitales gracias a Dios siempre se repiten: gusto por las canciones y en especial por la melodía, absoluta falta de complejos para vestir las canciones con el traje que tengan que ir, ironía y sarcasmo a raudales además de unas letras bien pensadas de acusada personalidad pero claro, esas herramientas dan mucho juego. La progresión artística de los últimos discos es evidente, al menos para mí, hacía terrenos cada vez más pop pero a su vez cada vez más líricos y sofisticados pero en este disco se llega un punto verdaderamente alto y difícil de repetir. Las canciones sobre desquiciados perdedores y humanos de personalidad alterada aparecen envueltas ahora arregladas con una orquestación digna de los mejores grupos de finales de la década de los 60 tanto en calidad de composición como en interpretación. Una orquestación grabada en parte por una orquesta sinfónica en las frías tierras de Bulgaria pero imaginada en la cabeza del autor y en las mismas cabezas que han estado siempre alrededor de <strong>Javier de Torres</strong> que matiza así otra de su grandes habilidades como es la de saberse rodear de gente con mucho talento. Con algunas canciones verdaderamente notables (<em>Los Detalles, La métrica de la desgracia, No me pidas buen humor,..</em>), un sonido abrumador (por calidad, no por volumen), riqueza de detalles e historias de esas que paralizan las ganas de respirar aparece este magnífico disco. Si tengo que poner un pero, por aquello de que todo lo anterior sea todavía más creíble, es que toda esta complejidad hace que sea necesaria mayor dosis de concentración para entender lo que se está escuchando de lo habitual lo cual, desgraciadamente, no es algo muy frecuente en la propuesta estándar de la música popular que masivamente fagocita en la actualidad los cerebros de los humanos vertebrados lo que puede provocar el que el oyente piense que está escuchando un disco homogéneo y pesado. No hagan caso de sus prejuicios y traten de dejarse llevar.<br /><br /><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgpOigPkY8bko_Ud_83TYO9GhIdCp28cSoGAhMYd8EXUFucQ4wmWUQmDH7txX4SxMH4bGuSpK5EUfG59TQkBv4OATDyuuaJ2aXJjG2orCA5cSQRpUmSZe6Kn7tw-Ixizg1-WghCcVF_2yc/s1600-h/Riffbackers.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5429587871819820786" style="FLOAT: right; MARGIN: 0px 0px 10px 10px; WIDTH: 200px; CURSOR: hand; HEIGHT: 200px" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgpOigPkY8bko_Ud_83TYO9GhIdCp28cSoGAhMYd8EXUFucQ4wmWUQmDH7txX4SxMH4bGuSpK5EUfG59TQkBv4OATDyuuaJ2aXJjG2orCA5cSQRpUmSZe6Kn7tw-Ixizg1-WghCcVF_2yc/s200/Riffbackers.jpg" border="0" /></a>Y para terminar lo que ocupará mi noche de este viernes 22 cuando esté en El Sol disfrutando de los maravillosos pildorazos de Power-Pop de los <strong>Riffbackers</strong>, disfraz tras el que se esconden dos músicos a los que tengo gran admiración y que además son amigos. Se trata de Fausto (<strong>Winnerys</strong>) y Nacho (<strong>Pulsar</strong>, <strong>Cooper</strong>) y esa maravilla de disco que han sacado con el nombre de <strong>Riffbackers</strong> titulada “<em>The Curtain Shop and Alteration</em>”. Cuando hace más de un año me dijeron que estaban grabando un disco, básicamente en casa de Fausto, no me podía imaginar que sería esto que estoy escuchando ahora mismo. Lo cierto es que tampoco puede decir que me sorprenda porque conozco de largo el gusto y el talento de los culpables pero es que está francamente bien. Recogen todos los elementos (¡todos!) que aparecen en la música Pop desde que los <strong>Beatles</strong> la inventaron y hasta que el mainstream comercial la arrinconó allá por los años 80 a la estela de aquello que genéricamente (y casi siempre despectivamente) se denomina Power-Pop pero en realidad todas esas herramientas simplemente sirven como riqueza de recursos casi anecdótica para vestir unas canciones precisas, bonitas y saturadas de clase y melodía. Por su puesto es un disco imprescindible para los amantes del género pero yo animaría a cualquier alérgico al pop de guitarras a dar una oportunidad a un trabajo tan bien hecho. </div>lukah boohttp://www.blogger.com/profile/15154317105430723426noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2733622695756841766.post-45153871444245741232010-01-13T15:58:00.000+01:002010-07-04T22:11:13.243+02:00El Síndrome del Cenizo<div align="justify">El día antes de tomarme las uvas despidiendo el 2009 <strong>lukah boo</strong> dio su último concierto hasta la fecha. Debe ser la edad pero últimamente cuando juego al fútbol los domingos y meto un gol me da por pensar si ese gol será o no el último gol que meta en mi vida y me temo que ese mismo pensamiento me está viniendo últimamente también a la cabeza las veces en las que me subo a un escenario. No tengo ninguna intención de morirme en breve y personalmente no lo interpreto como los primeros coletazos del <em>Síndrome del Cenizo</em>, ese del que adolecen muchos abuelos (incluso abuelos de 20 años), sino más bien creo que se trata de una consecuencia de asumir poco a poco el cruel balance entre la verdadera dificultad y satisfacción que te dan las cosas. Lo quiera asumir o no cada vez me cuesta más jugar al fútbol al igual que por razones diferentes cada vez me cuesta más subirme a un escenario y no siempre la satisfacción que recibo a cambio (lo único que recibo a cambio) compensa.<br /><br />No tengo un buen recuerdo de ese último concierto. La gente cercana que quiero (y me quieren) me regalaron amablemente los oídos diciéndome que estuvo muy bien pero yo sé que no es verdad (y sé también que algunos de ellos también lo piensan). Estuve mal. Es cierto que estaba incómodo en el escenario por el sonido de los monitores (que como desgraciadamente ocurre muchas veces no tenía nada que ver con el de la prueba) pero eso no es una excusa verdadera porque ya he pasado muchas otras veces por esa situación sin que supusiese un problema insalvable. Estaba nervioso (aunque menos que otras veces) pero también plano, torpe, titubeante, inseguro, aburrido, aturdido, enfadado, apagado,….y triste. Estaba muy triste y esa no es una buena sensación para intentar desnudarte en un escenario. Era un día de mierda con el cielo gris y la lluvia plomiza que no dejó de caer en ningún momento. Un día del final de un año complicado en el que me levanté sólo en mi casa con mucho tiempo para pensar, me fui sólo a la prueba de sonido y me sentí sólo prácticamente todo el día hasta que me bajé del escenario. En ningún momento me sentí músico tampoco (más bien todo lo contrario), salvo durante los minutos que el bendito de <strong>Julio Ruiz</strong> amablemente me dedicó en un discogrande que era monográfico para <strong>Nick Garrie</strong>. Esa extraña sensación de saberse perdido, como estar con una copa en la mano en una fiesta en la que no conoces a nadie y nadie quiere conocerte y que es algo que duele en esa parte del cuerpo donde las heridas no se ven pero se sienten. Se me pasaron muchas cosas por la cabeza aquel día y agarrándome a una de ellas volví a tomar conciencia sobre lo mucho que detesto tantas y tantas leyes prefabricadas y tantos y tantos personajes que revolotean alrededor del mundo de la música y que tan poco tienen que ver con ella.<br /><br />El año ha comenzado con esa extraña sensación de querer quedarme en mi habitación cerrando la puerta por dentro pero con la paradoja provocada de tener un precioso disco prácticamente acabado (un par de voces por repetir y una guitarra que si Dios quiere estarán finiquitadas la semana que viene) y que en algún momento tendrá que nacer o morir. Hoy el disco es una criatura que respira escondida en el fondo de mi ordenador y a la que me da mucho miedo acercarme para echarle un vistazo. No si es como ese hijo feo y tonto que a ti te parece el ser más inteligente y guapo del mundo, una pequeña joya que cualquier podría apreciar o una puta mierda pedante y pretenciosa que morirá antes de nacer. En ese sentido me resulta sorprendente como ha mostrado verdadero interés (soy capaz de distinguir de verdad si es verdadero) gente que jamás hubiese pensado que estuviese interesada y como algunos que a mí me parecía que podrían estar interesados no han mostrado el más mínimo atisbo de tan siquiera algo de curiosidad. Se me hace raro y me da pereza soportar yo sólo el peso de tener que defender algo que ha supuesto tanto trabajo, sacrificios y emociones. Algo que es tan importante para mí pero que sé que puede resultar tan prescindible y despreciable para otra mucha gente. Me siento perdido y sólo pero probablemente tenga que ser así o puede que única y exclusivamente sea sensación mía que no es verdad. Conozco unas cuantas voces que me dirían exactamente eso y puede que en el fondo sea verdad aunque en cualquier caso ¿qué importa?. A veces me gustaría rescatar de mis entrañas todo mi egocentrismo, petulancia, egoísmo y soberbia para colgarlo todo bien expuesto en mi epidermis pública y así ganarme por el método tradicional un respeto que no he conseguido ganarme a través de métodos algo más sensatos (según el concepto de sensatez de las películas de Walt Disney, claro) pero estoy convencido de que tampoco lo haría de forma creíble porque sinceramente no creo que ese sea el camino. Me han educado muy mal en este sentido. Desgraciadamente hay gente que ha nacido para tocar y otros para escuchar y desgraciadamente también hay gente que ha nacido para tocar pero escuchan y viceversa.<br /><br /><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhePP_mynno4GOw9Yy9ZZGZR8rKjSEMOBqK58bmtfHT445pJwyytfL0htekDS_S1xT50YbX9h4cvty9y9AywXwW7PiK-NWC67ZxdrDepF6QAkpMkxbgHlvGM2-PjKBKLE7ab2t8izWkLXc/s1600-h/f92997cnuca.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5426243697059762306" style="FLOAT: left; MARGIN: 0px 10px 10px 0px; WIDTH: 200px; CURSOR: hand; HEIGHT: 196px" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhePP_mynno4GOw9Yy9ZZGZR8rKjSEMOBqK58bmtfHT445pJwyytfL0htekDS_S1xT50YbX9h4cvty9y9AywXwW7PiK-NWC67ZxdrDepF6QAkpMkxbgHlvGM2-PjKBKLE7ab2t8izWkLXc/s200/f92997cnuca.jpg" border="0" /></a>Ese último concierto del año compartía cartel (en realidad acabé siendo el telonero) de <strong>Nick Garrie</strong>, un afable, elegante y encantador señor inglés (aunque de madre rusa y padre escocés) de atribulada e injusta historia en esto de la música con el que compartí una gran parte de aquel fatídico día y al que fue un verdadero placer conocer (y que por cierto dio un magistral concierto). Mi llegada a la música de <strong>Nick Garrie</strong> fue por la parte de atrás y como la mayoría de las personas que en los últimos años han relanzado su nombre a través de su primer disco, esa joya perdida entre los miles de discos magníficos que se hicieron a finales de la gloriosa década de los 60 y que se llamó: “<em>The Nightmare of JB Stanislas</em>”. El disco es una preciosa obra de orfebrería pop (muy del momento) en el que un puñado de magníficas canciones aparecen envueltas en una producción preciosista de orfebrería pop que se mueve entre el psicodelia y el orch-Pop. Lo anecdótico del caso es que el propio Nick reniega de ese disco al que tanto le debe (para bien y para mal) y especialmente lo hace de su producción a la que considera exagerada, completamente antagónica con lo que él hubiera querido y a la que culpa de provocar en él un sentimiento como de que las canciones no le pertenecían. Evidentemente no puedo estar de acuerdo con una parte de este razonamiento porque a mí me ocurre todo lo contrario con la producción y los arreglos ya que me encantan y tengo la sensación de que además si recogen el espíritu de las canciones para hacerlas crecer y no al contrario lo que por supuesto no deja de ser una opinión personal. El propio <strong>Nick Garrie</strong> me contó esta historia en persona pero también se encargó de hacerlo en las entrevistas de RNE3 y de hecho ha escrito un libro explicándolo (que saldrá este año junto a una reedición del álbum que tiene preparada el sello Elefant). Es el disco que me acompañó aquel día 30 y con el que recibí el año nuevo. Un estupendo y precioso disco que desgraciadamente me recordará un momento que quizás debería olvidar.<br /><br />¡Feliz año a todos!<br /></div>lukah boohttp://www.blogger.com/profile/15154317105430723426noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-2733622695756841766.post-44910488194472235902009-12-30T12:09:00.000+01:002010-07-04T22:11:13.252+02:00Top 50 (2009)<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="apple-style-span"><span style=" ;font-family:Georgia;color:black;">Como no podía ser menos aquí está mi lista del año pero para ser coherente debo decir que personalmente no hago mucho caso en términos absolutos a estas listas porque creo </span>que tienen una carga de subjetividad demasiado grande como para ser tomadas en serio. Ahora bien, precisamente por lo mismo y si tienes cierta afinidad con el tipo (o tipos que las publican) siempre pueden servir para descubrir cosas emocionantes. Por todo ello y por si a alguien le interesa ahí va:</span></p><br />1 <b>Madness</b> – The Liberty of Norton Folgate<br />2 <b>Wilco</b> – Wilco (the Allbum)<br />3 <b>Sondre Lerche</b> – Heartbeat Radio<br />4 <b>Fitness Forever</b> – Personal Trainer<br />5 <b>The Pain of being pure at heart </b>– The Pain of being Pure at Heart<br />6 <b>The Duckworth Lewis Method</b> – The Duckworth Lewis Method<br />7 <b>Antony & the Jhonsons</b> – The Crying Light<br />8 <b>Wild Honey</b> – Epic Handshakes and Bear Hug<br />9 <b>Ben Kweller </b>– Changing Horses<br />10 <b>Attic Lights</b> – Friday Night Lights<br />11 <b>Jason Mraz</b> – We sing, we dance, we steak things<br />12 <b>Clem Snide</b> – Hungry Bird<br />13 <b>Dent May</b> – The good feeling…<br />14 <b>Phoenix </b>– Wolfgan Amadeus Phoenix<br />15 <b>The Felice Brothers</b> – Yonder is the clock<br />16 <b>Animal Collective</b> – Merriwater Post Pavl<br />17 <b>Cornershop</b> – Judy Sucks a Lemond for breakfast<br />18 <b>Kings of convenience</b> – Declaration of Dependence<br />19 <b>The Rumble Strips</b> – Welcome to walk alone<br />20 <b>Bill Callaham</b> – Sometimes I wish we were an Eagle<br />21 <b>The Leisure society</b> – The Sleeper<br />22 <b>Brendan Benson</b> – My Old Familiar Friend<br />23 <b>God help the girl </b>– God Help the Girl<br />24 <b>Cymbals eat guitars</b> – Why there are montains<br />25 <b>The Sunday Drivers </b>– The End of Maiden Trip<br />26 <b>The Clientele</b> – Bonfires on the Health<br />27 <b>Mamá</b> – La major Canción<br />28 <b>The Elastic Band</b> – Boogle Beach Days<br />29 <b>Graham Coxon</b> – The Spinning Top<br />30 <b>The Dirty Projectors</b> – Bitte Orca<br />31 <b>The Decemberist</b> – The Hazards od Love<br />32 <b>King of Prusia</b> – Save The Scene<br />33 <b>The Autum Leaves</b> – Long Lost Friend<br />34 <b>Richard Hawley </b>– Truelove’s Gutter<br />35 <b>Andrew Bird</b> – Noble Beast<br />36 <b>Girls</b> - Girls<br />37 <b>Camera obscura</b> – My Maudleen Career<br />38 <b>Grizzley Bear</b> - veckatimest<br />39 <b>Mark Olson & GaryLouris </b>– ready for the flood<br />40 <b>Campbell Stoke sunshine rec</b> – Make your ears smile<br />41 <b>The tomorrows </b>– Jupiter Optimum Maximum<br />42 <b>Beirut</b> – March of Zapotec/Holland<br />43 <b>Prefab Sprout</b> – Let’s change the world with music<br />44 <b>Eugene Mc Guiness </b>– Eugene Mc Guiness<br />45 <b>Sufjan Stevens</b> - BQE<br />46 <b>The boy least likely to</b> – The Law of the Play ground<br />47 <b>Franz Ferdinand</b> - Tonight<br />48 <b>The Flaming Lips</b> - Embryonic<br />49 <b>Bonnie Prince Billie </b>– Beware<br />50 <b>Wavves</b> – Wavveslukah boohttp://www.blogger.com/profile/15154317105430723426noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2733622695756841766.post-80468444896813386982009-12-22T16:49:00.000+01:002010-07-04T22:11:13.260+02:00Christmas Time<div align="justify">Y bueno, ya están otra vez aquí las navidades, esa época del año que todos sabemos que va a llegar, e incluso cuando va a llegar, pero que igualmente nos pilla de sopetón sin los deberes hechos y sin saber que esperar. La Navidad es el mejor ejemplo de cómo algo de naturaleza sencilla, buena y fraternal puede transformarse en un monstruo frío y egoísta, en una pesadilla consumista que obliga a doblegarse frente a puentes por los que nunca pasarías, una complicadísima historia a la que se hace imposible sobrevivir indemne o simplemente la mentira más grande jamás contada. Aun así todo en esta vida es relativo y en mi modesta opinión me parece estúpido quejarse y dejarse llevar por el entorno renunciando a construirse cada uno su propia Navidad de la forma que mejor le encaje y le haga feliz pero allá cada uno con sus miserias. A mí me gusta la Navidad (aunque me pone triste muchas veces) y precisamente lo único que me repugna de ella es cuando no tengo otro remedio para evitar los estereotipos y los compromisos que no he creado yo. Eso sí, son pocos y como me toquen mucho las narices también me los cargo.<br /><br />Normalmente hago una lista en papel con las doce cosas que le pido al año nuevo y las memorizo para luego repetirlas en mi cabeza cuando estoy tomando las uvas pero todavía no sé lo que voy a poner este año. El 2009 que acaba ha sido complicado en muchas cosas pero sobre todo me ha hecho cambiar la perspectiva sobre muchas otras que hasta hace bien poco eran parte de los cimientos sobre los que construía. Es todo muy raro pero a la vez es bastante sencillo. Está bien darse cuenta ahora que más tarde. Lo que sí que me he propuesto es terminar el dichoso disco antes de terminar el año y en ello estoy. Lo que no esté grabado el día 31 de diciembre a las 23:59 ya no se grabará nunca más. El primer (y no sé si único) disco de Lukah boo será algo diferente a lo que Lukah boo tenía en mente pero a veces ahí está la gracia del asunto. Al final todo se aclara y se despeja y de todo se sale e incluso se sale con dignidad. Rusell Crawford, Roger Sincero, Oscar Loser, los Superratones, Santi Campos,… se han sumado a esta locura a última hora lo que me pone verdaderamente contento y esperanzado sobre lo que pueda deparar el año que viene al bueno de Lukah boo.<br /><br /><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhyHFtTlsAB4qbZpTFNK20L2KCByd5eoelmxYyU_uQk6L4kENHPZ9GcmJfvpAjQ_kpcg52LCEEhRcNJSAkp9McKfhDuHll5ySnxTLtuHQdRAkBXAdwmQbarp2olxQOWlErwwL8_UGySplE/s1600-h/d144560x172.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5418088796849550818" style="FLOAT: left; MARGIN: 0px 10px 10px 0px; WIDTH: 200px; CURSOR: hand; HEIGHT: 200px" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhyHFtTlsAB4qbZpTFNK20L2KCByd5eoelmxYyU_uQk6L4kENHPZ9GcmJfvpAjQ_kpcg52LCEEhRcNJSAkp9McKfhDuHll5ySnxTLtuHQdRAkBXAdwmQbarp2olxQOWlErwwL8_UGySplE/s200/d144560x172.jpg" border="0" /></a>Pero ahora lo que me apetece es escuchar canciones navideñas como corresponde y a ello me pongo. No hace calor, ni vivimos tiempos de candor y fraternal calidez pero a pesar de ello (o quizás precisamente por ello) lo que estoy escuchando desde ayer en el ipod es el disco navideño de Los Beach Boys, unas de las referencias que siempre me acompañan y me acompañaran lo cual es algo que lejos de avergonzarme me hace sentirme orgulloso. Entre medias de esa maratón de editar y grabar discos que supuso la primera época del clan Wilson y amigos, los chicos de la playa decidieron hacer algo que estaba muy de moda entonces y que consistía en sacar su disco de temática navideña. Lo hicieron y es excelente. Dentro de ese delicioso “Christmass Album” aparece un generoso puñado de canciones con el inconfundible sello de los Beach Boys (ya saben: melodías perfectas, producciones extrañas, guitarras reverberadas, bajos doblados con guitarra, armonías imposibles y el pop precioso por encima de todas las cosas) pero con la temática navideña como hilo conductor a través de piezas originales para la ocasión e incrustando clásicos deliciosamente revisados como “Santa Claus is comin’ to town”. A pesar de que el surf y el ambiente navideño pueden parecer que se encuentran en las antípodas el disco es coherente, compacto, creíble y bonito. El que escribe lo considera una joyita.<br /><br /><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiuCi8hj6pfeMIrePLrqglarP5ck-HX2IeYDJgcXOwvupZRIHwwvvbFvqDJ9Rk5kbowwTjEVMzrZYDDHfe11sIlHh49IdnO_q9X_uHAu5I2X4T074l82NfjAAoVC58G6wxvt9rtmq8sLgQ/s1600-h/h92932xv46n.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5418088646200955714" style="FLOAT: right; MARGIN: 0px 0px 10px 10px; WIDTH: 200px; CURSOR: hand; HEIGHT: 200px" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiuCi8hj6pfeMIrePLrqglarP5ck-HX2IeYDJgcXOwvupZRIHwwvvbFvqDJ9Rk5kbowwTjEVMzrZYDDHfe11sIlHh49IdnO_q9X_uHAu5I2X4T074l82NfjAAoVC58G6wxvt9rtmq8sLgQ/s200/h92932xv46n.jpg" border="0" /></a>Otro disco que suena bastante en mi casa por estas fechas esa rara avis perdida entre la extensa discografía del genio de James Brown y que graciosamente se titula “Funky Christmass” que sin ser un disco imprescindible del rey del funky-soul tiene muchísima gracia ver el talento y estilo del “Señor Dinamita” puesto a disposición de la tradición navideña. Más calmado de lo que pudiera parecer (aunque tiene temas como “hey America” que lo retratan) es capaz de juntar todos los sonidos que el señor Brown lleva en su chistera para ofrecer otro peculiar ramillete de cortes de temática navideña con algo más de “alma” de lo que corresponde al género.<br /><br /><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgnUbQiVsK5Va-Tg8EmXIyap2TcrnG-_KUcvmpQekw-0knp8iMcYdKYB3Fj3gQ8HghVWmkEiGjESO6LnqClkzh-bSrjCyQ4eY83Tj1MEtP6x_iWwadGEY9y6SLnPkWDntp7NDzofwgObpU/s1600-h/portada-x.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5418088497267438034" style="FLOAT: left; MARGIN: 0px 10px 10px 0px; WIDTH: 199px; CURSOR: hand; HEIGHT: 200px" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgnUbQiVsK5Va-Tg8EmXIyap2TcrnG-_KUcvmpQekw-0knp8iMcYdKYB3Fj3gQ8HghVWmkEiGjESO6LnqClkzh-bSrjCyQ4eY83Tj1MEtP6x_iWwadGEY9y6SLnPkWDntp7NDzofwgObpU/s200/portada-x.jpg" border="0" /></a>Pero eso de sacar discos navideños también se hace por estos lares y para demostrarlo que mejor muestra que el EP que los Happy Losers sacamos el año pasado (un poco tarde, lo reconozco) homenajeando a los discos temáticos de los sesenta. La idea fue tan simple como golosa. Apenas quince días antes de noche buena surgió la idea de que cada uno escribiese una canción de temática navideña (Óscar tenía que seleccionar una versión), grabarla en casa de Pepe en un par de tardes y regalarla a nuestros amigos más cercanos. Esa era la idea original pero como toda idea original gustó y lo que iba a ser una grabación casera para consumo propio acabó siendo una grabación “casera”, pero seria, para ser publicada con lo que eso implica en cuanto a trabajo. Al final nos pilló el toro y Pepe tuvo que dejar sus labores compositivas para tomar las riendas del apartado técnico de la grabación (que al menos tuvo como contrapartida el que in-extremis me saliese ese “Christmass Carol” para completar el EP del que me siento tan orgulloso), las sesiones se intensificaron y definitivamente el calendario se apretó pero como siempre los Happy Losers salieron indemnes del aprieto. Espero que ustedes lo disfruten…<br /><br />¡Feliz Navidad y prospero año nuevo! </div>lukah boohttp://www.blogger.com/profile/15154317105430723426noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2733622695756841766.post-80150384482581075632009-12-17T17:12:00.000+01:002010-07-04T22:11:13.271+02:00Last orders<div align="justify">Entre esta semana y la semana que viene se acaba el año. Es así. La fecha oficial está claro que es el 31 de diciembre que es cuando a las 12 de la noche todos los que no tienen un odio irracional por las tradiciones (y los que lo tienen pero en esta ocasión les da igual) se juntarán con alguien para tomar 12 uvas y beber champán. El cierre de ciclo sin embargo, el fin de la comedia, la vida como nos la encontramos los lunes por la mañana se acaba entre esta semana y la que viene. Es así. A mí no me termina de convencer porque soy de esas personas a las que les gusta que las cosas ocurran cuando tienen que ocurrir y no antes o después pero puedo llegar a asimilarlo. Lo que soy incapaz de asimilar es que ese clásico navideño que como el turrón, los villancicos horteras, las luces de diseño barato, el mensaje del Rey que dicen que emiten el día de nochebuena, los regalos estúpidos, el imbécil acartonado que genera por la tele y en horario infantil alguna duda respecto a la existencia de los Reyes Magos o las películas de Papa Noel en la sobremesa aparece tradicionalmente en estas fechas, son las listas de “lo mejor del año” se publiquen cuando todavía no ha comenzado diciembre. Hasta ahí podíamos llegar.<br /><br />Nunca me ha gustado (ni me gusta) eso de clasificar o valorar con números o estrellas las canciones o los discos (o los libros o las películas o los cuadros o a las chicas). Me parece además estúpido porque no tiene ningún rigor científico. Será que soy una víctima de la educación bajo la elección de ciencias puras pero las cosas que se miden se deben medir bajo parámetros o unidades de medida inamovibles, objetivas e invariables. 2 metros son dos metros aquí, en Burundi y en Saturno. Que yo otorgue cinco estrellas a un disco puede ser cero estrellas para mi vecino heavy o 3 estrellas para un crítico de música preocupado por el color de sus anteojos y el tacto de su coreana. En más con otro disco la relación no será probablemente la misma y ni siquiera será lineal. Moraleja: las notas puestas a obras de arte son estúpidas porque en esta vida hay cosas que no se pueden medir y esta es una de esas. Dicho esto creo sin embargo que uno mismo si que puede ser capaz de decir lo que le gusta o lo que no y si algo te gusta más que otra cosa aunque incluso una clasificación de este tipo es muy relativa y depende hasta del momento en el que sea haga. Yo haré mi lista el día 31 (como manda mi propia tradición) y no antes por pura coherencia pero soy el primero en reconocer que el valor que puede tener esa lista es meramente anecdótico y que sólo le servirá a la gente que tenga gustos muy similares a los míos que cada vez es más difícil que ocurra porque cada vez hay más cosas metidas a ponderar.<br /><br />Por todo esto tomo con bastante escepticismo las listas de “lo mejor de” que aparecen en torno a esto de la música independiente. Por esto y porque además soy consciente de que muchas veces es muy importante (mucho) lo que puede aparecer en la lista de uno para ser considerado más o menos cool con lo que a la falta de objetividad inherente a cualquier cosa de estas se le suma otro factor que encima no tiene que ver nada con la música en sí. El post de hoy está dedicado a esos discos que me había dejado en el tintero, que seguramente aparecerán en las listas más cool del gremio y que me temo que también aparecerán en la mía.<br /><br /><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi7Rn4ngxPTwsA4XmQAWmnE6dwiYFWQlZcvzgWI2Me3nuRA5ZiwMy-EAke27Lf6FW8PVdOvIUftpto4ebXjZUpuXmheQR9HiM23z-8OUfzQHQVqOxuG63yYVgnPhlWXqaoc6eMjRmKZNMQ/s1600-h/m45518ipzkd.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5416239798797558050" style="FLOAT: right; MARGIN: 0px 0px 10px 10px; WIDTH: 200px; CURSOR: hand; HEIGHT: 180px" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi7Rn4ngxPTwsA4XmQAWmnE6dwiYFWQlZcvzgWI2Me3nuRA5ZiwMy-EAke27Lf6FW8PVdOvIUftpto4ebXjZUpuXmheQR9HiM23z-8OUfzQHQVqOxuG63yYVgnPhlWXqaoc6eMjRmKZNMQ/s200/m45518ipzkd.jpg" border="0" /></a>Uno de estos discos que se me ha quedado fuera (y no sé la razón porque me gusta bastante) es esa colección de sensaciones que tan bien pegan con estos días de grisáceo panorama y cruel frío que estamos disfrutando y que se llama “<em>Sometimes I wish we were an Eagle</em>” que están publicadas bajo la firma de <strong>Bill Callahan</strong>. Reconozco que aunque tengo gran respeto y disfruto de algunas cosas nunca he sido un gran admirador de <strong>Smog</strong> (la banda, o mejor dicho el alias, de <strong>Bill Callahan</strong> durante años). Puede que fuese el momento o mi estado personal pero intente muchas veces acercarme a la propuesta de la banda (incluso en directo) y nunca conseguí que me llegara demasiado. No sé si me podía la lentitud, la solemnidad, el exceso de celo o mis prejuicios pero no terminaba de mojarme. Echaba de menos algo que me tocase dentro y me enganchase de verdad. Por eso era un poco reacio a hincarle el diente a este “<em>Sometimes I Wish…”</em> pero dentro de que no es un disco muy alejado de lo que hacían <strong>Smog</strong> y la línea que llevaba entonces encuentro aquí otras cosas que si me enganchan. La melodía, el deje <strong>Leonard Cohen</strong>, los arreglos orquestales,… no sé exactamente pero este disco me gusta. Me parece muy bonito y me ha acompañado muchas tardes de frío o de oscuridad interior.<br /><br /><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhQMQ4ViuSnDsmEbe3hwBdAzY7KKAJYdYxlAV5g4aLNUDT9nOLmc8MfSmA3pOlcCwtid0ixgFPl0fchTuneqlrunyFaZlpyzHnCeL6hmTYVd8iYnyoYMKWmjrNsK7HfLRzbwyFjj4Bj20A/s1600-h/m63826ffor2.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5416239640785223506" style="FLOAT: left; MARGIN: 0px 10px 10px 0px; WIDTH: 199px; CURSOR: hand; HEIGHT: 200px" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhQMQ4ViuSnDsmEbe3hwBdAzY7KKAJYdYxlAV5g4aLNUDT9nOLmc8MfSmA3pOlcCwtid0ixgFPl0fchTuneqlrunyFaZlpyzHnCeL6hmTYVd8iYnyoYMKWmjrNsK7HfLRzbwyFjj4Bj20A/s200/m63826ffor2.jpg" border="0" /></a>Me ocurre bastante durante los últimos años pero en este el efecto ha sido demoledor. Me refiero a la cantidad grupos “alternativos” que pasan por mis orejas, que me venden como la última maravilla del mundo, la gran esperanza blanca del mundo de la música pero que para mi resultan ser simplemente un nuevo tostón. No tiene ningún sentido que de aquí un listado de a qué grupos me estoy refiriendo (al fin y al cabo no trabajo en una revista especializada) así que pondré aquí un ejemplo de uno de los pocos que salvo de la quema. Se trata de “<em>Bitte Orca</em>” el último trabajo de <strong>Dirty Projectors</strong>, banda americana de largo recorrido en el indie del otro continente de la que yo no tenía conocimiento hasta ahora. Entre todos los cliches del lo-fi, la experimentación, las búsquedas tímidas en folklores desconocidos, las pruebas con los gadgets eléctronicos, el eclecticismo o los ritmos sincopados y poco estándar aparecen canciones con talento y melodía que probablemente sea lo que les distinga de sus correligionarios tostón. El disco, con todo su vanguardismo, empezó pareciéndome irónicamente “más de lo mismo” pero con el paso del tiempo acabó haciéndose un hueco en mi cabeza, hueco que las repetidas escuchas ha terminado por asentar (obviando eso si un par de vueltas de tuerca con las que no puedo). Me temo que es el típico disco que enamorará a los críticos musicales más en la onda pero en este caso puede que tengan razón.<br /><br /><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg8wuJVve0E1_Wng_EzrPdUpvTk8V-oaj3fN7cOGUUB4LmaJz83TdcOzBLAD1LIlDjngk6vQQnShA_fpRoUFMp4sHm-QZpZ7QzUm8txxzBB9-tqgEhAv-SSd1kmXhj_X8QvhOOdVV0y230/s1600-h/n19048vh5g6.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5416239499571669506" style="FLOAT: right; MARGIN: 0px 0px 10px 10px; WIDTH: 200px; CURSOR: hand; HEIGHT: 188px" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg8wuJVve0E1_Wng_EzrPdUpvTk8V-oaj3fN7cOGUUB4LmaJz83TdcOzBLAD1LIlDjngk6vQQnShA_fpRoUFMp4sHm-QZpZ7QzUm8txxzBB9-tqgEhAv-SSd1kmXhj_X8QvhOOdVV0y230/s200/n19048vh5g6.jpg" border="0" /></a>Y para terminar un nuevo ejercicio de frikismo de uno de los artistas contemporáneos que más admiro, el inefable <strong>Sufjan Stevens</strong>. Hace unos años le encargaron a este misterioso artista un proyecto, que sin duda encaja a la perfección con el personaje, que consistía en hacer un película muda (sólo con música) que homenajeara la nada turística autopista neoyorquina que unes los barrios de Brooklyn y Queens (conocida como Brooklyn-Queens Express o BQE) y eso es lo que el bueno de Sufjan ha hecho, estrenando la cinta con una performance en la que había un montón de gente bailando el hula-hop y posteriormente publicando un álbum, "<em>BQE</em>", con la banda sonora, el DVD de la película y un cómic estereoscópico (que no sé lo que es ni como se ve) y que el que suscribe se compró en cuanto tuvo oportunidad de hacerlo. Hablando exclusivamente de la música el resultado está más cerca de la música clásica o la música de cámara contemporánea que al Pop y sus circunstancias pero al fin y al cabo la música de <strong>Sufjan Stevens</strong> siempre ha tenido esos elementos flotando entre sus canciones. Lo que pasa es que aquí no flotan, aquí son las canciones y eso estoy seguro que es lo que echara a un montón de gente para atrás antes y/o después de escuchar el disco. No es mi caso. A mí me gusta. Me gusta mucho. Pero hay que recordar yo soy yo. </div>lukah boohttp://www.blogger.com/profile/15154317105430723426noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2733622695756841766.post-26023204793190598702009-12-13T23:54:00.000+01:002010-07-04T22:11:13.281+02:00Amigos<div style="text-align: justify;">Hay muchas razones por las que ahora mismo estoy a punto de terminar un disco que me ha supuesto una sorprendente catarsis al respecto de un buen número de pensamientos que tenía en la cabeza. Sería muy difícil destacar una de ellas por encima de otras pero si tuviese que hablar de culpables la cosa se relaja bastante e intuyó que será mucho más fácil de hacer ya que por suerte o por desgracia no son tantos a los que puedo culpar de que un día me liase la manta a la cabeza para hacer algo que nunca tuve demasiado claro que tuviese que hacer. Mis amigos de los <span class="Apple-style-span" style="font-weight: bold; ">Happy <span class="Apple-style-span" style="font-weight: normal; "><b>Losers</b> fueron sin duda los primeros en animarme a hacerlo lo cual es algo muy de agradecer por mi parte pero es que ellos son así. Teno y Jose Luis de <i>Pop Producciones</i> son otros que siempre han creído en mi y su absoluta facilidad para ver sencillas las cosas que a mi me parecen complicadas fue también reveladora y fundamental para un momento dado dedicir dejar de seguir dándole vueltas a algo que no tenía salida. A veces es importante tener la confianza y la amistad de gente que siempre mira para adelante. Pablo Carrero, de <i>Rock indiana</i>, es otra de esas pocas personas en las que confío, y no sólo al respecto de su criterio musical y que también me animó ciegamente al tirarme a las piscina igual que lo hizo mi admirado y querido Julio Ruiz, un tipo que sigue dando cada día lecciones de profesionalidad, al que haría el favor que me pidiese y al que le pasaría cualquier maqueta que yo grabase tuviese un programa en el que ponerla o no. No creo que sea casualidad el que sea del Atleti. También agradecí mucho los ánimos de Alex Cooper y Nacho (el excelente batería de <b>Cooper</b> también) o de Juan Ferrari o Javier de Torres o de Lisandro y sus <b>Superratones</b> o de <b>Olivia de Happyland</b> o de algunos otros cuyas palabras también supusieron para mí mucho más de lo que ellos se imaginan. Pero si hay dos personas que verdaderamente son culpables de que el disco sea prácticamente una realidad son <b>Michael Carpenter</b> y <b>Seba Rubín</b>.</span></span></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">A <b>Michael Carpenter</b> (cantante, multistrumentista, autor y productor australiano) lo conocí porque fue el productor de los últimos discos de los <b>Happy Losers</b> y por lo tanto el culpable de que nuestro sonido tornara del amateurismo a la profesionalidad pero lo que empezó siendo una relación puramente profesional (no lo conocía para nada la primera vez que lo vi en el local de ensayo) acabó tornándose en una relación afectuosa primero y de amistad después que a pesar de la distancia (que al residir en Sydney no puede ser mayor) hemos conservado hasta el día de hoy gracias fundamentalmente a este magnifico invento que es internet. Michael fue el que me hizo quitarme las telas de araña de mis ojos y las nubes negras sobre mi cabeza, especialmente en cuanto a los aspectos técnicos que rodean la grabación de un disco. Siempre ha creído en mí y siempre ha simplificado cualquier infierno que a mí se me presentase. Ha sido en el disco batería, bajista, técnico, productor y algo así como mi ángel de la guarda. Nunca jamás sabrá lo eternamente agradecido que le estoy.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><img style="text-align: justify;float: left; margin-top: 0px; margin-right: 10px; margin-bottom: 10px; margin-left: 0px; cursor: pointer; width: 197px; height: 200px; " src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi9HLCuNH6KnHQ_MEnpVbiQLXrPpBkwOBJ97cQUot5bf4CMFBGkw5n0bDmvrNphAx1Ot2RhHzo31ek0jn_ewpkV-meNFdY_Kjxd2vJCDdLkpjJHqCAgo04hWHlY_tccUeUqVkb8wyKfeqg/s200/cdcarpenter6.jpg" border="0" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5414862026678950338" /><div style="text-align: justify;">Pero además de todo eso Michael es un gran artista con una larga trayectoria y discografía y este año ha editado su última entrega: "<i>Redemption #39"</i>. Lógicamente se me hace muy difícil poner distancia con los trabajos de amigos míos a los que conozco por encima de otros artistas y que probablemente por ello entiendo mejor lo que quieren decir. Este álbum en cierto modo supone la culminación de todos los intentos de muchas cosas que aparecían en sus trabajos anteriores, algunos de ellos realmente excelentes y que seguramente estarán en las repisas de todos los amantes del <i>Power-Pop</i>. Aquí de nuevo aparecen todas las ricas referencias que lo han hecho artista y que tocan todos los ángulos del pop, el rock melódico y el sonido Americana con la piedra de los <b>Beatle</b><b>s</b> que lo cataliza todo (¿quienes si no?) pero de alguna manera se cierra el círculo y esta vez aparecen ciertos rasgos de madurez que lejos de marchitar el producto lo hace enriquecer. Es como esas canas que para algunas personas parecen signos de decadencia pero para otras aumenta su atractiva. Ligado con lo anterior aparece una evolución gratamente sorprendente en lo lírico donde se dejan definitivamente atrás los clichés del pop para adentrarse en terrenos más ásperos y profundos. Si te gusta el buen pop de melodías y guitarras intenta escuchar el trabajo de Michael.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">El otro nombre fundamental en mi carrera por darle vida a mi alter ego de <b>Lukah Boo</b> aparece en el otro lado del mundo, en Argentina, y se llama Sebastián Rubín. A Seba lo conocí hace ya unos cuantos años cuando los <b>Happy Losers </b>andaban de gira junto a <b>Sunday Drivers</b> y un grupo argentino llamado <b>Grand Prix</b> (donde Seba hacía las labores de líder) por las tierras españolas en esa maravillosa idea llamada <i>Autum Almanac</i>. lo que en principio parecía ser un tipo espídico, disperso y con una insuperable incontinencia verbal que en algunos momentos podía resltar cansina y mal interpretarse como arrogante, acabó siendo un tipo divertido, sensible, cariñoso, abierto y sobre todo amigo de sus amigos. Su inagotable actividad pero sobre todo envidiable positivismo, dinamismo y capacidad de acción hizo que prácticamente me fuese imposible permanecer parado ante su mirada. Sólo por no tener que discutir con él e inventarme excusas para no moverme tuve que ponerle manos a la obra lo cual es algo que también le agradeceré siempre en el alma. No sólo las facilidades que me ha dado para hacer sencillo lo que a mi me parecía imposible sino su aliento constante y esa capacidad para creer en mí más que yo mismo hacen que el disco ya me haya dado más que cualquier cosa que pueda venir.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><img style="text-align: justify;float: right; margin-top: 0px; margin-right: 0px; margin-bottom: 10px; margin-left: 10px; cursor: pointer; width: 200px; height: 179px; " src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjtiIis26nu2VZumi_bwxjmNWF0PPRFzwEt0irOCaqBAUoeYBVdG6wEZZPBZ7t__uRSGZKQM_BiHXPjkocD0U_ZMUYkzS-LGC18OtQeTgfmNJl47rgBQeEIsW-Yooc_CI9XDDPiQRro89w/s200/rubin-desayunodecampeones.jpg" border="0" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5414861765773115330" /><div style="text-align: justify;">Por esas cosas de la vida, también ha publicado nuevo disco este año, el magnífico “<i>Desayuno de Campeones</i>” (en claro homenaje a uno de sus grandes ídolos que además también introdujo en mi imaginario como es Vonnegut) firmado por el nombre de su banda <b>Rubin y los Subtitulados</b>. El disco sigue la estela de su excelente debut “Esperando el fin del mundo” con buenas dosis de pop de altura, melodías inteligentes y letras certeras pero un disco donde la arrolladora energía y la violenta producción de su predecesor dan paso al talento de las segundas vueltas, esos sabores y sensaciones que necesitan ser probados una segunda vez para poder ser degustados y disfrutados con total justicia y la producción prescinde del disfraz de la fuerza para dar paso a la belleza y la dinámica naturalidad. Todo un inmenso cocktail de influencias que solo describen la mínima parte de la inmensidad de referencias musicales que maneja la cabeza del señor Rubín, pero todas ellas pasada por la exclusiva licuadora del pop de catecismo atemporal y eterno. Otro nuevo acierto del porteño que navega en la misma dirección marcada hace muchos años, metiendo en el zurrón todo lo que se ha recorrido pero sin mirar nunca atrás más que para tomar aliento. Una sabia colección de hits para zabullirse y de grandes temas que conservar en la memoria que además tienen la anecdótica pero ni mucho menos casual o fríbola participación del genio de Liniers en la letra de “<i>los encerraditos</i>”. Recomiendo la vista del video de “<i>El rey de la ansiedad</i>” en su Facebook</div>lukah boohttp://www.blogger.com/profile/15154317105430723426noreply@blogger.com0