En el caso de la música soy incluso más talibán en los parámetros. La música, del estilo que sea, tocada con un ukelele o con la filarmónica de Berín, tiene que emocionarme para que la considere obra de arte. No vale con que me den ganas de vomitar o de dormirme, que también son respuestas emocionales. Es más, es imprescindible, al manos en mi caso, que el resultado tenga que ser fundamentalmente algo bonito.

El disco es un homenaje deliciosamente cursi a su querida California pero sobre todo a la ciudad donde Brian ha vivido sus mejores y peores momentos: Los Angeles, L.A. Estructurado como disco conceptual, lo cual a mi me parece un gran acierto, el disco avanza sin pausas entre canciones y pasajes recitados en donde echa un cable el mítico escritor del mítico Smile (Van Dyke Parks). Pop, puro pop de la mejor escuela con momentos realmente buenos como: “Good kind of love”, “Live let live”, “Can’t wait too long” o la preciosa “Midnight’s another day”. En fin, Brian Wilson con bastante dignidad. ¿Qué más se puede decir?

Con referencias al mejor pop de toda la vida (a mi entender) y un lógico acercamiento a los grupos pop que tienen al piano como principal arma arrojadiza (indefectiblemente aparece el nombre de mi admirado Ben Folds en la referencias que he leído del grupo) Señor Mostaza es una gran banda muy disfrutable. Una de esos grupos con personalidad propia y al margen de modas cool que son atípicos en la escena patria lo que les hace incluso más apetecible. El disco está compuesto por diez canciones construidas con talento y solvencia a través de una instrumentación en apariencia sencilla pero que como casi todas las cosas que parecen sencillas no lo es. Todo ello rematado con unas melodías que no me importaría fuesen mías con las que cuentan historias concretas y precisas subiéndose de una manera muy particular sobre unas letras cargadas de importantes dosis de cinismo e ironía. Me gusta. Me gusta mucho. Me parecería un crimen que “Ser vulnerable” no fuese mundialmente conocida (porque si lo fuese seguro sería un hit) o que esa preciosa píldora de pop llamada “Minitragedia de Arconada” se quedase escondida dentro de un disco escondido. El mundo es cruel y el mundo de la música lo es más todavía así que no me extrañaría nada. Yo lo único que puedo hacer es denunciarlo gritándolo lo más alto que pueda y disfrutarlo en la intimidad.

El disco no lo tengo físicamente. Me lo pasaron en MP3 hace tiempo y lo he escuchado mil veces pero el día que lo vea a tiro pasara a mi estantería. Lo tengo claro. Creo que merece la pena. De hecho haciendo el blog he descubierto que el propio Jon lo vende a través de su web así que ya sé lo que tengo que hacer. Tiene el estilo melódico de los discos de Elliot Smith pero menos retorcido y con un olor bastante menos opresivo. Buenas canciones y una producción magnífica de esas que a pesar de lo rebuscado de casi todo tienes que pararte a reflexionar para darte cuenta de lo que ha hecho. Es tan ingeniosa que pasaría como una producción normal para cualquiera. Bien tocado y bien cantado vas pasando por cortes de personalidad propia y exquisito gusto hasta acabar en “Voices”, al parecer una versión de Cheap Trick (desconozco el original). Un disco para tener, sin duda.

Black dress – Ed Harcourt
"Strangers" (Heavenly/2004)