Pereza

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Reconozco que últimamente me puede la pereza. La semana pasado no pude ganarle la batalla a esa enfermedad crónica para conseguir sentarme a escribir esta especie de crónica sin sentido que hace ya más de un año me dio por hacer. Vale que estaba cansado y vale que tenía que hacer otro millón de cosas pero eso nunca ha sido ninguna novedad. Vale que ocurrieron toda una serie de extraños e inesperados acontecimientos que me hicieron salir violentamente de la acuciante rutina que todo lo inunda y que solo permite determinados y concretos espacios en los que dar rienda suelta a la imaginación pero eso nunca ha sido ninguna excusa. Me podría escudar también en que no tengo la sensación de que mucha gente eche de menos precisamente el que a mi me de por dejar escrito los discos que he escuchado a lo largo de la semana pero esa tampoco ha sido nunca la razón por la cual lo hacía. De hecho muy poca gente cercana sabe que lo hago y la inmensa mayoría de los que lo saben o no es un tema que les llame demasiado la atención o directamente no muestran el más mínimo interés (aparentemente) por seguirlo. No es eso. Supongo que todas las cosas de la vida nacen y mueren así que es absurdo pensar que esta modesta bitácora no lo hará algún día pero no quiero que ocurra. Me gusta hacer esto y siento como una cruel y humillante derrota el que la pereza me pueda... pero me está pudiendo. Lo tengo que reconocer. En cualquier caso no sé lo que durará pero aquí estoy...


Una de esas cosas que me hicieron salir de la galopante rutina fue el esperadísimo concierto de Mamá en El Sol del otro día. No puedo decir que fuese un rendido fan del grupo en su día porque estaría engañando. En aquellos años yo era demasiado pequeño como para seguir las novedades musicales pero reconozco que años después tampoco llamó demasiado mi atención. Los conocí porque a los Happy Losers nos pidieron hacer una versión de alguna canción de la nueva ola española y alguien sacó el nombre de Mamá. Escuché los dos discos que tienen y el primero de ellos se me sostenía mal que bien pero el segundo (producido por Luis Cobos sin mal no recuerdo) se me hacía imposible de escuchar. ¿Prejuicios de producción? Puede. Entonces fue cuando aparecieron por mi casa las maquetas de esas mismas canciones. Creo que era una especie de cinta pirata comprada en el rastro que alguien me había dejado o algo así pero escuchando aquellas mismas canciones con un sonido atroz pero con el espíritu original que el propio grupo quería verdaderamente inculcar me di cuenta de las grandes canciones que había detrás y de lo realmente dañinos que fueron los productores de la época. Fue en el concierto del otro día, magnífico por cierto y con Pepe Loser al bajo, donde me compré el reciente disco publicado bajo el epígrafe de Mamá, “la mejor canción” y después de escucharlo un buen montón de veces puedo decir que me gusta bastante. A pesar de que Jose Mª Granados ha publicado varios discos en solitario que más o menos sigue los mismos parámetros y a pesar de que este disco de Mamá está prácticamente escrito también por él entero me suena diferente y tiene un delicioso aroma a grupo que sus discos en solitario no tienen. Pop en castellano de calidad y buen gusto.

Aunque en estos días extraños de otoño en los que el mal tiempo está sólo dentro de mi cabeza el disco que más y mejor me ha acompañado ha sido la nueva entrega de los noruegos Kings of Convenience, esa minúscula obra de orfebrería llamada “Declaration of Dependence”. Su apuesta por los sonidos acústicos entre el indie más rancio y el Folk inglés de los 60 convertidos en una reencarnación de Simon & Gartfunkel que conformaba su disco de debut ya fue un refrescante descubrimiento para este que habla y un gran disco que disfruté con asiduidad. Sin embargo sus posteriores entregas y sobre todo sus flirteos con la música electrónica no fueron tan de mi agrado y poco a poco perdí la fe en el duo y sobre todo la emoción de escucharles así cogí con cierto recelo este “Declaration of Dependence” antes de escucharlo pero me duro apenas 30 segundos porque el disco me enganchó prácticamente desde el principio. Con una vuelta hacía la aparente sencillez de su primer trabajo, y digo aparente porque el disco dentro de su simpleza es tremendamente complicado, vuelven a resultar creíbles, cálidos, tremendamente melódicos y certeros. Esa melancolía elegante cantada a dos voces se cuela hasta dentro y golpea sin violencia pero con insistencia hasta quedarse. Un magnífico disco de entre los que más me han gustado de lo que va de año. Aviso para aquellos oidos de espíritu frágil porque el resultado puede ser atroz.

Y para terminar lo que ha cubierto todos los huecos que dejaban mis devaneos entre lo alegre y lo triste, lo ruidoso y lo calmo. Hace unas semanas me compré un disco que algunos considerarán bastante friki pero yo no. En cuanto vi la portada me llamó la atención pero cuando vi que se trataba de uno de esos discos que Alfonso Santisteban grababa a finales de los 60 principios de los 70 no dude un segundo en comprarlo. Se trata de “Sabor a fresa” el único y refrescante álbum de una banda ficticia llamada con "originalidad" La Nueva Banda de Santisteban. Un ejercicio genuino de Lounge cañí, Jazz suavizado y ese tipo de sonido tan particular y reconocible de tantas y tantas películas españolas de la época. El disco me encanta y esto es una declaración honesta y sincera fuera de frivolidades pretenciosas.

3 comentarios:

Anonymous dijo...

Entre los lectores de este blog estoy yo, que no conozco al 99% de los cantautores y grupos que vas nombrando...¿Qué sentido podría tener leer lo que opinas sobre ellos? Pues bueno, no es solo que me gusta como escribes sino que también me sirve para ir conociendo música que no llegaría nunca a mí si no fuese por tí. :)

Encontré Jango (www.jango.com), que es una "radio a medida", una web en la que busco la música de la que hablas (no la encuentro toda, pero sí la suficiente para ir creando mis propias estaciones de música) y añado los grupos a mis preferidos, de forma que además la web me va proponiendo grupos "del estilo" de los que tengo seleccionados. No está nada mal.

Últimamente de vez en cuando te cuelan una canción de un grupo "emergente" al que puedes votar para que suene más o menos, según te haya gustado.

Importante: puedes parar cualquier canción en cualquier momento y saltarla, sin problema. No estás obligado a escuchar nada, eso me gusta.

Ahora mismo la radio emite "Poor places" de Wilco, grupo que yo no he añadido...miro en tus etiquetas y veo que hablaste de Wilco alguna vez...voy a ver qué decías... ;)

Un blog útil para mí, lleno de sorpresas, pedagógico, una agradable enciclopedia. ¡Gracias por todos los ratos en que no tienes pereza!

Mireia

lukah boo dijo...

Gracias a ti
:-)

astrobuzo dijo...

Uy, al leer el título pensaba que ibas a comentar lo nuevo de Rubén y Leiva...

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