Submarine

|
Alex TurnerSubmarine EP
(Domino/2011)

Hace muchos años me explicaron en una clase de filosofía que mientras los colores son capaces de mezclarse íntimamente hasta el punto de no distinguir uno del otro (y en realidad crear un color distinto de los anteriores) no ocurre lo mismo con los sonidos. En una orquesta, en una canción pop, podemos ser capaces de distinguir con el oído todos los sonidos que componen la obra. Es obvio, pero hasta entonces no había reparado en ello. Con el paso de los años me ha dado por pensar sin embargo (y esto si que no está contrastado por ningún experto en filosofía) que esa sopa mágica de sonidos sin mezclar que componen una canción admite en su corazón otras cosas que no son sólo sonidos. Eso explicaría mejor por ejemplo que una canción en la orilla del mar no suena igual que en el metro o que una canción que escuchas viendo el skyline de una gran ciudad a las cuatro de la mañana no suena igual que en la sala de espera de un dentista. El cine es un buen ejemplo de toda esta elucubración. Canciones que crecen o decrecen estando dentro o fuera de una película. Músicas que jamás te hubiesen llamado la atención de no ir acompañadas de una historia en forma de imágenes acaban perteneciendo a la banda sonora de tu vida. Me ha pasado infinidad de veces pero la última de ellas hace muy poco viendo esa extraña pero deliciosa película llamada Submarine.

Reconozco que no soy un gran admirador de los Artic Monkeys. Cuando aparecieron en escena mis prejuicios y mi pertinaz recelo ante las modas repentinas que vienen desde la pérfida Albión me hicieron ver al grupo con dudas y, seguramente de forma injusta, no les presté demasiada atención. Escuchaba y leía los parabienes que recibía el talento de la banda pero por alguna razón no me llamaba demasiado la atención. Por eso no sabía quién era Alex Turner cuando me senté a ver Submarine. Tampoco sabía demasiado de la película más allá de la recomendación encarecida de alguien con criterio así que tuve la suerte de toparme con ella en el estado ideal: algo que te gusta mucho pero que no lo sabes y que no te esperas. Según avanzaba esa agridulce y melancólica historia romántica de un extravagante adolescente galés las férreas defensas de mi espíritu crítico se desvanecían por completo. La película me caló hasta los huesos y con ella su música. ¿O fue al revés?

Una música que no estoy seguro que fuera de la pantalla hubiese provocado en mí el mismo efecto que dentro pero ya nunca lo sabré. Baladas tremendamente simples en instrumentación pero prácticamente perfectas en resultado. Vestidas de una naturalidad insultante aparecen sin embargo creíbles desde el principio hasta el final. Letras oníricas que sin destripar absolutamente nada se agarran con rigor marcial al metraje para el que fueron creadas. Todo muy tierno. Todo muy bonito. Canciones que navegan en ese punto difuso en el que la tristeza sonríe para transformarse en melancolía. Las canciones están firmadas por Alex Turner y Alex Turner es el líder de los Artic Monkeys. Jamás volveré a dudar de su talento.

Hidding Tonight

2 comentarios:

Carry dijo...

Me ha encantado; soy de los que les reconforta la melancolía. Quedo ansioso de ver la pelí. Un besazo.

Lukah boo dijo...

¡Muchas gracias!
Me hace una ilusión tremenda que me encuentres y que me “veas” en otros escenarios que probablemente te sorprendan (o no). Especialmente a ti porque te debo mucho más de lo que te imaginas. En cualquier caso piensa que por mucho que pueda parecer otra cosa nunca dejaré de ser el mocoso tímido, buena persona y con los ojos bien abiertos que conociste. Tampoco quiero dejar de serlo.
Un Beso enooooooooooooooooorme.

Publicar un comentario