En momentos así, como de amenaza constante, tiendo a quedarme dentro de mí y las expediciones a lo desconocido suelen circunscribirse a los límites de lo conocido. Este modus operandi es lógicamente extrapolable también a lo musical y por eso esta corta semana no tenía muchas ganas de descubrir fastuosos y fascinantes mundos que requiriesen un elevado tiempo de digestión, y sobre todo de exposición, así que mi banda sonora ha estado constituida por cosas que de alguna u otra forma tuviesen que ver con una de las habitaciones musicales que más me gustan y donde suelo encontrar todo aquello que me hace falta desde diversión hasta melancolía, desde belleza a lástima. La habitación se llama Brian Wilson.
Lo paradójico del asunto es que dos de los discos que más han sonado son propuestas de este mismo año 2008, las dos bebiendo de las fuentes que de alguna manera fundó el amigo Brian, pero interpretándolas de dos maneras muy diferentes entre si lo que las hace radicalmente distintas… o no.

El caso es que la pertinaz curiosidad ha hecho que su segundo trabajo, titulado “Jim Noir”, apareciese por mi casa y …. ¡en que hora! ¡Me encanta! Es un disco denso, lleno de bases programadas, samplers cool, sonidos vintage, voces atmosféricas, coros repetitivos, melodías imposibles, ambientes marcianos, psicodélica bien entendida, fragmentos aparentemente inconexos… una preciosa ensalada de sonidos que es de las cosas que más me han gustado últimamente. Es evidente que el autor de todo esto ha bebido del amigo Brian (y otros genios de la melodía) pero también que ha llevado sus enseñanzas a terrenos más modernos que supongo harán las delicias de los que les gusta hablar de música más que escucharla. A diferencia de otras novedades que inundan los suplementos de los viernes es un disco en el que la tecnología, la lírica, el sonido o la técnica están al servicio de las canciones y no al contrario. Con esa premisa por bandera la verdad es que a mi me vale cualquier etiqueta. ¿Es un disco de Electrónica?... pues francamente no lo sé pero si es así ¡bendita Electrónica! Yo tenía asociada esa etiqueta a productos algo más difíciles, más bailables y bastante menos bonitos pero probablemente esté equivocado. Tendré que adentrarme un poco más por esos desconocidos mundos. Abstenerse en cualquier caso puristas que piensen que nada grabado después de 1969 merece la pena.

Mucha gente desprecia a los grupos que claramente suenan a otra cosa conocida. No es mi caso siempre que sobre todo se tenga el talento suficiente para escribir buenas canciones y en este disco se encuentran. En el preciso momento que escuché la primera canción del disco, Forever, sabía que el disco me gustaría y así ha sido.
Descubrir no descubren nada, mimetizan muchos de los sonidos y la estructura que Brian Wilson inventó en una época remota y realmente reproducen casi al milímetro el sonido de los Beach Boys de esa fabulosa época que comenzó poco antes del Pet Sounds y se fue difuminando a medida que el cerebro de Brian Wilson se iba apagando. Es un disco para fanáticos de todo esto así que no te gustará si no te gustan los Beach Boys. Así de sencillo. Abstenerse por tanto las cabecitas cool en constante busca del último hype porque no lo es.



Far as you are – The heavy blinkers
(Better Weather – Brobdingnagian/ 2002)