Cool

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Esta misma semana reflexionaba en otro sitio y por otras razones de la generación que nos ha precedido. Es normal eso de que tan mal hablen los padres de la generación de los hijos como que ocurra en sentido contrario, no es ninguna novedad, pero de lo que no estoy tan seguro es de que muchas generaciones tengan tanta y tan prolongada influencia como la que nos ha precedido a nosotros. Esa que dejó atrás las crisis de la posguerra mundial (y en nuestro caso una amarga dictadura) para llevarnos a todos de la mano hacía en todopoderoso mundo occidental contemporáneo es la que tomó el poder cuando correspondía pero no lo soltó cuando tocaba. En lo político las lecturas son tantas, tan variadas y tocan tantos campos que creo que no viene a cuento hablar de ello, y menos aquí, pero me temo que también en lo musical ha marcado y siguen marcando las reglas.

La música popular, o como le quieran llamar, nació en los controvertidos años 60 como tantas cosas. Cambió la forma de entender el mundo de la música en general, abrió las puertas a que una veta económica de negocio de dimensiones impensables entonces... pero ahí se ha quedado. Quiero decir que los mandamientos que se crearon en esos años son los mismos que seguimos usando ahora para casi todo lo cual es algo que en cierto modo me da urticaria y me hace pensar sobre la razón de que nadie nunca cuestione nada. Probablemente sea porque siguen mandando los mismos que mandaban entonces. No quiero tampoco extenderme mucho en el tema pero en esos años, supongo que debido a las características sociológicas de la época, los artistas cool eran los que iban mal peinados, eran chicos malos, se drogaban, eran bohemios, hacían ruido, tocaban alto. eran modernos y tenían una enfermiza dependencia de la moda. Hoy sigue pasando lo mismo. Hoy los gurús de la prensa musical (británica, americana o sus sucedáneos patrios) utilizan parámetros aparentemente vanguardistas para decidir lo que es cool y lo que es hortera, lo que está de moda y lo que no, lo que es muy moderno y lo que es revival pero resulta que lo único que hacen es repetir los mismos esquemas que utilizaban sus abuelos lo cual es muy triste y si estos tipos encantados de haberse conocido fuesen consciente de ello lo sería todavía más.

Por eso muchas veces es imposible saber lo que es cool o moderno atendiendo simplemente a criterios objetivos. Si le propongo a un ultra-indie, de los que gasta más dinero en complementos y asesoramiento que en música, el disco de un tipo con gafas feas, voz de crooner, instrumentista de ukelele y cuya música es una mezcla de folclore americano de los años 40 o 50, doo-doo-ah y beat luminoso, orquestado con una base rítmica sencilla e instrumentos acústicos seguramente estén pensando en un disco de revival de alguien que no pasará a la historia de la música por su encanto así que pasarán de ello. Pero si por otro lado le propongo el disco de un friki-cool americano, que hace pop “indie” de tinte naive y que sobre todo es amigo y colaborador de los modernísimos Animal Collective que han tenido la deferencia de publicar su disco en su sello, el amigo ultra-indie de catecismo se pondrá jubiloso de contento y abrirá la puerta de la retentiva para los sonidos clásicos, puerta que por otro lado normalmente está cerrada. Es así y lleva pasando 40 años. Centrándonos en lo importante, el disco en cuestión es “The Good Feeling Music of Dent May & His Magnificent Ukelele”, el trabajo de debut del estadounidense Dent Mae y realmente es todo lo que he dicho anteriormente. Si te gusta estar a la moda es algo que te interesa porque supongo que será algo en lo que se fije el personal de vanguardia. Si lo que te interesa es la música también te interesa y mucho porque se trata de un trabajo tremendamente agradable e ingenioso, de sonido clásico pero personal y de personalidad fundamentada en algo tan original como la guitarra hawaiana: el Ukelele. Todo ello soportado por un buen puñado de canciones interesantes y bonitas que hacen del conjunto un gran disco.

Mucho más cool para mi pero mucho menos cool para el universo es el fascinante mundo de un desconocido colectivo musical llamado The Bamboos nacido y afincado en Australia que recrea sonidos groovy nadando entre el soul, el funk y el pop a través de medios e instrumentos modernos. El logotipo que aparece en la contra portada de su último disco (un ipod cuyo circulo de volumen y selector de pistas es un tocadiscos) define perfectamente su concepto fundacional. Tienen varios discos anteriores (que intentaré adquirir en cuanto pueda) pero el que he estado disfrutando esta semana es el que me compré hace unas semanas que no es otro que su última entrega, “Side Stepper”, un ejercicio brillantísimo de Funk-Soul con mucho medio tiempo bailable y varios cortes instrumentales magníficos que supongo haría las delicias del propio Eddie Bo. Me imagino que los talibanes del género renegaran de ellos por no haber nacido antes de 1960 pero que quieres que te diga, volvemos a lo que comentábamos al principio. La intolerancia sectaria tampoco es nueva en esto de la música.

Así que puestos a tocar las narices he decidido terminar la semana con algo completamente un-cool lo cual es complicado porque muchas veces buscando el límite se cierra el círculo y lo que podría ser el horror acaba siendo lo más. No creo que sea el caso pero francamente me da igual así que me he dado una buena ración de Gilbert O’Sullivan, un tipo irlandés muy conocido en su momento que encarna como nadie ese concepto de cantante horterilla y casposo en sus pintas pero que, ay amigo, es poseedor un saco de canciones que son la envidia de mucha gente como este que escribe. Alguien me pondrá definitivamente la cruz por ello pero desde aquí declaro, sin dobles lecturas, mi rendida admiración por las composiciones y el sentido melódico de este tipo. Tiene un puñado de hits redondos impresionantes que sinceramente creo que están al alcance de muy pocos talentos. Basta pegarle una vuelta a un recopilatorio cualquiera como el último hasta la fecha “The Berry Vest of...” para comprobarlo.

2 comentarios:

astrobuzo dijo...

No tenía ni idea de que "What's in a kiss" era de este buen hombre, menudo descubrimiento. Me pasó hace unos pocos años con "Year of the cat", otra de esas canciones que has escuchado mucho a lo largo de tu vida de la que desconoces su autor.

lukah boo dijo...

Pues si te gusta esa canción (mis padres la tenían en el Boom 4 y me encantaba cuando era un enano) píllate este recopilatorio o cualquier otro. Merece la pena. Alone again, Matrimony, Claire,... puff, que temazos.

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