Niño adulto

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El erizo no sé si será un animal muy inteligente o no pero tiene una característica muy humana que es la de cerrarse en si mismo cuando se siente amenazado. Al menos es una característica muy común, y muy humana, en humanos como yo.

En momentos así, como de amenaza constante, tiendo a quedarme dentro de mí y las expediciones a lo desconocido suelen circunscribirse a los límites de lo conocido. Este modus operandi es lógicamente extrapolable también a lo musical y por eso esta corta semana no tenía muchas ganas de descubrir fastuosos y fascinantes mundos que requiriesen un elevado tiempo de digestión, y sobre todo de exposición, así que mi banda sonora ha estado constituida por cosas que de alguna u otra forma tuviesen que ver con una de las habitaciones musicales que más me gustan y donde suelo encontrar todo aquello que me hace falta desde diversión hasta melancolía, desde belleza a lástima. La habitación se llama Brian Wilson.

Lo paradójico del asunto es que dos de los discos que más han sonado son propuestas de este mismo año 2008, las dos bebiendo de las fuentes que de alguna manera fundó el amigo Brian, pero interpretándolas de dos maneras muy diferentes entre si lo que las hace radicalmente distintas… o no.

La primera llega desde Inglaterra (del mismo lugar donde nació Morrisey cerca de Manchester) y la firma un tipo que responde al nombre de Jim Noir. Hace tiempo, con su disco anterior, me quedé con ese nombre desgraciadamente no por escuchar nada de su música sino por algo que leí de él en una publicación musical que me llamó la atención, además de conocer la noticia de que una canción suya era pinchada constantemente en la televisión inglesa para dar paso a la información del último mundial. Sin haber escuchado nada apunté el nombre del disco para comprármelo pero, lo que son los prejuicios, desistí de hacerlo cuando vi que estaba clasificado en el apartado de Electrónica en beneficio de otras opciones.

El caso es que la pertinaz curiosidad ha hecho que su segundo trabajo, titulado “Jim Noir”, apareciese por mi casa y …. ¡en que hora! ¡Me encanta! Es un disco denso, lleno de bases programadas, samplers cool, sonidos vintage, voces atmosféricas, coros repetitivos, melodías imposibles, ambientes marcianos, psicodélica bien entendida, fragmentos aparentemente inconexos… una preciosa ensalada de sonidos que es de las cosas que más me han gustado últimamente. Es evidente que el autor de todo esto ha bebido del amigo Brian (y otros genios de la melodía) pero también que ha llevado sus enseñanzas a terrenos más modernos que supongo harán las delicias de los que les gusta hablar de música más que escucharla. A diferencia de otras novedades que inundan los suplementos de los viernes es un disco en el que la tecnología, la lírica, el sonido o la técnica están al servicio de las canciones y no al contrario. Con esa premisa por bandera la verdad es que a mi me vale cualquier etiqueta. ¿Es un disco de Electrónica?... pues francamente no lo sé pero si es así ¡bendita Electrónica! Yo tenía asociada esa etiqueta a productos algo más difíciles, más bailables y bastante menos bonitos pero probablemente esté equivocado. Tendré que adentrarme un poco más por esos desconocidos mundos. Abstenerse en cualquier caso puristas que piensen que nada grabado después de 1969 merece la pena.

Otra propuesta de raíces claramente “BrianWilsoneras” es la de los estadounidenses The Explorers Club y su flamante primer álbum “Freedom Wind”. En este caso las referencias son más que evidentes. De hecho más que hablar de referencias habría que hablar directamente de “reproducción”. Tanto, que cualquiera que no sea muy ducho en la discografía de los Beach Boys creerá estar escuchando uno de sus muchos discos desconocidos para el gran público.

Mucha gente desprecia a los grupos que claramente suenan a otra cosa conocida. No es mi caso siempre que sobre todo se tenga el talento suficiente para escribir buenas canciones y en este disco se encuentran. En el preciso momento que escuché la primera canción del disco, Forever, sabía que el disco me gustaría y así ha sido.

Descubrir no descubren nada, mimetizan muchos de los sonidos y la estructura que Brian Wilson inventó en una época remota y realmente reproducen casi al milímetro el sonido de los Beach Boys de esa fabulosa época que comenzó poco antes del Pet Sounds y se fue difuminando a medida que el cerebro de Brian Wilson se iba apagando. Es un disco para fanáticos de todo esto así que no te gustará si no te gustan los Beach Boys. Así de sencillo. Abstenerse por tanto las cabecitas cool en constante busca del último hype porque no lo es.

Y por terminar como empecé he repescado un disco del propio Brian Wilson que nunca se llegó a publicar. Dentro del oscuro y retorcido periodo por el que pasó el señor Wilson, que comenzó al terminar la grabación de Pet Sounds y realmente nunca han terminado de concluir, se sucedieron miles de cosas absurdas, fascinantes, aberrantes y muy tristes. No voy a hablar de ellas aquí porque es muy extenso y hay mucha literatura al respecto que lo cuenta mejor que yo (recomiendo por ejemplo: “Bendita Locura” de J. A. González). Digamos que la situación personal de Brian le hizo desligarse del mundo tangible, de la vida y por supuesto también del grupo, entrando en grandes periodos de abstinencia creativa salpicados por pequeñas excepciones casi siempre deliciosas. Una de ellas fue el fabuloso “Love You” uno de los mejores discos de la peor época de los Beach Boys y otro fue la grabación de lo que se conoce como “Adult Child”, álbum que, desconozco la razón, nunca se ha llegado a publicar.

Pero por esas cosas que hacemos los fanáticos de la música yo tengo el disco (existen ediciones pirata circulando por ahí). Es una inocente y preciosa colección de canciones alejadas de cualquier tipo de pretenciosidad y cargadas de infantil ingenuidad (le dedica por ejemplo una canción a su tienda vegetariana favorita: H.E.L.P). Está grabado entre 1976 y 1977 pero no lo parece porque los 12 cortes respiran y huelen a algo atemporal pero añejo entre sonido broadway y actitud crooner. Su escucha me parece muy recomendable para todo amante de la música en general pero especialmente para aquel que como yo sea admirador de este tipo incompresible e incomprendido al que sólo le funciona un oído y que se llama Brian Wilson.

Sonando ahora mismo en mi ipod (viniendo además a cuento):
Far as you are – The heavy blinkers
(Better Weather – Brobdingnagian/ 2002)

1 comentarios:

Rubin dijo...

Hoy estuve escuchando el de Jim Noir en mi IPOD tambien!!!
Abrax,

Sebas

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